Hazañas de un soldado (+ fotos)

Recibir al Primer Ministro de Francia nunca figuró en los sueños del trinitario José Lázaro Peña Herrera. El ingenio llevó a este joven a concebir una bienvenida poco usual hasta entonces Que llegado el momento apostaría por una carrera vinculada a las letras era, más bien, una verdad de Perogrullo.

Recibir al Primer Ministro de Francia nunca figuró en los sueños del trinitario José Lázaro Peña Herrera. El ingenio llevó a este joven a concebir una bienvenida poco usual hasta entonces

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José Lázaro identifica el Servicio Militar Activo como etapa necesaria para todo cubano. (Foto: Carlos L. Sotolongo / Escambray)

Que llegado el momento apostaría por una carrera vinculada a las letras era, más bien, una verdad de Perogrullo. La indiscriminada necesidad, así la define, de atarse a las páginas lo delataban desde la adolescencia. Que su carisma le abriría —y abrirá— puertas, tampoco constituye la gran revelación.

Sin embargo, que todo ello lo llevaría al antiquísimo Castillo del Príncipe, sede de la Unidad de Ceremonias del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, y estrecharía la mano del Primer Ministro de Francia ni siquiera aparecía en la lista de los anhelos remotos de José Lázaro Peña Herrera.

Sucedió en diciembre pasado, lejos de toda parafernalia mediática; historia que el trinitario de 18 años confía a Escambray en exclusiva, tiempo después, acaso porque la vanidad no lo distingue.

“Cuando comencé el cumplimiento del Servicio Militar Activo me designaron político del batallón. Estábamos en la Escuela de Preparación para la Defensa, antigua Unidad 1688. Un día nos llevaron a conocer el Castillo del Príncipe. Percibí un ajetreo y pregunté la causa”.

Supo que el Primer Ministro de Francia llegaría en pocos días a Cuba y estaban preparando el recibimiento; mas, los oficiales querían hacer una nueva coreografía. Con la cuota justa de excesos que suele asistir a los jóvenes, el recluta sureño sugirió, como quien conoce mucho de dichas cuestiones, utilizar un bombo lento. Instinto, dice.

—Quisiera que eso no restara la solemnidad y el respeto que nos caracteriza —le comentó el sargento de primera.

—¿Y por qué no prueban con La Marsellesa, el himno de Francia?

Todavía, insiste José Lázaro, desconoce cómo le vino la idea. “Apareció, como los grandes misterios”, repite.

Y también como los grandes misterios estaba Peña Herrera sugiriendo a la Unidad de Ceremonias ejecutar una fantasía militar por olas, no al unísono como es costumbre aquí, así como pronunciar el lema de la nación europea al final de la ceremonia, con una vista derecha. “Según me dijeron los propios oficiales, eso nunca se había hecho”.

De cómo estaba vestido con el uniforme ceremonial al día siguiente; de cómo el Primer Ministro se le plantó delante, le estrechó la mano y le agradeció por recordarle a los auténticos desfiles franceses… resultan cuestiones a ratos difusas para José Lázaro.

“Uno está en posición de firme. Lo único que piensas es: ‘Ay, mi madre, en qué me metí’ —bromea—.Todo pasa muy rápido. Después, procesas la avalancha de información”.

José Lázaro también se lleva del Servicio Militar Activo la alegría de haber participado en la revista celebrada el pasado enero, como integrante del bloque de lanzacohetes del Ejército Central. “Un entrenamiento muy fuerte. Llegamos a correr casi 12 kilómetros. Fui el tercer integrante de la segunda fila, de derecha a izquierda.

“Formar parte de un acontecimiento así constituye un privilegio. Desfilar frente a la presidencia, en vista derecha, en la Plaza de la Revolución, donde está la estatua de Martí; ver a Raúl, al Comandante de la Revolución Ramiro Valdés te marca para siempre”.

Pero no es en la vida de verde olivo donde yace la pasión de este muchacho aún imberbe de la urbe trinitaria, sino en el oficio que García Márquez calificó como el más bello del mundo. Aunque resulta prematuro, dice que elige la letra impresa y la televisión. Al graduarse, quisiera acompañar a Serrano en la Emisión Estelar.

Si bien en enero del 2018 llegará a este medio de prensa para adentrarse en el mundo de las notas informativas y las entrevistas de personalidad, Escambray, con su acostumbrada pericia periodística, se aventura a estampar en tinta el nombre de José Lázaro Peña Herrera antes de que sus letras lleguen a las páginas espirituanas. El año próximo tendrá el asterisco para identificarlo como estudiante; hoy, en cambio, es José Lázaro, el joven soldado de las hazañas.

FAR, servicio militar
José Lázaro guarda en su celular la transmisión de la Revista Militar como un momento trascendental en su vida.
FAR, servicio militar
Detalle
FAR, servicio militar, Marina de Guerra
Como parte del Serivicio Militar, José Lázaro también obtuvo experiencia en la Marina de Guerra. (Foto: cortesía del entrevistado)

Carlos Luis Sotolongo Puig

Texto de Carlos Luis Sotolongo Puig
Autor del blog Isla nuestra de cada día. Especializado en temas de patrimonio cultural.

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