Así se define el joven jatiboniquense Enmanuel Ponce de León Castillo, quien se considera un soñador al que no le vencen los obstáculos impuestos por la vida
Enmanuel Ponce de León Castillo tiene por estos días un objetivo que le hace sonreír sobremanera y hasta decir: “¡Muchacho!”. La noticia llegó en los labios de Ricardo Hernández, director del Instituto Preuniversitario Urbano (IPU) José Luis Tassende, de Jatibonico, al que asiste. Al joven le dijeron que si aprobaba en el mes de mayo las tres asignaturas de ingreso a la Educación Superior, a finales de agosto estaría rumbo a la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) en La Habana.
“Nunca pensé en una segunda o tercera opción. Desde que conocí el centro por otras referencias supe que era el lugar para mí”, afirma con la emoción dibujada en su sonrisa.
La vida le ha impuesto el padecimiento de artrogriposis múltiple congénita —rigidez en los miembros superiores e inferiores—, pero su temperamento de superación con el ¡sí se puede! y el apoyo de su madre –que muchos dirían es de armas tomar— lo inspiran para seguir.
María Isabel Castillo Cepero reconoce la nobleza y la excepcionalidad de su hijo. No olvida que, tal vez, el escaso movimiento del pequeño dentro del vientre lo llevara a ese diagnóstico.
Mas, la historia de vida fue igual que la de otros pequeños: recibía sus clases de nivel primario en la casa con la maestra ambulatoria Miladys, pero una vez a la semana la progenitora lo llevaba a la escuela para recibir Computación. En tercer grado estudió en el centro de educación especial Solidaridad con Panamá, en la capital del país.
El cambio en su vida vendría después; con un lápiz en la boca aprendió a tocar cada tecla en la computadora y a escribir, y con ello tiene hoy habilidades que lo hacen creador de un pequeño programa que llama Matefácil, con el que se calculan áreas y perímetros de las figuras planas.
“La secundaria y el preuniversitario sí los ha hecho en escuelas comunes. Todos los días lo llevo en su silla de ruedas y si ves cómo la gente nos reconoce y saluda por la calle. Yo también voy para la UCI, allí tengo un trabajo. Imagínate, es su sueño y vamos para la capital y hasta veremos médicos para continuar con su tratamiento”, afirma la madre.
Antes Enmanuel dedicaba parte de su mediodía a conectarse a Internet, a redes sociales como Facebook, aunque no deja de asegurar que es un usuario discreto, pues no es de esos que comparten todo lo que hacen. Sin embargo, hace tres meses recibió como regalo de una amiga una computadora portátil de marca HP. Desde ese momento él quiere estar todo el tiempo en la casa en sus invenciones de futuro informático.
“Le digo: Enmanuel, descansa, vamos a ver una película, deja el equipo ese un rato. ¿Y sabes cuál es su respuesta?: ‘Dormir no está en mis planes’. ¿Te imaginas eso?”, repite María Isabel, quien hace el diálogo mientras está en la cocina en el ajetreo de los quehaceres diarios.
¿Cuál es el mayor anhelo de Enmanuel?, pregunta Escambray.
“Trabajar en la producción informática en la construcción de computadoras y programas. Yo quiero ser programador. Tengo un ídolo en la informática que es Bill Gates”.
¿Cómo trabajarías: solo o en equipo?
“En equipo, cuatro ojos ven más que dos. Quisiera desarrollar un proyecto que sea nacido en Cuba”.
¿Qué cualidad admiras más?
“La perseverancia”.
¿Tú mismo te pones obstáculos?
“No. Cada uno lo he ido superando”.
¿Qué crees de la educación cubana?
“Es única en el mundo. Les agradezco a mis maestros el sacrificio, la voluntad de enseñarnos a mí y a todos”.
En su hogar en la Circunvalación No. 36, en el caserío El Chorrito, Enmanuel y su madre preparan su viaje a finales de las vacaciones de verano. El joven sabe que debe estudiar con ahínco para las pruebas de ingreso, en Historia de Cuba y Español más, porque el debate en torno a la Matemática lo fascina. Eso de hacer ejercicios no le resulta para nada aburrido.
Su madre cuenta, con la voz baja para que él no escuche, que obtuvo 93 puntos en la prueba final de la ciencia exacta.“Queremos ver ese título universitario dentro de cinco años”, reta Escambray en la despedida.
yo soy profesora de Inglés y cuando él estaba en séptimo grado en la ESBU Heriberto Felipe ya se comunicaba y hablaba diálogos así que mis bendiciones para tí…. también en idioma eres buenísimo
Pues ya llegó a la UCI y ya está en 2do año de Ingeniería en Ciencias Informáticas. Es admirable. Un día revisábamos los exámenes de una prueba y resulta que el muchacho tenía mejor letra que muchos que no tienen ninguna discapacidad. Este joven promete. Éxitos a él y su familia.
Aplausos a esa madre sacrificada, a Miladys quien enoblece la profesion y me hace sentir orgulloso de ella , a la amiga que regalo la laptop, a sus profesores de computacion, a la periodista quien da a conocer este hermoso ejemplo de preserverancia y sobre todo a Enmanuel por su fortaleza de espiritu y su constancia que hace honor a su nomre,el original biblico de Jesus de Nazareth