Alcanza Sancti Spíritus la producción planificada en medio de una cosecha surcada por los efectos de la sequía
Cuando a inicios de año buena parte de las fuentes de abasto de agua que debían mojar las vegas espirituanas enseñaban el fondo, parecía improbable que la cosecha tabacalera alcanzara la producción planificada; sin embargo, los productores no se amedrentaron ante la sequía, apelaron a cuanta reserva de líquido apareció en cada lugar y, de la mano de la calidad de la hoja y un mayor rendimiento agrícola, lograron que la provincia llegara a las 3 460 toneladas comprometidas con la economía nacional, cifra que asegura un crecimiento con respecto a la anterior de más de 200 toneladas.
Por tercera campaña consecutiva Sancti Spíritus cumple este importante rubro y sostiene su posición de segundo territorio con mayor peso en el cultivo a nivel de país —después de Pinar del Río—, un resultado que consolida la transformación iniciada en el 2011, a tal punto que de aquel año al actual el crecimiento productivo representa un 77 por ciento y asciende a 1 512 toneladas de tabaco.
Osmel Pérez Puentes, director general de la Empresa de Acopio y Beneficio de Tabaco en la provincia, declaró a Escambray que la calidad distingue el cumplimiento, pero en medio de la complejidad que tuvo la campaña fue determinante el acercamiento a los productores, la toma de decisiones en momentos claves y la asignación de equipos por el Grupo Tabacuba, recursos que, según sus palabras, permitieron correr detrás del agua y minimizar los daños de la cosecha en la capadura, porque el tabaco principal fue el que aprovechó el poquito de agua que tenían las fuentes.
Baste decir que el impacto de la sequía se hizo sentir de una manera u otra en más de 970 hectáreas de las 3 223 plantadas —cifra mayor a la prevista—; la afectación mayor se concentró en Taguasco, municipio que, pese a quedar por debajo del plan, aportó 983 toneladas, un nivel superior al año precedente.
En tal contexto, nada tiene de extraño que recayera en las vegas de Cabaiguán el peso de la contienda, por eso poco más de la mitad del tabaco acopiado hasta el 20 de agosto corresponde a ese territorio, el de más arraigo en el cultivo y, a la vez, donde está el grueso de la producción que falta por recolectarse para llegar al estimado total de la cosecha ascendente a 3 517 toneladas, añadió Osmel Pérez.
Sin obviar el trabajo de los vegueros, jornaleros y demás personal técnico y de dirección involucrado en la cosecha, resulta obligado hablar del comportamiento de la variedad Sancti Spíritus 2006 —un logro de la Ciencia espirituana—, las más usada en la siembra y que, según la propia fuente, demostró mejor resistencia a las enfermedades e incidió en el mayor rendimiento agrícola.
Si bien el acopio de tabaco tapado quedó en 168 toneladas —de las 200 previstas—, la provincia sí pudo llegar a las 40 toneladas de capas de exportación planificadas.
Aún sin concluir la entrega de la hoja que permanece en los aposentos, otro de los frentes que ha caminado a la par del incremento productivo, la provincia ya puso en marcha la nueva campaña en sus fases de preparación de tierra y el fomento de los semilleros, con miras a contratar la siembra de 3 300 hectáreas y abrazar un compromiso de entregar el año próximo 3 580 toneladas de tabaco.
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