Escambray Periódico de Sancti Spíritus
El Día Mundial del Medio Ambiente, dedicado al turismo sostenible, se celebra en Sancti Spíritus, donde la observancia de estrategias ambientales defiende el paisaje
Un sol tenue descorre apenas las copas de los altísimos pinares. El perfume inconfundible de las mariposas blancas se mezcla dulzón con los aromas nacidos en un cercano pilón de café. Las nubes algodonadas casi acarician el mentón. Un tocororo se asoma desde aquella rama a la escena, mientras el agua se despeña indetenible por los flancos y la médula misma de las cascadas. Sin sofocos, los viajeros pueden andar libres por los senderos bordeados de helechos, entrar a una cueva, bañarse en el río o disfrutar la belleza espléndida de las orquídeas.
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El Paisaje Natural Protegido de Topes de Collantes lleva el cuño del paraíso, igual que el Parque Nacional Caguanes, las Lomas de Banao o algunas de las otras cinco áreas protegidas ubicadas en territorio espirituano, un entorno espectacular donde la práctica del turismo sostenible se parece notablemente a los conceptos.
La Organización Mundial del Turismo lo define como aquel que toma “plenamente en cuenta las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales y medioambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas”.
Este año el Día Mundial del Medio Ambiente se dedica especialmente a esta modalidad y en Cuba Sancti Spíritus resultó elegida como sede central de las celebraciones, entre otras razones por la forma en que aquí se puede tocar con las manos la observancia de metas y estrategias ambientales como la conservación de la biodiversidad en estas regiones.
FORTUNAS NATURALES
Entre sus fortunas, Sancti Spíritus cuenta con costas en ambos litorales y uno de los macizos montañosos cubanos de mayor variedad. Los atractivos de la naturaleza se suceden: playas y paisajes, cuevas y cayos de piedra únicos en la isla, muestras de arqueología y pictografía, múltiples ejemplares de flora y fauna endémicas se convierten en un imán excepcional.
Banao constituye una de las mejores reservas ecológicas de la isla. A su lado, Tunas de Zaza exhibe las exclusivas poblaciones de nidificación del flamenco rojo en la costa sur cubana. Y así se suceden los encantos también en las reservas florísticas manejadas de Lebrije y Lomas de Fomento o en las áreas protegidas de recursos manejados Jobo Rosado y Buenavista.
“En cuanto al turismo sostenible llevan la delantera Topes de Collantes, Banao, Jobo Rosado y Caguanes. Topes es considerada el área donde hay mayor desarrollo de turismo de naturaleza en Cuba. Posee más de 10 productos consolidados: senderos, caminatas, recorridos e infraestructura. Tiene una historia, allí han hecho eso toda la vida”, valora Ernesto Pulido, secretario ejecutivo de la Junta Coordinadora Provincial de Áreas Protegidas.
Y agrega que Banao es una de las que más resultados han obtenido con el uso público al contar con un centro de visitantes nuevo. “Vamos a construir este año otro de este tipo en Topes. Tunas de Zaza también se ha fortalecido, allí se hizo un muelle para actividad náutica. En general se han incrementado el número de guías, la capacitación y hemos avanzado en la señalética”.
En Sancti Spíritus existe un sistema de ocho áreas protegidas con administración para preservar la biodiversidad. En ellas se oferta casi una veintena de productos turísticos: cabalgatas, caminatas, recorridos náuticos, observación de aves, jeep safari, entre otras que posibilitan obtener un financiamiento luego utilizable en su misma conservación y funcionamiento.
Según la Delegación Provincial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) en Sancti Spíritus, solo el año pasado a estos sitios privilegiados por la naturaleza entraron más de 225 000 turistas nacionales y extranjeros, los cuales aportaron cerca de 18 millones de pesos, como muestra de una tendencia creciente en la demanda de visitar estos lugares.
¿Qué debilidades obstaculizan actualmente el crecimiento de este tipo de turismo en el territorio?, inquiere Escambray.
“Las áreas no disponen de completa autonomía sobre los ingresos, una parte se revierte allí, pero decide el nivel empresarial. Por ejemplo, en Banao no cuentan con transporte especializado para subir a los turistas, faltan medios náuticos en estos lugares, existen dificultades con las comunicaciones internas. Por otra parte el funcionamiento de la Comisión Turismo-Naturaleza en la provincia no resulta armónico y eso incide en la legalización de algunos productos. Además, la capacitación de los guías aún resulta insuficiente, existen problemas con el dominio del idioma”, resume Ernesto Pulido.
