Del surco al mostrador: Producción por debajo de la mesa (+fotos)

La producción agrícola en Sancti Spíritus va en ascenso y satisface encargos estatales; sin embargo, el cumplimento de los planes no siempre equivale a buen funcionamiento Desde el pasado año Sancti Spíritus ha puesto énfasis en el ordenamiento productivo en aras de avivar las pariciones del campo, transformar el caos

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No toda la producción llega al destino final.(Foto: Vicente Brito/ Escambray)

La producción agrícola en Sancti Spíritus va en ascenso y satisface encargos estatales; sin embargo, el cumplimento de los planes no siempre equivale a buen funcionamiento

Desde el pasado año Sancti Spíritus ha puesto énfasis en el ordenamiento productivo en aras de avivar las pariciones del campo, transformar el caos en que se había convertido la comercialización y tratar de cortarles el paso a los altos precios de los alimentos.

La provincia muestra un terreno ganado en materia de producción agropecuaria y distribución, pero si nos concentramos solo en el destino población-consumo social, prevalecen insatisfacciones y muchas veces los productos más buscados y de mejor calidad —díganse malanga, plátano vianda, frutas— tienen más permanencia en la red callejera e informal que en la estatal.

Este órgano de prensa no ignora el salto productivo del territorio ni las más de 500 000 toneladas de renglones agrícolas reportadas de forma total al cierre del 2016; tampoco que en ese apreciable nivel de producción no todo es comida directa para el pueblo, sino que hay otros encargos estatales —sustitución de importaciones, Turismo, Ministerio de Comercio Interior, envío a otras provincias— y también alimentos para animales y semillas.

¿Acaso la inestabilidad en las ofertas obedece a la falta de producción? ¿Se declara en cada base productiva y sitio todo lo que se siembra? ¿Cuánto repercute la demora en los pagos? Escambray pulsa la cadena surco-tarima, primero a través de el binomio producción-contratación y luego abrirá espacio a la comercialización y la calidad de los alimentos.

LAS DEMANDAS ESPERAN  

Yamilec Quintero Rodríguez, directora de Acopio en Cabaiguán, va directo a uno de los asuntos que opacan el panorama agrícola. “Me preocupa la contratación del 2017 porque no cubre la demanda en renglones como malanga, plátanos vianda, burro y fruta; sin embargo, en otros como yuca y calabaza sí se contrató una cifra por encima y aún las cooperativas persiguen aportar más”.

Tal realidad no es nueva y requiere en toda la provincia la mirada diaria, porque una cosa es la comida en el papel y otra el acceso real a ella por la población y el consumo social. “El pueblo no entiende que falte la malanga en los mercados estatales y el carretillero la tenga buena”, precisa.

Cubrir el encargo del consumo social se ha vuelto complicado en ese territorio, al punto de que para entregar, por ejemplo, malanga al Hospital Pediátrico, “han tenido que ir a la casa de los campesinos a buscar el producto en el propio transporte del centro asistencial”, según expone Quintero Rodríguez.

La contratación enseña sus fisuras apenas arranca el año y basta analizar un dato para entender la brecha entre el plan y la realidad. La demanda de malanga en Cabaiguán para este año es de 441 toneladas y el 8 de febrero se reportaban contratadas 199. ¿Será que no se sembró?, ¿todo ese déficit es por la sequía?

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No toda la producción llega al destino final.(Foto: Vicente Brito/ Escambray)

CAMPO ADENTRO

Sin desconocer el impacto de la escasez de lluvia, ni productores ni directivos ponen en duda que los niveles de cosecha en los surtidos demandados por el pueblo debieran asegurar una distribución más estable, con los precios definidos y sin violaciones en el mostrador.

Campo adentro, la realidad desborda el contrato y denota descontrol, falta de engranaje, de coordinación, de conocimiento y de atender más en el terreno lo que pasa alrededor del surco.

José Andrés González Martínez, presidente de la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Nieves Morejón, expone un punto de vista reiterado en las bases productivas: “En el 2016 no nos alcanzaron las producciones para llegar a la contratación que se hizo, ahora nos sobran, hay volúmenes y Acopio no puede recibirlo todo; fui al ejercicio de contratación del año con 3 340 quintales de yuca, Acopio solo aceptó 400, tuve que desmontar más de 2 900 quintales de los planes de siembra”.

Si un enemigo tiene hoy la producción es el desvío de la comida, otra verdad que nadie niega. Tal realidad ronda la CCS Alfredo López Brito, por eso Gerardo Marcos Bernal, presidente de la entidad, admite: “Se nos fue malanga para Villa Clara y Ciego de Ávila de esta cooperativa y de otras, porque la pagan mejor que en Sancti Spíritus, la de nosotros estaba a 1.50 y allá a 3 pesos. Además, el cuentapropista arrebata las producciones en el campo porque paga en la cabecera, al instante”.

Para el campesino Gregorio Sánchez Pérez (Pipo), la preferencia hacia otras producciones por delante de las viandas —una tendencia actual— tiene un denominador común en el sector.

“Las pagan mejor y es más seguro el mercado; mire, aquí se produce mucho, pero hay desánimo en los campesinos porque se meten dos y tres meses para pagar y uno tiene que soltar el dinero al jornalero diario; entonces, si compro un insumo tengo que pagarlo al momento. Para mí el pago está incidiendo en la producción y la entrega de la comida; ¿usted ve la seca que hay?, si el Lácteo pagara rápido hubiera mas leche”.

