Al hacer uso de la palabra en el Palacio de Convenciones -sede de la cita- el viceministro cubano de Economía y Planificación Roberto Pérez explicó que estas afectaciones, en especial en el sector cañero, también serán notables en 2018, pero se realizarán esfuerzos para avanzar en la producción de azúcar, mieles y alcohol.
Confirmó que para el año próximo continuará el proceso de inversiones en la industria alimentaria, pues ‘hay voluntad política para respaldar el desarrollo agrícola e industrial’. También -añadió- existe el interés de incrementar la producción de lácteos y cárnicos.
El sector agropecuario demanda cuantiosos recursos, no obstante se invertirá en la rama molinera, adelantó Pérez.
Asimismo, tomó como ejemplo el carbón como un rubro poco tradicional, pero a través de su producción se captan ganancias para el país, y ese caso debiera reproducirse, dijo.
Aseguró que programas como el arrocero, el del maíz y frijoles tendrán respaldo en 2018, además del impulso a la harina de soya.
Un reto para el venidero año -indicó Pérez- será la recuperación avícola y el incremento de los niveles de producción de pienso.
Existen problemas objetivos y subjetivos en el movimiento de los insumos, expuso Pérez, de ahí que se debe coordinar lo mejor posible esa tarea cuando estos llegan en tiempo al país desde sus lugares de origen.
En 2017 se recuperaron almacenes y en 2018 proseguirá dicha actividad a nivel nacional, precisó el viceministro.
Insistió en la importancia de impulsar la producción de envases de hojalata, de hecho, anunció que se aspira alcanzar la cifra de 50 millones de ellos.
Pérez advirtió que no se debe improvisar en ese sentido, porque no se puede perder productos que demanda la población, a la cual deben llegar también alimentos frescos.
Pidió a los organismos competentes utilizar los envases alternativos, porque hay que evitar importar los de hojalata, al tiempo que exhortó a garantizar productos con precios que no afecten a la ciudadanía y al agricultor.
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