Pablo del Río es uno de los tres jóvenes de Sancti Spíritus que recibieron la Condición Panchito Gómez Toro
A Pablo Antonio del Río Amador siempre lo sedujo el béisbol en su natal Fomento; sin embargo, hoy viste el uniforme que identifica a la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM) en la Universidad de Ciencias Médicas de Sancti Spíritus, en la que se forman también técnicos de medio y obreros calificados.
¿Por qué una carrera de este corte?, pregunta Escambray.
Cuando terminé el pre no me llegó Cultura Física, salí del Servicio Militar y allí se me dio esta oportunidad, mis padres se habían divorciado y me dije: ‘Tienes que estudiar’. Empecé en Vigilancia y Lucha Antivectorial; por el trabajo y las notas cambié para la carrera de Higiene y Epidemiología, que curso actualmente.
La pasión por dirigir la lleva en la sangre. “Un profesor que tuve en la secundaria me dijo que podía coger un pueblo y halarlo: andaba con los compañeros para arriba y para abajo. Estudié en los Camilitos, fui político y jefe de batallón. En duodécimo grado decidí retirarme porque me di cuenta que la vida militar no me atraía”.
Su trayectoria en el plantel se inició cuando alguien en una reunión con la profesora de trabajo educativo y los jefes de grupo dijo: ‘Mira, aquí está Pablo’. Su mayor reto: ponerle pies y cabeza a la FEEM.
“Muchos me decían viejo porque era mucho mayor, incluso, que mis jefes en la provincia, en mi aula las muchachas tenían 19 años y yo, 23.”
Actualmente lleva en sus hombros la dirección del Secretariado de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) en la facultad, curso en el que ya guarda la Distinción Panchito Gómez Toro, que recibió en la reedición de la entrada de la Caravana de la Libertad a la villa del Yayabo. El reconocimiento también llegó, unos días antes, a manos de dos estudiantes de Yaguajay: Lianna Achán Medina y Duviel Abreus Torres.
Pablo vivió el momento desde que levantó el teléfono el día 5: “Me dicen con un misterio: ‘Tienes que venir al Comité Provincial’ (de la UJC). Cuando me lo comunicaron se me salieron las lágrimas, porque éramos 50 en ese proceso, de verdad que no lo pensé”.
En retrospectiva, el joven también guarda la Medalla Servicio Distinguido de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), reconocimiento que recibió al concluir el Servicio Militar Activo.
Después de un curso de sargento de tercera en la previa y ser jefe de escuadra, pasa de El Pinto a Fomento y allí a una unidad donde hacía falta un almacenero. “Uno de los oficiales me dijo: ‘Te voy a ayudar, vas a aprender’. Por mi comportamiento me ofrecieron un curso como oficial de reserva. Junto a otros compañeros, cuando se celebra el aniversario de las FAR recibo la medalla, nos la dio el jefe de la Región Militar. Cuando llego a mi casa, todo el mundo pensaba que venía solo con la baja. No puedo describir sus reacciones en ese momento”.
Estuviste también en la ruta juvenil 60 Aniversario del Desembarco del yate Granma y Día de las FAR…
Me llaman y me dicen: ‘Tú y varios estudiantes participarán en la ruta juvenil’. Cuando llego: ‘Mañana aquí temprano que nos vamos’.
Conocimos muchachos que venían de Pinar del Río, La Habana, Matanzas. Dormimos en campaña, muchos no sabían lo que era eso, siempre estoy camina para aquí, camina para allá; antes me iba para Caballete de Casa y pasaba tres días con las amistades, sobre todo porque la figura que más admiro es el Che.
Estuve también en un campamento de verano en Ciego de Ávila. Conocimos Morón, Cayo Coco, los sembrados en la empresa La Cuba, Ceballos, y después les comentaba a mis vecinos cómo habían sembrado tanta papa.
¿Experiencias que no olvidas?
Con la pérdida física del Comandante en Jefe nos avisan que tenemos que ir para la capital un grupo de 25 estudiantes. Nunca había ido a La Habana. Estuvimos en el acto en la Plaza de la Revolución. Al inicio estaba vacía porque llegamos muy temprano, estaban ubicándonos de aquí para allá. Nos pusieron en un lado muy alejado pero alguien dijo: ‘nos vamos pa’ lante’. Aquello fue emocionante, ver a los presidentes hablar, el amor que le tiene y le tendrá el pueblo a Fidel.
¿Te quedas en Sancti Spíritus o llegas hasta La Habana?
Si me toca dirigir voy. Me quedo si se puede en Sancti Spíritus o en Trinidad, porque en Fomento existe calidad en los profesionales de Higiene, no quiero ir para allá y ser uno más. Uno empieza una carrera y sabe que es para donde haga falta. Te gradúas mañana y crees que vas para el hospital Camilo Cienfuegos; ¡no!, si haces falta en Gavilanes tienes que ir para allí.
Dentro de cinco o 10 años seguiré siendo el mismo. Hace poco se estaba hablando del ingreso al Partido, el año que viene cumpliría 10 años en la UJC y entonces podría tener la doble militancia. Me preguntan, y responde: ‘Totalmente dispuesto’, no solo para el Partido sino todo lo que haga falta.
MUCHAS FELICIDADES PABLO…me imagino la alegria que deviste haber sentido, pues cuando me la otorgaron a mi cuando el 45 Aniversario, no sabia que hacer, si llorar o reir. Es un orgullo enorme recivir la Condicion Panchito Gomez Toro..puedes estar seguro que nunca vas a olvidar la experiencia…FELICIDADES