Fidel Castro volvió a Sancti Spiritus. Lo hizo de la mano de la historia para realzar la inauguración oficial de los Juegos Escolares Nacionales de alto rendimiento en los alrededores del parque Serafin Sánchez
Desde lo alto de la biblioteca Rubén Martínez Villena, otrora Sociedad el Progreso donde en 1959 habló por primera vez a los espirituanos, el Comandante en Jefe regresó en imágenes que le recordaron como padre de estas citas y promotor del desarrollo deportivo cubano.
A su escolta, la imagen del Guerrillero Heroico, Ernesto Che Guevara, un hombre de deportes que animó la velada, en el año cincuenta de su caída en combate.
No existió mejor apertura para una ceremonia que se distinguió por el néctar de cubanía en una simbiosis de dos de sus íconos simbólicos: deporte y cultura. También por el ritmo dinámico y emotivo de su propuesta y por la disciplina de los presentes.
Tras el desfile de palmas, banderolas, gimnasia y música puramente cubana, la noche espirituana dio la bienvenida a la representación de las quince provincias y el municipio especial Isla de la Juventud, además de a los diez países que toman parte en el evento.
El doctor Alexis Lorente, presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular, dió la bienvenida a los presentes a una ciudad que atesora 503 años de historia y tradición como una de las siete villas fundadas en Cuba, mientras Carlos Manuel Bermúdez, director de Deportes en Sancti Spíritus, declaró oficialmente inaugurados los Juegos, que ya abrieron competitivamente desde el pasado cuatro de julio.
Como símbolo del vigor y la continuidad de estos Juegos, glorias deportivas del territorio, medallistas olímpicos, paralímpicos y mundiales: Eriel Sánchez, José Raúl Delgado, Yangaliny Jimenez e Ifreidi Coss entregaron la bandera de los Juegos a campeones actuales de estas citas
A nombre de los atletas Yailín Paredes juró, mientras Ramón Howard 0’Farril lo hizo por los árbitros y Alieski Reyes, por los entrenadores.
Y como no hay olimpiada por pequeña que sea que no tenga su fuego, la noche se iluminó con el encendido de la llama olímpica que previamente recorrió todos los municipios espirituanos.
Seguido con emoción por los presentes en su periplo por los bordes del Serafín Sánchez, el fuego aumentó los grados de calor de la mano de una pléyade de deportistas de alto rango que lo condujeron: Alejandro Claro Fiss, campeón nacional de boxeo, Antonio Fernández Lumpuy, campeón de las Olimpíadas Mundiales especiales, y Frederich Cepeda, multicampeón de béisbol, quien lo entregó a Yailín Paredes, encargada de prender la llama final.
La noche aguardaba aún otras emociones. Tal como empezó entre palmas, banderolas, puños, carreras, ejercicios, colores y canciones se borraron las fronteras entre el arte y el deporte. Sancti Spíritus y Cuba con él entonaron el himno de la juventud y la esperanza: el Gallo de pelea que eternizó el jolgorio en el corazón del Yayabo.
La ceremonia estuvo presidida por José Ramón Monteagudo Ruíz, miembro del Comité Central y primer secretario del Partido en la provincia, y el doctor Antonio Becali Garrido, presidente nacional del INDER.
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