La prioridad dada a estas inversiones en los últimos tres años ha permitido abrir nuevos frentes de regadío en el sistema de la Agricultura
Aún lejos de romper el desequilibrio que existe entre el potencial hídrico y la baja cobertura del riego de agua, en los últimos tres años la Agricultura espirituana ha logrado caminar más en las inversiones eléctricas en función de respaldar la instalación de nuevos sistemas o pasar otros a funcionar bajo esta vía, tal vez la alternativa más segura para producir alimentos en medio de una evidente variabilidad climática.
El recién concluido 2016 ilustra los más recientes adelantos en tal sentido, toda vez que fueron electrificadas 40 posiciones, 33 de ellas en función del riego en diferentes áreas agrícolas de alto potencial productivo como Sur del Jíbaro, en La Sierpe, y El Maizal, al sur de Sancti Spíritus.
Armando Santín Harrison, jefe del Departamento de Ingeniería Agropecuaria en la Delegación Provincial de la Agricultura, explicó que el programa de electrificación muestra estabilidad en los últimos tres años y el beneficio se extiende también a equipos de bombeo y abasto de agua, vaquerías, termos de leche, secaderos de granos y cochiqueras.
Añadió la fuente que particular importancia reviste el trabajo en las áreas arroceras de La Sierpe, donde se pretende explotar el agua subterránea mediante la activación de 40 pozos, 26 aplicando el bombeo con diésel y 14 alimentados con electricidad, inversión esta última que formó parte de la agenda del 2016.
Representantes de la rama eléctrica en Sancti Spíritus informaron a la prensa que las labores en Sur del Jíbaro incluyeron la instalación de bancos de transformadores exclusivos, así como la construcción de líneas primarias.
De acuerdo con Santín Harrison, de los 40 lugares proyectados a electrificar este año en el Sistema de la Agricultura del territorio, 30 tienen incidencia en el riego de agua, principalmente en zonas de Cabaiguán, Taguasco y Sancti Spíritus.
Informó, además, que en el 2017 está previsto montar cuatro maquinas de riego de pivote central —fabricadas en Cuba— en áreas de Banao, dotación que se uniría a la que ya funciona en la zona de El Caney.
Otro empuje experimentado en la provincia en materia de regadío es la entrada, a través del programa de colaboración con Brasil llamado Más alimentos, de 110 sistemas de 2 hectáreas que favorecen áreas del sector cooperativo y campesino.
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