La medalla de plata obtenida por el sub- 15 fue un buen triunfo en medio de la sequía de títulos del béisbol espirituano en todas las categorías
No fue el cierre ansiado por quienes hicieron retumbar el “José Antonio Huelga” a punto de un mediodía de viernes. Mas, los espirituanos ganaron una honrosa medalla de plata en el Campeonato Nacional de Béisbol Sub-15.
Cayeron 9-0 ante Santiago de Cuba, que ganó desde que embasó a su primer hombre por uno de los 14 boletos concedidos por el pitcheo local. Un partido definido en extrainning a favor de los nuestros el día anterior, hacía presagiar un duelo más parejo.
Pero esta vez ni los lances de su mejor carta Luis Danys Morales (9-0), que marcaron muchas veces más de 85 millas, pudieron dominar. Tampoco pudo su reemplazo Erwin Parra. A la altura de la cuarta entrada ya los santiagueros habían sentenciado el partido con un 5-0 que pesó toneladas.
Se echó de menos al juego alegre y picante que llevó a los espirituanos a liderar la fase regular. Así no anotaron, pese a batear la misma cantidad de hits de su oponente, al margen del dominio sobre el box de Yorelkis Hernández, mientras la que resultó por mucho la mejor defensa del torneo (973) pifió en dos oportunidades.
No se ganó tampoco ahora el oro. Para algunos fue la presión de una final, el jugar en un estadio no acostumbrado. O la presión de los profe, que a veces gritan de más, o la de los padres, que los apoyan en la misma medida que los coaccionan… Digo que faltó esa “bomba” para rematar a la hora cero.
Pero un equipo no se define en un partido. Es para mí un buen triunfo en medio de la sequía de títulos del béisbol espirituano en todas las categorías, incluida esta, que desde el 2010 no obtenía una medalla, entonces también de plata.
Estos niños, enrolados en la final, enseñaron que el béisbol sigue en la sangre por la garra con que se entregaron en el terreno, por batazos y engarces del tamaño de los hombres. Encantaron sus lágrimas colectivas cuando aún no atinaban a sopesar el valor de su medalla.
Llegaron a donde muchos no creyeron. Respondieron Luis Danys, César Yanquiel Hernández, líder de los bateadores y entre los primeros en varios departamentos, al igual que Carlos Daniel Chávez, primero en impulsadas y Kevin Arévalo, que jugó un siol de altura.
Tras la entrega de medallas (el bronce fue para La Habana al ganar a Granma 2-0) el público hizo ver, con sus aplausos, el verdadero brillo de la plata. David Pérez Castillo, director técnico, lo aquilata: “Nuestro objetivo era ganar una medalla, todos esperaban el mejor color, mas no pudo ser, estamos satisfechos porque saltamos del octavo al segundo; discutir una medalla siempre trae presión, pero los muchachos lo hicieron bien”.
Oro parecía, plata fue. Es necesarioseguir trabajando las cuestiones relativas a la preparación mental de los atletas, pues está claro que no existe el GEN ESPIRITUANO que determina nuestras derrotas en finales. Solo aspiro a que estos muchachos de ahora continuen trabajando y esforzandose por ser mejores. Que no se pierdan en indisiplinas y en cantos de sirenas. Que esperen a alcanzar el máximo nivel posible que le brinden el beisbol cubano y sus capacidades físicas y mentales. Después siempre llegarán los contratos…
Lo de sancti spiritus en el beisbol es genetico un equipo q mayorio la final y caer de esa manera nada q es mas de lo mismo