Una cooperativa de créditos y servicios del municipio cabecera de provincia cumple, pese a los contratiempos, con el millón de litros de leche entregados al Estado
Rumbo a Guasimal, Consejo Popular costeño del municipio de Sancti Spíritus y en cuyo corazón palpita la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Bienvenido Pardillo Quintero, la reportera piensa en Fidel. Impulsor al fin de aquella idea de que las vacas podrían dar más leche si se les ambientaba con música incidental —que, ciertamente, rindió frutos allá por los años 70 u 80— , podría considerársele el responsable de que la citada unidad productiva haya logrado, aun cuando ninguna otra más en ese territorio ni en la provincia lo ha conseguido, entregar al Estado un millón de litros de leche en el año que culmina.
Más que ello, pretenden sumar a esa cifra otros 700 mil litros antes del cierre de diciembre, para superar su propio récord. El año pasado, cuentan, allí se entregaron un millón 45 mil unidades, predominantemente con destino a la industria. Pero ni música incidental ni magia obró en el caso de los asociados a esa base campesina, sino el empeño, la disciplina y el control a la hora de sortear escollos nada desdeñables, como una larga sequía primero y una avalancha de agua después, cuando el huracán Irma descabezó platanales y arrancó sembradíos de cuanto cultivo se encontró a su paso.
Lo dice no solo Orlando Obregón Medinilla, el avezado presidente de la CCS, a quien los 18 años al frente de la misma parecen haberlo curado de espanto. Lo atestiguan también los propios campesinos, muchos de los cuales tienen poca o mediana edad, pero otros, como es el caso de Rafael Hernández Manso, quien ya carga con 77 años que parecen no pesarle, acumulan la experiencia necesaria como para saber distinguir entre las causas de verdadero peso. Mientras espera el acto de agasajo por el resultado productivo en plena jornada navideña, afirma tajante: “Junto a las demás razones que le dijeron ya, lo del pago a destiempo es muy cierto. La gente se desanima cuando ve que entrega y entrega y el dinero no le llega cuando se acordó. Eso de sacar un crédito revolvente ha sido también la salvación, porque la cooperativa asume el pago y lo hace en tiempo, además de asumir los intereses del banco”.
Hernández Manso es también miembro de la junta directiva de la CSS, de ahí el dominio que tiene sobre el tema. Mientras habla, otros asociados que escuchan la plática asienten con la cabeza o agregan ideas del por qué de la exclusividad. “Pero esto no es nuevo, nosotros llevamos nueve años consecutivos llegando al millón de litros de leche”, subraya el presidente de la base productiva, antes de precisar: “Otros han llegado a la cifra, pero no han repetido de forma ininterrumpida”.
Obregón añade datos, según la reportera va indagando. Producen, también, viandas disímiles —cuando después de Irma nadie tenía plátanos, de allí salieron determinadas cantidades para las ventas a la población o la entrega a organismos—, carne vacuna, ovino-caprina, avícola y de conejo. Al terminar noviembre ya habían vencido el plan de producción de frijoles, que era de cien toneladas. Y no paran.
Por eso este día festivo el jolgorio en el Ranchón de los Campesinos se notaba desde lejos, y a la poesía y la canción dedicadas a Fidel, en voz de Alaín Valle Cruz, el niño al que muchos ven como una promesa del canto, se sumaron el baile, el “saladito” y el ron en una fiesta que el equipo de prensa no pudo compartir hasta el final, porque apremiaban los reportes.
LAS CASAS QUE LA CCS LEVANTÓ
No fueron las únicas, pero sí las que les correspondió a los directivos y trabajadores de la “Bienvenido Pardillo Quintero”. Dos viviendas de las más confortables que se hayan levantado en suelo espirituano después de Irma están allí, en Guasimal, para hacer el cuento de lo que valen la voluntad y la perseverancia.
Humildes a más no poder, Celina Rabí Rabí y su esposo apenas balbucearon palabras cuando la comitiva llegó a la morada, entregada justo el día en que Guasimal celebraba la fecha de su liberación por el Ejército Rebelde en diciembre de 1958. Más con su semblante mismo que con el verbo, agradecieron el beneficio de tener paredes de mampostería y techo de fibrocemento, una edificación, en fin, cómoda y amplia. De hecho, la suya ahora es una casa que no podría ser arrancada con facilidad por huracán alguno, mucho más sólida que la que tenían antes, cuando todo se les mojaba ante el menor aguacero.
La historia se repite con Carlos Rafael Pérez, lugareño que funge como obrero agrícola en su propia parcela, pese a estar privado de un brazo. Fuerzas de trabajadores de la CCS desbrozaron incluso un hierbazal frente al domicilio para que él pudiera plantar allí los diferentes cultivos. Lo que tenía por domicilio, cuenta Carlos tras recibir la llave de la casa, era mucho más vulnerable que la construcción que hizo las veces de facilidad temporal, levantada con tablas de palma y techo de fibroasfalto. Orondo, muestra los amplios locales, el medio portal, el baño con muebles sanitarios de los que se adquieren casi exclusivamente en las shoppings y agradece como puede. “Esto es para mí la mayor felicidad del mundo”, dice, conmovido, y halaga a los hombres y mujeres de la CCS.
Y aunque en días de Navidad la gente, prensa incluida, suele descansar en familia, place presenciar alegrías como las de estos compatriotas que allá, –donde, podrían decir algunos, el Diablo dio las cien voces y nadie le oyó, hay motivos para sentir orgullo. No todos los días aparece, entre 20 unidades productivas que agrupa la Unidad Empresarial de Base (UEB) Integral Agropecuaria Sancti Spíritus una que saque la cara por las restantes. Mucho menos aparece en toda una provincia, cuando el argumento más recurrente para explicar la no llegada a metas o a compromisos está ahí, pisándonos los talones, con el nombre de Irma o de algún otro huracán, sin mencionar las causas subjetivas, que siempre están presentes si faltan por aprender las enseñanzas de colectivos como este millonario que honra a Guasimal.
He estado buscando información publicada acerca del cumplimiento de la producción lechera en mi provincia pues no entiendo por qué si el cumplimiento es tan publicitado, y de lo mucho que ha llovido en todo el territorio, esta semana estuve en Trinidad (del 19 al 23 de enero de 2018) y los niños y dietas médicas reciben la leche en polvo.