Un proyecto internacional que utiliza esta materia orgánica obtiene resultados constantes y sonantes en el municipio de Cabaiguán
El proyecto La biomasa como fuente renovable de energía para el medio rural (BIOMAS-CUBA) durante su segunda fase ha dejado resultados constantes y sonantes en el municipio de Cabaiguán, fundamentalmente en el área de la producción de alimentos y del uso del biogás como combustible doméstico.
Entre los indicadores de mayor impacto se consideran el beneficio de 1 500 personas de forma directa y 65 852 indirectamente, las cuales en general mejoraron su nivel de vida y las condiciones de trabajo, a partir del incremento de la producción de alimentos y su diversificación, el acceso a capacitación, aprendizaje y energía, creación de empleos, humanización del trabajo, mejores ingresos, el acceso de los productores y sus familias a equipos domésticos para cocción de alimentos, alumbrado y refrigeración con biogás.
Además, según el informe resumen de esta etapa, se mejoraron más de 980 hectáreas de suelos, el consumo de energía a partir de fuentes renovables en áreas rurales alcanza entre el 10 y el 70 por ciento —sobre todo debido a la utilización de biogás como fuente energética renovable y de molinos de vientos—, y se utiliza la tracción animal en la preparación de tierra y la transportación.
En Cabaiguán, donde existen 183 fincas y unidades productivas que disponen de producción integrada de alimentos y energía, se reduce como promedio 300.1 MWh/año el consumo eléctrico de la red nacional gracias al uso de biogás, lo cual representa para el país un ahorro superior a los 69 000 USD.
El empleo de la biomasa como fuente renovable de energía también evita importantes vertimientos de la carga orgánica, permite realizar el uso de tres subproductos generados durante el proceso de digestión anaerobia: biogás, bioabono y efluente acuoso rico en nutrientes, y reduce las emisiones de dióxido de carbono y metano, gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático.
El Programa BIOMAS-CUBA II apoya políticas de producción integrada de energía renovable y alimentos, dirigidas a lograr seguridad alimentaria y mejorar las condiciones de vida en el medio campestre.
Igualmente trabaja para proteger el medio ambiente y generar ingresos, empleos, capacidades locales e impactos socio-económicos en grupos rurales con menor acceso a la energía, en concordancia con la Estrategia Municipal de Desarrollo Local.
Este proyecto, que se extiende desde el 2008 hasta el 2020, es financiado por la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación, con contrapartes en la Estación Experimental Indio Hatuey, centros de los Ministerios de Agricultura, Educación Superior, Citma, los gobiernos locales y algunas Organizaciones No Gubernamentales.
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