Al intervenir en el espacio radio-televisivo Mesa Redonda, el alto oficial lamentó que las indagaciones se realizan sobre la base de información incompleta e imprecisa.
Una de las dificultades de las investigaciones es no tener acceso a las víctimas, a pesar del pedido insistente de las autoridades cubanas, denunció.
Hernández reiteró que se investigaron los alrededores de las residencias de los diplomáticos o la sede de la Embajada usando técnicas de la Criminalística, al no poder acceder a estas tampoco.
Igualmente, se entrevistaron alrededor de 200 personas cerca de esas residencias y ninguna padeció las sintomatologías aludidas por las autoridades estadounidenses, señaló.
Los estudios se iniciaron el 17 de febrero de este año cuando la Embajada de Estados Unidos aquí reportó, a través de la Cancillería cubana, incidentes acústicos contra un grupo de diplomáticos, sostuvo.
Según el teniente coronel, el primer reporte tuvo lugar tres meses después de que ellos alegaran los supuestos ataques sónicos.
Los aludidos se quejaron de ruidos intensos, náuseas, pérdida de equilibrio y de memoria, entre otros, afirmó Hernández.
Agregó que los investigadores cubanos pidieron reportes al Ministerio cubano de Salud Pública sobre incidencias en la población aleñada con síntomas parecidos y no hubo ninguno.
A pesar de las dificultades seguiremos investigando, afirmó el especialista, quien añadió que en Cuba no existe tecnología como las armas sónicas.
Por su parte, el jefe del Departamento de Seguridad Diplomática del Minint, coronel Ramiro Ramírez, refirió que Cuba es garante del cumplimiento de la Convención de Viena en cada una de sus partes.
Ramírez expresó que en el país no existen reportes de hechos fuertes o violentos y el cuerpo diplomático acreditado aquí puede dar fe de ello.
También mencionó que es interés de las autoridades cubanas esclarecer los supuestos incidentes.
El coronel agregó que se incrementaron todas las medidas de seguridad en la embajada de Estados Unidos y el anexo consular.
En respuesta a los supuestos incidentes el Departamento de Estado ordenó la expulsión de 15 funcionarios cubanos de la embajada de La Habana en Washington y retiró a la mitad de su personal aquí.
El gobierno estadounidense también emitió alertas de viaje a sus ciudadanos que visiten la isla, pese a los llamados de Cuba de no politizar el caso.
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