Un hermoso intercambio de recuerdos e ideas del otrora niño que Cuba reclamara tras la negativa del gobierno de los Estados Unidos de devolverlo a su padre, como él solicitaba desde el archipiélago, y el Héroe de la República de Cuba Gerardo Hernández Nordelo, con delegados al X Fórum Nacional de Historia, tuvo lugar en la tarde de este jueves 30 de noviembre en la Universidad de Sancti Spíritus José Martí.
La historia vibra en los jóvenes
Sesiona en Universidad de Sancti Spíritus X Fórum Nacional de Historia (+fotos)
Al ser interrogado a propósito de su asistencia al evento, Elián aseguró que la entrega del libro La edad de oro para que la leyera y la entendiera fue la primera misión que le planteó Fidel: “Desde que me entregó el libro yo quería leerlo, pero tuve que esperar a llegar al quinto grado, como él me había escrito en la dedicatoria. Lo he leído tres veces, porque cuando lo empecé a leer no entendía muchas cosas.
“Para mí ha sido difícil el hecho de haberme encontrado con Fidel y haber recibido este texto, porque contrario a lo que le sucede a mucha gente, sin conocer a la genial persona que tenía delante ya la tenía delante. Primero lo hice mi amigo y luego fui descubriendo el genial amigo que tenía y la difícil tarea que me había dado al entregarme La edad de oro.
“Cuando yo llegué a Cuba, como muchos recordarán, él no fue a recibirme, y cuando alguien le preguntaba por qué decía que ese era mi momento, el momento del mundo regocijarse junto a mí, y quería que toda la atención se centrara en mí y en mi familia, él quería dejar ese momento al goce y al disfrute de nosotros.
“No me conoció hasta que yo terminé el primer grado, buscaba que yo me superara y pudiese terminar lo más pronto posible, porque había perdido mucha materia. Leer este libro y primero que eso, que yo alcanzara la capacidad suficiente para entenderlo, fue la primera misión que me dio el Comandante”.
Sobre el papel que jugó la universidad en su formación dijo que esta fue una etapa diferente en su vida, donde no tenía que pedir las cosas a través de alguien y era la primera vez que estaba sin el cuerpo de seguridad que lo había acompañado hasta el preuniversitario.
“Empecé a ver el mundo diferente —declaró Elián—, la Universidad me hizo madurar en muchos sentidos. Fue lo que me permitió desarrollarme para enfrentarme a la vida, crecer en todos los sentidos, poder investigar por mí mismo y realizar solo las actividades extracurriculares, fue lo que me hizo crear un nuevo carácter y dejar atrás al Elián niño”.
Al hablar de la desaparición física de Fidel expresó: “El suceso del 25 de noviembre es algo que ningún cubano deseaba. Pensábamos que él era invencible incluso ante la muerte. Al igual que el resto de los cubanos lo sentí, sufrí, pero luego me sentí alegre por muchos motivos. Me sentí alegre porque murió cuando él quiso, con el orgullo de haberse despedido del pueblo cubano e incluso haber podido ver la inmensa mayoría de sus batallas ganadas, desde las primeras que encabezó cuando empezaba la Revolución hasta el regreso de los Cinco. Una de las victorias que yo creo que él pudo saborear más fue esa.
“Poder haber vivido la etapa de Fidel y haber visto cómo él murió viviendo en el corazón de los cubanos, sabiéndose victorioso, es algo que da más motivos de felicidad que de tristeza. No me sentía que lo estaba dejando, sino que estaba ahí junto conmigo. Hoy, un año después, es motivo de regocijo, no creo que cada 25 de noviembre tengamos que llorar los cubanos, sino sentirnos orgullosos de haberlo tenido ahí y saber que ahora es inmortal, es más grande.
“A veces yo establezco la semejanza entre él y el sol, pero Fidel es incluso superior, porque el sol en algún momento, cuando deje de brillar, ya no nos llegará su luz; Fidel es más grande, porque su luz siempre nos va a seguir guiando. Creo que lo fundamental es preservar su legado.
