La instalación de un acueducto en la comunidad rural de Yaguajay devino solución a la escasez de líquido que padeció el poblado
Hay que escuchar a los pobladores de La Gloria para apreciar en toda su dimensión el beneficio que ha representado la instalación del acueducto, luego de padecer durante cuatro años una severa escasez de agua por la combinación del agotamiento del manto freático a consecuencia de la sequía y la contaminación de los pozos del asentamiento.
“Tiempo atrás se pedía por un cubo de agua 20, 40 y hasta 50 pesos, y las familias tenían que darlo. Hubo una etapa muy apretada, las mujeres venían a la casa y me decían: ‘Delegado, qué hago’, y yo, sin poder resolver nada; mira, aquí no había agua ni para darle a un pollo”, afirma Yoanki Guerra Hernández, delegado de la circunscripción 68.
“En algunos momentos no tuvimos agua ni para bañarnos, ni para limpiar la casa… para nada. Al menos ahora, con agua, en La Gloria se puede vivir”, relata Idelisa Masiocial Vega, vecina del poblado perteneciente al Consejo Popular Jobo Rosado, en áreas del Plan Turquino en Yaguajay.
De acuerdo con el delegado del Poder Popular, la alternativa era crear el punto de abasto a partir de un nuevo pozo ubicado a la entrada del batey, pero no solucionaba todo el problema porque había que ir a buscar el agua hasta allí.
“Después del punto de abasto se decidió tirar la línea principal y se montó el acueducto que llega hasta cada vivienda. Se están bombeando seis horas diarias y no han surgido problemas en estos dos meses que llevamos ya con el sistema, creo que aquí nadie pensó que esto funcionara tan bien como está, al fin borramos el viejo planteamiento del agua”, manifiesta Yoanki Guerra.
Desde el nuevo pozo, el agua se bombea hasta los tanques y desde allí se lleva hasta las 85 casas del asentamiento. Según la propia fuente los análisis realizados avalan la calidad del líquido, una noticia positiva luego de la contaminación sufrida por varios de los pozos de los que se servía la población.
Con la puesta en marcha del acueducto y el correspondiente tratamiento del agua se han eliminado las enfermedades parasitarias, comenta Marilyn Ramos Díaz, enfermera del Consultorio Médico.
“Al principio del acueducto nadie quería tomar agua tratada, no estaban acostumbrados a ese sabor, pero ya se han ido adaptando y se han dado cuenta que es más segura”, señala.
Varios pobladores contactados por Escambray suscriben el positivo impacto que trajo consigo la instalación del acueducto y el propio delegado de la circunscripción no olvida los malos tiempos vividos hasta hace poco por los habitantes del lugar.
“Estuve a punto de renunciar al cargo de delegado, no se hablaba de otra cosa que de la falta de agua, fueron cuatro años muy duros, pero la verdad es que apareció la solución, todos nos apoyaron, el Gobierno, el Partido, Recursos Hidráulicos y la población participó directamente en la construcción del acueducto; hoy La Gloria es otro asentamiento”.
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