En la CCS Ramón Balboa tal vez esté la mejor referencia de la provincia para encarrilar la producción por el mejor de los caminos. Allí casi que tienen mapificado lo que se cultiva en cada finca,  cuándo tocan la cosecha y la entrega. Ningún paquete tecnológico, asamblea o reunión sustituirá el control y apoyo que necesita el surco y esa es una de las claves que ponen a la cooperativa en el pedestal de los cumplimientos, al punto de que la comida del pueblo la defienden hasta de las emboscadas de los particulares.

“Veníamos de La Aurora para Cabaiguán con un camión de plátano macho de primera calidad y por el camino nos pararon tres veces los intermediarios para que le vendiéramos plátano a 1.50 cada unidad; el campesino Luis Rodríguez Lorenzo les dijo que eso era para Acopio, hubiese ganado más, pero él está comprometido con esa producción y con el Estado”, relata Carlos González Hidalgo, vicepresidente de la CCS y uno de los custodios de la mercancía.

“El paquete tecnológico del frijol o del maíz viene, pero todos sabemos que es ficticio, eso no da para nada, el campesino se pone bravo porque dice que se lo están repartiendo con una jeringuilla, ni así alcanza. Lo buscan después y hasta se lo llevan a la finca, pero no sé dónde está ese manantial”, señala Reinaldo Rodríguez Hidalgo, presidente de la Ramón Balboa.

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Hay desánimo en los campesinos porque se meten dos y tres meses para pagar, sostiene Gregorio Sánchez Pérez. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)

BANAO, OTRA PARADA

Aun cuando se trata de un escenario donde mandan la cebolla y los granos, en Banano también aparecen incumplimientos en las entregas de las viandas, pagos que se atrasan y cultivos golpeados por la sequía.

Fidel Plasencia Dueñas, comprador de la CCS Josué País, describe un panorama que de momento no parece cambiar, pues la cooperativa tiene alta existencia de yuca y no la puede sacar del terreno reseco; tampoco un aguacero resuelve del todo el problema porque asegura que allí cualquier obrero cobra la mañana a 80 pesos y para arrancar yuca no hay gente.

“Incumplimos en enero la entrega contratada de ese producto por falta de sacos, nadie los puso”, refiere Tania Álvarez Suárez, presidenta de la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Ramón Puerta.

“Aquí compiten los altos precios de la cebolla contra los bajísimos precios de las viandas, a mi criterio deberían estar potenciadas porque es la comida del pueblo”.

Por su parte, Héctor Castellano Salabarría, presidente de la CCS Ramón Pando, comenta que en los mercados de Sancti Spíritus no deben faltar en determinados momentos mercancías con calidad, como tomate, cebolla y frutabomba, si hay existencia de ellos en Banao, mientras las cooperativas no puedan entregar más porque ya la Comercializadora compró la cifra contratada. “Se nos echó a perder tomate y frutabomba hace poco en el campo”, puntualiza.

“Necesitamos mucha capacitación y ayudar más con los precios de los insumos —opina el productor Freddy Alonso—, porque están súper caros, fuera del alcance del campesino mediano y al alcance del grande, pensándolo, sacando las cuentas”.

Si algo necesita perfeccionamiento es la contratación a fin de planificar mejor las cosechas y sus necesidades, de acuerdo con la opinión de Miguel Ángel Pérez, director de la Empresa Agropecuaria Banao, quien reclama también trabajar en la organización desde el campesino, que declare todas sus producciones, cumpla con lo que está previsto y no vaya solo a los intereses personales.

“También se requiere —añade— poner disciplina en la comercialización y prepararnos como estado para buscarle destinos a esos excedentes de producciones, falta más control en toda la cadena productiva”.

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El pueblo no entiende que falte la malanga en los mercados estatales y el carretillero la tenga buena. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)

RECUENTO

A instancias de la Delegación Provincial de la Agricultura se concuerda en que los niveles productivos de la provincia son importantes, lo que no quiere decir que por dentro, a escala de cultivo, esté todo resuelto, según suscribe Eduardo Jiménez Calzada, jefe del Departamento Agrícola.

Por su parte, Alberto Reina Montiel, subdelegado de la rama, enfatiza en la necesidad de trabajar en el destino de la producción a partir de una mayor gestión, de profundizar en los análisis, de que se declare de verdad en la base lo que está sembrado para que no se quede en el campo comida por recolectar.

“No logramos acopiar todo lo que se produce —reconoce— Eduardo Jiménez—, hay todavía campesinos y estructuras que nos desvían producción; ¿cuánto?, no se sabe, nadie que venda por fuera informa esa producción. Otra debilidad es que en la primera parte del mes se entrega poco de lo que está contratado, después hay una concentración en las semanas finales, no acabamos de entender allá abajo que el hambre no se acumula”.

José Luis Camellón

Texto de José Luis Camellón
Reportero de Escambray por más de 15 años. Especializado en temas económicos.

2 comentarios

  1. verguenza debe de darle a esos campesinos por el trato imhumano que se le da a esos infelices animals que le dan de comer y ponen el plato de comida a sus mesas como estan de desnutridas al igual que el maltrato a los caballos hagan algo y protejan a los animals,,en el mundo los animals son protejidos y queridos menos en cuba,,basta ya

  2. Es muy lamentable que todas estas cooperativas fuesen creada por estado con el fin de producir alimento para la poblacion y son los primeros que violan las leyes del pais mientra el pueblo no tiene nada, cuando acopio cojera esperiensa con tanto tiempo haciendo mal trabajo, que solo lo sufre el pueblo, es bien claro que el pueblo no puede entender, y no hay justificacion , para que los carretilleros y los pribados tengan de todo y las placitas en cero, esto quiere decir que todo lo que se dijo en el congreso fue mentiras por nada se cumple, no mas justificacion produccion para el publo

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