Escambray Periódico de Sancti Spíritus
Una llamada por teléfono, una pregunta cara a cara, un mensaje desde el chat de Facebook; de estas y otras maneras se enrolaron más de 20 personas en un viaje, mejor se diría, peregrinación a un sitio sagrado de la historia patria en el macizo de Guamuhaya. Más de 20 integraron la lista y tomaron rumbo a Caballete de Casa, desde la instalación del Campismo Popular La Hormiga, del municipio de Fomento: estudiantes de las diferentes facultades de la Universidad de Sancti Spíritus, profesores del centro e invitados de la Sociedad Cultural José Martí.
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Como “la pasión sagrada de los persistentes”, parte de la letra de la canción Gallo de pelea que también acompañó el recorrido, el día fue corto para vivir desde la memoria histórica, el sacrificio y la entrega de quienes con el rifle el hombro y el hambre engañada con algún alimento, pero con el corazón en la mano, hicieron realidad el sueño de los humildes.
La mañana inició temprano. La “tropa” del siglo XXI se vestía con pulóveres, pantalones, tenis, sombreros, gorras, gafas, y hasta alguna mochila con panes y agua. El camión los llevaba hasta Gavilanes, más de 12 kilómetros después de La Hormiga, donde el empinado camino ya anunciaba la cercanía con las lomas y la belleza del monte firme, como dirían los lugareños.
En la trayectoria hasta el sitio, cámaras y teléfonos móviles en mano tomaron recuerdos del hogar de Lucas Peñate, hoy de su hijo, pero inscrito en la historia: la casa del Che, de Fidel, en 1958 y por coincidencia, años después visitada por el joven Gerardo Hernández Nordelo.
Tras esos flashazos de luz, cada punto más arriba se combinaba con un mayor vaivén del vehículo. Cuando la voz cantante del guía Luisvani anunciaba la llegada a Gavilanes, nadie pudo contenerse ante la idea de tomar unas fotografías al Museo del Frente de Las Villas. Antes de la entrada, un Che vestido de verde olivo ideado por José Delarra, convidaba a no pasar por alto este momento.
Ya con el sol calentando sobremanera, los pies enrumbaron la marcha. En la trayectoria acompañaba la bandera de la estrella solitaria. A su paso, los fomentenses saludaban al grupo y les deseaban feliz viaje, conocedores de la larga caminata. Después de algo más de un kilómetro al fin se apreciaba la primera señalización del camino, en la base: Monumento Nacional Caballete de Casa.
René García, uno de los invitados y amante de las tradiciones históricas, presentó a Ernesto Pino Fábrega, mejor conocido como Pupo, uno de los guías de la columna 8 “Ciro Redondo” del Ejército Rebelde dirigida por el médico argentino. El hombre sencillo contó sobre su apoyo a la guerrilla y mucho más, su contribución en la lucha contra bandidos.
La hora cero comenzaba de veras. Afirmaban los más conocedores que aunque la elevación se ubica a más de 600 metros de altura sobre el nivel del mar, el itinerario se alarga a dos kilómetros y medio por lo difícil de la trayectoria. Pero los arriesgados no creyeron en pruebas complicadas. Y comenzaba la subida.
Algunos “se fajaban con la loma” y subían como desenfrenados por llegar a la espectacular vista del mirador. Otros, preferían observar cada detalle, los sitios donde se ubicaban los dormitorios, la armería, el anfiteatro, los suministros… y por qué no, apreciar la naturaleza: helechos arborescentes, curujeyes, tocororos, caudales de agua limpia bajados de las lomas. Cada paso implicaba una mayor cercanía con la vivido por jóvenes rebeldes hace cerca de 59 años.
Mientras el cansancio pretendía doblegar a los caminantes de la ruta Por los caminos del Che, la llegada al lugar de la Comandancia apretaba el sentimiento en los corazones, quizás, porque en estas lomas también fue grabada la famosa intervención del Guerrillero Heroico repetida una y otra vez en Radio Rebelde. Y como la juventud no se detiene, el resto del grupo finalmente llegaba a la cima.
Desde arriba las hermosas montañas se abrazaban unas con otras, y parecía como si la magnificencia de la geografía fuera insignificante ante la gloriosa historia que se construyó sobre estos predios. No faltaron el Himno de Bayamo y las palabras a los héroes, cuyos aniversarios se conmemoran este 14 de junio: Maceo sus 172 años, y Che, 89.
Luego de un breve descanso, a emprender el viaje de regreso. Mientras el grupo se acercaba nuevamente a Gavilanes, no se pudo contener el impulso de bañarse en un remanso de agua clara a un lado del camino, donde cada quien contaba cuán difícil le había sido el camino y unos y otros afirmaban que una segunda parte valía la pena. Al llegar al poblado y ser saciada el hambre, la ruta se emprendía en retorno, luego de hacer fotos junto a los compañeros para guardar las memorias.
Porque la juventud quiere amar e inundar todo con su abrazo, llegó este grupo hasta Caballete de Casa en Fomento, un ascenso a la historia de los nuevos rebeldes.
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Escambray / ISSN 9664-1277
la juventud espirituana como siempre demostrando su patriotismo