El 23 por ciento del espacio terrestre de la provincia hoy lo ocupan las áreas protegidas y esa cifra debe incrementarse en los próximos años con la incorporación de otras siete que para el 2022 ya deben quedar bajo administración propia: refugios de fauna en los deltas de los ríos Agabama e Higuanojo, el Palmar de Romero en La Sierpe, la cueva caliente de la Chucha en Yaguajay, arenas silicias de Casilda, Loma de la Tasajera y Hornos de Cal. Además, existe una propuesta para que Banao se convierta en Parque Nacional, con la incorporación del valor histórico de Caballete de Casa.
ARROPAR PLAYAS Y CORALES
Otro mundo bajo las aguas. Las tonalidades del azul y el verde se entrelazan con los peces escurridizos que se saben de memoria la barrera coralina al sur de Trinidad. Once kilómetros de maravillas en formas caprichosas de abanicos tejidos, cerebros gigantes, pelusas esponjosas o diminutas estrellas marfil.
En el colimador que guarece la naturaleza espirituana también se encuentran las investigaciones realizadas el pasado año por especialistas del Centro de Investigaciones Marinas de la Universidad de La Habana y algunos colaboradores a este entorno, donde el concepto de turismo sustentable igualmente alcanza protagonismo.
De auerdo con Esteban Acosta, investigador del Centro de Servicios Ambientales aquí, los arrecifes de corales constituyen ecosistemas marinos costeros que se caracterizan por una alta diversidad de especies y por los numerosos bienes y servicios que brindan. En el turismo su uso se ha incrementado en los últimos tiempos. En el caso de Ancón, los arrecifes coralinos cuentan con diferentes biotopos, donde se encuentran varios puntos de observación.
“La investigación realizada en ocho de los nueve sitios de buceo arroja resultados halagüeños, más del 50 por ciento de los corales se presentan en colonias sanas y el blanqueamiento es solo de un 20 por ciento. Esto permite asumir que la salud de esos sitios es buena, aunque hay que tener en cuenta que la pesca subacuática y la deportiva, así como el uso de artes de pesca no selectivos y el anclaje de los medios náuticos pueden deteriorar este recurso”.
Entre las recomendaciones para mejorar la ecogestión y elevar la eficiencia en el uso y desarrollo sostenible del litoral sur se cuentan la realización de monitores con otros indicadores importantes como talla de corales y bentos o conjunto de organismos que viven en los fondos acuáticos. También el establecimiento de sistemas fijos de anclaje, la elección y rotación de los sitios de buceo.
Por otra parte, durante los últimos años se han realizado investigaciones para la protección de las playas arenosas, sobre todo en la zona de Ancón, importante destino de sol y playa para el turismo nacional e internacional.
“Se hicieron estudios de la calidad del agua, de la situación de la duna, de la flora, acerca de la dinámica costera. Se tomaron acciones para su recuperación. Hace tres años la península estaba abandonada, cubierta de especies exóticas. A partir de una acción conjunta entre el Mintur, las autoridades de la provincia y el Citma se acometió la recuperación. Aportamos en tres años un financiamiento de más de 2 millones de pesos para rescatar este paisaje, que incluyó el desbroce controlado del marabú en la península, estudios sobre la flora, el fomento de los viveros, la reforestación y el primer año de la plantación. Hoy está todo reforestado”, asegura Leonel Díaz Camero, delegado del Citma en Sancti Spíritus.
Además, en esa zona costera se eliminaron ilegalidades como restos de instalaciones en la duna y frente al hotel Ancón, donde se encuentra el perfil de playa más deteriorado, se realizaron otras acciones de mitigación: construcción de pasarelas, recogida de piedras y restos, descompactación y restablecimiento de las principales cárcavas.
“Uno de los principales problemas —puntualiza Néstor Álvarez, jefe de la Unidad de Medio Ambiente en el territorio— era que las personas se agrupaban buscando sombra y eso aumentaba la compactación de la duna, se construyeron más de 500 sombrillas a lo largo de la costa para que la carga fuera distribuida. Las acciones continúan en el tiempo para mantener la calidad del producto. Hoy la playa tiene una situación muy favorable y se encuentra entre las menos erosionadas del país. Según la información del Mintur, las quejas de los turistas con respecto a ella son casi nulas”.
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Escambray / ISSN 9664-1277
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