La importancia de los centros comunitarios de salud en EE.UU. y las posibilidades de cooperación con Cuba en esos espacios fueron abordadas en la Conferencia Legislativa Anual del Caucus Negro del Congreso norteamericano
Durante un panel de ese evento, celebrado este viernes en el Centro de Convenciones Walter E. Washington de esta capital, los participantes expresaron la necesidad de mantener esas instituciones que benefician a 27 millones de personas en nueve mil 800 comunidades médicamente desatendidas.
El representante demócrata por Illinois Danny Davis recordó que para lograr la existencia de esos lugares surgidos en la década del sesenta del pasado siglo, fue necesario un movimiento como el del luchador por los derechos civiles Martin Luther King, las marchas y las protestas de la época.
Necesitamos otro movimiento ahora para mantenernos aquí, es preciso trabajar igual de duro para sostener lo construido y no perderlo, sobre todo en una administración estadounidense como la actual, que pretende acciones para recortar el programa Medicaid, consideró el congresista.
Henry Taylor, director ejecutivo del Centro de Salud Miles Square de la Universidad de Illinois, destacó que esos espacios son una puerta abierta a la comunidad, pues las personas confían en quienes los atienden y viven su realidad con ellos.
Por su parte, el doctor Robert Winn, vicerrector asociado de prácticas de salud comunitaria de esa institución académica, advirtió sobre la disparidad entre personas de una misma ciudad por motivos relacionados con su origen o sus ingresos.
Según el especialista, en ocasiones le dicen que la mortalidad infantil no es alta en el sur de Chicago, pero llamó la atención sobre el hecho de que en algunos barrios ese indicador es 2,5 o tres veces mayor que en el resto del país.
Precisamente en una de esas comunidades de bajos recursos, Englewood, trabajan desde el pasado mes de agosto cuatro miembros del Ministerio de Salud Pública de Cuba de conjunto con expertos norteamericanos para estudiar factores de riesgo que inciden en la mortalidad materno-infantil.
Uno de los participantes en ese esfuerzo, José Arronte, manifestó la disposición de los representantes de la nación caribeña para junto al equipo norteamericano mejorar la salud en esos lugares.
A su vez, el embajador cubano en Estados Unidos, José Ramón Cabañas, recordó que hace un año hablaban sobre la posibilidad de este proyecto que ahora se concreta y resaltó que un principio de la isla caribeña es compartir lo que tiene.
El diplomático envió sus pensamientos a los afectados recientemente por huracanes en Texas y Puerto Rico, así como en otras islas del Caribe, lamentó el terremoto de esta semana en México, y consideró que ese tipo de eventos demuestran la importancia de cooperar y trabajar juntos en diferentes áreas.
Para Taylor, en tanto, es significativa la asociación con los profesionales cubanos porque les permite intercambiar conocimientos y experiencias. ‘Podemos aprender a proveer mejor cuidado de salud a nuestras comunidades’, declaró a Prensa Latina.
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