El accidente aéreo ocurrió después de que el dirigible se soltara del mástil de amarre y se precipitara sin dirección en una comunidad cercana condado de Bedfordshire de Reino Unido.
La aeronave en principio fue fabricada por el Ejército de los Estados Unidos y tuvo un costo de 3,7 millones de dólares.
Por problemas de financiamiento, Reino Unido no pudo continuar pagando a Estados Unidos la construcción de la nave, por lo que la empresa de aviones británica Hybrid Air Vehicles (HAV) terminó el diseño del aparato. Ya había realizado seis pruebas de vuelo antes de estrellarse y quedar completamente destrozado tras el fuerte impacto.
Según un fabricante de aviones de HAV, dos empleados resultaron heridos con lesiones menores y uno de ellos debió ser hospitalizado.
Airlander 10 fue presentado al mercado en marzo de 2016 por la empresa británica HAV, era capaz de alcanzar una altitud de 5.000 metros con una velocidad máxima de 148 kilómetros por hora.
La nave que es un híbrido entre un avión de ala fija, un helicóptero y un globo aerostático, es usado con fines civiles.
No era el dirigible más grande que haya existido.