La presidenta del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos Inés María Chapman recorrió obras de la provincia, donde realizó oportunas sugerencias
La situación actual de los embalses espirituanos resulta muy favorable, pero nunca nos podemos confiar, debemos continuar una estricta vigilancia y regulación de estas presas ahora casi llenas porque aún no ha concluido el período lluvioso, ni la temporada ciclónica, alertó aquí Inés María Chapman, presidenta del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) en visita de trabajo al territorio.
En ese sentido reconoció el favorable estado técnico del sistema hidráulico espirituano y de sus trabajadores, pero también recomendó revisar las micropresas y tranques existentes por encima de los embalses que puedan verter abruptamente; y mantener las comunicaciones con Villa Clara, donde la ocurrencia de precipitaciones incide directamente sobre el llenado de la Zaza.
Además, indicó revisar aguas abajo de este gigantesco embalse, pues durante los últimos años no hubo necesidad de aliviar y las personas pudieron haber sembrado o construido por allí: “No puede haber afectación a la vida humana. Estamos preparados para asimilar las avenidas y operar todas las presas”, aseguró la presidenta del INRH.
Por otra parte, insistió en que ahora hay que cuidar y ahorrar el agua, planificar las entregas y utilizarla con eficiencia para lograr superiores producciones en la Agricultura, también afectada por el paso del huracán Irma: “Estos embalses son para que duren dos y tres años, hay que preservarlos para utilizarlos en el período seco”, puntualizó.
Por otra parte, reconoció como una fortaleza del territorio que actualmente el 98 por ciento de los clientes de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado ya reciben el servicio y recordó que ante estas situaciones excepcionales el abasto de agua constituye una prioridad, la cual debe quedar resuelta con diferentes opciones en el lapso de 72 horas, ya sea con pipas, grupos electrógenos o por gravedad, incluso en aquellas comunidades que habitualmente abastecen la Agricultura o Azcuba; “nosotros somos los responsables de llevar el agua a toda la población”, puntualizó.
Inés María Chapman recorrió zonas de la cortina de la presa Zaza, el aliviadero del Cayajaná y los trabajos de restablecimiento de la conductora que abastece la zona sur de la ciudad espirituana, donde recomendó dejar escritas las lecciones de trabajo dejadas por Irma como experiencia para otros eventos.
En este sentido, sugirió seguir preparando a las personas, cuadros y funcionarios nuevos; mantener una estrecha relación entre los grupos de trabajo, de energía, de transporte, que permita la continua comunicación para mover los equipos electrógenos hacia las principales prioridades; organizar las pipas con sus cargaderos para disminuir el ciclo de distribución; utilizar el agua por gravedad en las montañas en aras de abastecer las comunidades; y tratar el líquido con vistas a evitar enfermedades diarreicas.
A su vez elogió la construcción de pipas y la ubicación de tanques en los camiones; y la experiencia espirituana de mover algunos grupos electrógenos con un camión para rotarlos por aquellos asentamientos que precisaban el abasto.
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