Las indisciplinas sociales viajan hoy a exceso de velocidad en la terminal de Sancti Spíritus
La madrugada del 23 de enero, además de fría, resultó inverosímil para mí. Un viaje sorpresa a la Terminal de Ómnibus de Sancti Spíritus fue suficiente para corroborar lo que dice la vox populi: un caudal de irregularidades, contratiempos y decepciones que vive cualquier pasajero.
Deambulantes, malhechores, personas en busca de sexo transaccional, dementes, borrachos y pedigüeños, son algunos de los personajes que medorean por ese entorno, lugar donde transitan más de 3 500 viajeros diariamente, sin contar, los que llegan en guaguas Yutong, Transtur o Víazul desde cualquier parte de la isla y descienden aquí para hacer sus necesidades, estirar las piernas o ingerir algún alimento.
Nada diferente a lo que hayan experimentado muchos viajeros que por obligación acuden a este sitio para abordar el ómnibus que los trasladará a cualquier territorio dentro o fuera de la provincia.
“La cara de Sancti Spíritus viaja en Yutong”, expuso con acierto un lector de Escambray en una misiva enviada a la Redacción del semanario y en la que no solo habla de las indisciplinas sociales que ocurren en el lugar, sino de lo que esto significa para una provincia que se esfuerza por renovar su imagen, desde mucho antes de haber ganado la sede del 26 de Julio en el 2016.
Criterios de todo tipo aparecen cuando nos subimos al ómnibus de la opinión pública: “Da asco sentarse al lado de un vagabundo que utiliza los asientos como cama o se acuesta sobre el piso en el salón de espera”, refiere el pasajero Orelvis Díaz. “Los borrachos buscan problemas y molestan a los demás” (Orestes Riverón, Jefe de Turno); “Algunos vendedores de alimentos se sitúan en la mismísima puerta del baño” (Gisela Rodríguez, residente en Villa Clara); “La terminal es la casa de los locos” (Pablo Alonso, viajero habitual); “Esta es la única terminal que está abierta por varios lados” (Alberto Gutiérrez, trabajador por cuenta propia).
Las opiniones fluyen en la medida que avanza el recorrido de Escambray y a cada paso es perceptible que la terminal es un centro receptor de indisciplinas tal y como lo expresa Gerónimo Marín, jubilado del Transporte: “Al ver a determinadas personas con conductas inadecuadas dentro de los salones o en las inmediaciones de estos, me pregunto dónde están sus valores, por qué actúan como si el espacio público les perteneciera, sin pensar que su proceder no está acorde con los estándares de la sociedad; se comportan de forma obscena en presencia de niños que vienen en compañía de sus familiares”.
Ante tales desmanes indagamos por posibles medidas, controles y quién sabe cuántas acciones más que puedan frenar o al menos restar velocidad al ómnibus donde viajan estos problemas.
¿Qué hace la administración de la Terminal para revertir la situación?
“Nos enfrentamos todos los días a ciudadanos conflictivos — expresa Oscar Quintana, el administrador—, nada fácil, si se tiene en cuenta que nuestro personal está para garantizar un servicio, pero este centro se presta para muchas cosas, incluso, para delitos; hace poco los baños de mujer comenzaron a presentar salideros y cuando revisamos dentro de los tanques de los muebles sanitarios, hallamos monederos vacíos, pasaportes, carnet de identidad, libretas de bancos y hasta celulares, lo que supone que están cartereando a los viajeros. Aquí radica un Sector de la PNR, pero casi nunca funciona, ellos vienen cuando se les llama, y no siempre llegan a tiempo”.
Para José Lorenzo García, director de la Empresa Provincial de Transporte, la Terminal de Sancti Spíritus no reúne las condiciones idóneas para la actividad por tratarse de un inmueble adaptado donde, además de funcionar con otras terminales dentro, están también las piqueras de los camiones y las máquinas particulares, una planta de fregado arrendada, un local de los inspectores populares, la sede de Movitel, la cafetería y el restaurante de la Gastronomía, entre otros. ¿Cómo evitar entonces que las personas entren libremente?
