Planes desestabilizadores de la derecha venezolana ya han provocado la muerte a 35 personas y otras lesiones a más de 700
El periodista y político Mario Silva develó en su programa televisivo La Hojilla las principales herramientas de violencia terrorista empleadas por algunos líderes de la ultraderecha en Venezuela.
Durante la transmisión de su programa anoche en el canal Venezolana de Televisión, Silva hizo un análisis de los principales métodos que emplean la derecha opositora más reaccionaria de esta nación suramericana, para desplegar un plan desestabilizador que ya provocó la muerte de 35 personas y más de 700 heridos en apenas un mes.
El conductor de La Hojilla destacó que entre los recursos que han utilizado los grupos políticos ultraderechistas está el envío de mensajes con alto contenido de odio a través de las redes sociales y los medios de comunicación, la guerra psicológica y la instigación a delinquir, en particular incitando a los incendios provocados, el saqueo y la destrucción de bienes materiales.
Explicó que además apelan al uso de bandas criminales, a la exacerbación del odio racial y social, al desenfreno e incapacidad de cuestionar o razonar, al antipatriotismo y alienación, y al desconocimiento de la legislación vigente.
Silva denunció la práctica de técnicas de programación mental, mediante las cuales una persona enceguecida por la rabia, puede cometer actos de los que luego se arrepiente.
‘Los seres humanos somos fácilmente engañables, pero en el momento en que nos damos cuenta de que nos están engañando, tenemos una gran capacidad de redireccionamiento’, subrayó el comunicador.
También denunció que la tarea de los medios de comunicación de la derecha nacional e internacional, es colocar al presidente venezolano, Nicolás Maduro, como si fuera el personaje más criminal en el mundo.
Sentenció que para los líderes de la derecha más radical en Venezuela, ser chavista (seguidores del pensamiento político de Hugo Chávez) es un estigma ‘al que hay que acabar y exterminar. Por eso nunca tomarán el poder’.
‘Ya no es odio racial y social, sino político’, enfatizó Silva.
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