Fotografías, documentos y otros exponentes relacionados con la vida familiar y la actividad revolucionaria del Héroe Nacional complementan el tesoro que resguarda la casita donde nació José Martí
Cuentan quienes detallaban sucesos para enriquecer historia, por el lejano 1853, que aquel 28 de enero, cuando Doña Leonor Pérez, dejó correr entre sus piernas al recién nacido José Martí y Pérez, misteriosamente las sombras y la noche dejaron espacio libre a las luces.
Parecía que la sabia naturaleza había recorrido tiempos futuros. Y desde allí el presente se hizo sentir, y de manera singular, en aquel muchacho, que mientras crecía, dejaba huellas de sabiduría, de una madurez extraordinaria, bien atada a sentimientos de cubanía y patriotismo, de humildad, solidaridad y un humanismo que lo marcaba.
Mucho de ello se habla entre libros, testimonios. Sin embargo, en lo que fuera la casita marcada con el número 41, en la Calle de Paula (hoy Leonor Pérez), en La Habana, el museo más antiguo de la ciudad capital de Cuba regala historias.
Fundado el 28 de enero de 1925 en la casa donde naciera el Héroe Nacional cubano, por la persistencia, el concurso y dedicación del periodista Arturo Carriarte y de un pequeño grupo de cubanos que emprendieron una batalla pública de recopilar, ordenar y conservar objetos pertenecientes a Martí, la casita es toda una institución que nacionales y extranjeros visitan sistemáticamente.
El inmueble fue construido a principios del siglo XIX, muy próximo a la Muralla, y en el se constatan elementos típicos de las viviendas populares como las paredes de argamasa y techo de tejas. La edificación no sufrió grandes transformaciones durante esa etapa y permaneció en el anonimato hasta 1899, cuando emigrados cubanos radicados en Cayo Hueso develaron una tarja en su fachada.
Desde su nacimiento hasta el triunfo de la Revolución, el museo funcionó sin apoyo oficial, dirigido por un Patronato que realizó una estoica labor para cumplir sus objetivos.
Todo el proceso social iniciado en enero de 1959 facilitó la restauración total de la Casa, y el enriquecimiento de su colección. En 1994 el Museo Casa Natal de José Martí se integra a la Oficina del Historiador de la Ciudad, con lo cual se inicia una nueva etapa de restauración y remontaje museográfico.
Este distintivo centro patrimonial es muy conocido en todo el país e internacionalmente, y recibe un promedio superior a los sesenta mil visitantes por año.
La casa está dividida en diferentes salas que reflejan etapas de la vida de Martí. En el piso de arriba están representadas la infancia y la juventud del prócer, destacándose objetos como la tarja en el lugar de su nacimiento; el primer documento que se reconoce de Martí, que es la carta que le hizo a su madre en Hanabanilla; y el grillete que usó en el presidio político, donado por Amelia Martí, hermana del héroe.
Fotografías, documentos y otros exponentes relacionados con la vida familiar y la actividad revolucionaria del Héroe Nacional complementan el tesoro que resguarda aquella casita marcada con el número 41, en la calle de Paula, donde nació José Martí, el 28 de enero de 1853.
Sucede, entre quienes visitan el Museo Casa Natal de Martí, que al salir a la empedrada calle, solo se necesita cerrar los ojos para ver al prócer, acabadito de llegar al mundo cargado de luz, que esparció para todos en cada paso, que selló historia y Patria.
Jose Marti Perez desde su nacimiento ninez su jubentud y como hombre fue una persona llena de prodigios y virtudes cuando se habla de la casita donde el vivio y que ahora es yn museo lleno de todas sus experiencias la misma que enaltese de orgullo a todos los Cubanos. Me llena de satisfaccion de haber estado en cuba en un diplomado en el Instituto Jose Marti con unas experiencias imnolvidables su jentes son muy condesendientes, conosi la Lpaza de la Re oluckon xonxe esta a el edificio de Jose Marty gracias a ni amigos cubanos en especial a mi amiga Mirelyz de Santy Spusitu