Resulta casi imposible; porque allí confluye desde el que vende caramelos, el que viaja hacia zonas rurales o a las capitales de otras provincias, hasta el que pide un peso o coloca un santo en el piso por donde hay más trasiego de personal, para que le abonen dinero.
“En un futuro no lejano —explica el director—, cuando se traslade la Terminal de Ómnibus Nacionales a su nueva sede, que ya está en fase constructiva, reordenaremos mejor el funcionamiento de ese centro; no obstante, cada sábado por la mañana realizamos una reunión en la que participan todos los que tienen que ver con el funcionamiento de la instalación, y se evalúan las incidencias de la semana”.
Pueden ser o no efectivos esos encuentros semanales, pero lo cierto es que para los directivos de Transporte y el resto de los organismos implicados el mayor reto es cambiar la imagen nada apropiada de la terminal y para ello pudieran ser numerosas las acciones, entre ellas la presencia de agentes de seguridad en mayor cantidad de posiciones, el empleo de cámaras y un mayor enfrentamiento por parte de los inspectores populares y de los propios trabajadores del centro, entre otras. Si cada cual cumple con lo que le corresponde, seguro se le pondrá definitivamente un verdadero freno a las indisciplinas sociales que hoy viajan a exceso de velocidad en la Terminal de Sancti Spíritus.
La Policia Nacional Revolucionaria debe ser mas activa en las acciones contra la tranquilidad ciudadana, debe trabajar mas en funcion de defender los derechos sociales que nos hemos propuesto, y sin maltratar y persuadiendo en los primeros momentos sacar de la Terminal todo el personal que no va a viajar, hacer recorridos, velar y vigilar por que trancurra sin acciones delictivas una parte de la ciudad que da y muestra parte de la idiosincracia del Espirituano que ya hoy se está deteriorando por estar ausente en ese lugar.
Estimados lectores, lo que deja leer el rotativo es solo una milesima parte de las indisciplinas que se cometen en ese lugar, que si pudieramos catalogarlo con una categoria lógica y entendible, fuera ANTRO, pero a ello se suman las indisciplinas de los compañeros que ahi trabajan, la mas común es la que se hace con las personas que viajan por Lista de Espera, y explico, llega un viajero, marca la Lista de Espera, llega luego mucho mas tarde casi despues de pasar veinte numeros despues del suyo una joven y bella muchacha y resulta que descaradamente ella se va muy por delante suyo……¿que le parece? ¿magia?…………saque sus propias concluciones, otra es que los carros no entran y si entran no llaman de la Lista de Espera, se pponen en contubernio trabajadores y choferes y recogen en el semaforo o al doblar frente a la intitucion de Logistica Hidraulica, otra va a al cola un trabajador de la empresa, coge un numero de Lista de Espera, y al subir al omnibus sube otra persona………ya sacó sus concluciones?……….
Fui vecino por muchos años de esa Terminal y puedo confirmar que es muy cierto todo lo que nos relata el artículo, pudiera parecer exagerado, pero no, todo lo contrario. Los hechos delictivos continuados afectan incluso a los vecinos de los edificios, que poco a poco se han amurallado de rejas para protegerse de algun modo.Luchar por tener una terminal limpia y disciplinada tiene que ser nuestro objetivo principal, esta constituye uno de los rostros de la provincia, las mas de ls veces el único que reconocen los miles de viajeros que la visitan.
es la falta de respeto mas grande de la provincia a la cara de todos los q viajamos por medio de los omnibus desde q pides un numero y si no es con dinero no te montas hasta la venta de la cola y así queremos mejoras
Llamar «ïndisciplina social»A los actos de vagabundeo,vandalismo y atentado a la salu y la moral publica,no deja de ser un eufemismo..Y que solucion propone la periodista?..Porque no se entrevistas a la autoridades encargada de brindar orden y seguriudad a loa viajeros?..Opino que una reunion semanala resolevera muy poco si es que resuelve algo.Gracias