Al hablar del papel que le corresponde a los jóvenes cubanos en estas nuevas circunstancias, declaró: “Hemos sido partícipes de cada una de sus batallas, no solo porque él y muchos otros eran jóvenes cuando las libraron, sino porque cuando se hizo el justo reclamo por que yo regresara junto a mi padre, los jóvenes cubanos, niños de primaria eran los que encabezaban las tribunas antimperialistas.
“Fueron jóvenes y niños los que alzaron sus voces,y cuando íbamos a las tribunas antimperialistas por el regreso de los Cinco, cuando se hicieron campañas para enviarles cartas y todas aquellas iniciativas, fueron los niños y los jóvenes los que lideraron esto, como mismo sucedió con la Campaña de Alfabetización. Todo lo que hemos hecho lo hemos hecho los jóvenes bajo la guía de Fidel, y es lo que queremos que siga, la juventud siempre unida y victoriosa, ya no con nuestro Comandante en Jefe físicamente enfrente, pero sí con su ideal y su propósito de vida para Cuba”.
Gerardo Hernández Nordelo, uno de los Cinco héroes cubanos que permanecieron durante más de 17 años en cárceles norteamericanas, también dialogó con los asistentes a la cita, quienes preguntaron acerca de diversos aspectos relacionados con su relación con el Comandante en Jefe.
Primero, Gerardo agradeció a todos los presentes por lo que hicieron ellos o sus familiares en aras de la excarcelación suya y de sus compañeros de lucha. “Cuando Fidel pronunció aquella frase histórica de que volveríamos, en 2001, dijo algo relativo a la posibilidad de que estuviéramos escuchándolo, porque él sabía que haríamos lo posible por escucharlo, y realmente estábamos en la litera rotándonos el radio. Estábamos todavía los cinco juntos, en una prisión de Miami y a partir de ahí sentimos que de verdad llegaríamos a Cuba y él nos recibiría y nos pondría en el pecho la medalla, como veíamos que hacía con los grandes deportistas que regresaban victoriosos. Fue la primera vez que le escuché pronunciar mi nombre y aquella frase histórica: ¡Volverán! A partir de ahí supimos que nada nos doblegaría y creíamos en la victoria total de nuestra causa”, expresó.
Gerardo relató vivencias de su estancia en la cárcel y acerca de sus primeros días después del regreso, cuando tuvo la dicha de ser padre de Gema, a la que se unieron luego otros dos hijos.
Evocó el nerviosismo no solo del grupo, sino también del propio Fidel aquel día del encuentro en su casa, cuando lo conocieron luego de meses de haber pisado suelo cubano. Ríe al reproducir la primera pregunta del Jefe: “Bueno, ¿qué, había muchos mosquitos en la prisión?”.
Asimismo, el Héroe cubano pudo entablar diálogo con una familia cuya madre, Maylín Pérez Bernal, empezó a cartearse con él cuando las dos hijas que le acompañaban hoy todavía no habían nacido. Tuvo palabras cálidas para los niños que les enviaban cartas, que los hacían, dijo, más fuertes en su determinación de resistir.
También agradeció a los amigos que desde otras naciones los apoyaron en la lucha por el regreso. “Yo tenía que morirme dos veces y todavía me quedaban 15 años para regresar, si cumplía mi sentencia”, comentó, entre serio y risueño, y agregó que todo lo bueno que le ha sucedido después lo asume como tiempo que les está quitando “a ellos”.
En horas de la noche, estaba prevista la participación de los dos invitados especiales, junto a los jóvenes reunidos en el Fórum, en la gala La cultura, escudo y espada de la nación, que estás prevista para las 9:00 p.m. en el parque Serafín Sánchez de la ciudad de Sancti Spíritus.
Previamente, Elián y Gerardo habían participado en una parte del evento que tuvo lugar en la plaza Los Cinco somos absolutamente todos, aledaña al edificio central, y junto a otros jóvenes asistentes plantaron un caguairán en las áreas verdes de la casa de altos estudios.
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