Científicos y activistas de diversas partes del mundo defienden el establecimiento en la ONU de una convención que prohíba las armas nucleares, pese a la ausencia en las negociaciones de las potencias poseedoras
En el contexto de la segunda conferencia para negociar el ambicioso instrumento, la cual sesiona en Naciones Unidas del 15 junio al 7 de julio, Prensa Latina obtuvo declaraciones de reconocidos expertos sobre el tema, promotores de la participación de todos los países en el proceso.
‘Todos deberían ser parte de este momento. Tenemos tratados para prohibir las otras armas de exterminio en masa, como las biológicas y las químicas, pero no para las nucleares’, afirmó Tilman Ruff, copresidente de los Físicos Internacionales para la Prevención de una Guerra Nuclear.
De acuerdo con el físico australiano, especialista en salud humana, aún cuando el 7 de julio la comunidad internacional apruebe la convención en ausencia de los poseedores de los letales artefactos, se tratará de un instrumento histórico.
‘Su importancia será la de deslegitimar a las armas nucleares, y claro que tendrá un impacto hasta para los que no han querido ser parte’, precisó.
Ruff insistió en que no hay dudas acerca de las devastadoras consecuencias para la humanidad del eventual uso de esas armas y de la necesidad de eliminarlas.
Estados Unidos, Francia, Reino, Unido, Rusia y China, y otros países poseedores no participan en la negociación, que fue lanzada en marzo por más de 120 Estados miembros de la ONU.
Según Ruff, Washington pidió entonces a sus aliados de la OTAN no incorporarse al proceso, aunque naciones como Holanda sí decidieron hacerlo.
También el científico nuclear de origen paquistaní Arjun Makhijani llamó al respaldo global a la convención, ante la urgencia de garantizar a las actuales y futuras generaciones un mundo sin armas nucleares.
De cualquier manera, si algunos deciden ausentarse, el tratado representará un primer paso en ese objetivo, y movilizará al mundo, dijo el presidente del instituto para las Investigaciones Ambientales y sobre Energía, con sede en Maryland, Estados Unidos.
Makhijani opinó que el Tratado de No Proliferación Nuclear, abierto a la firma en 1968, no consiguió la meta de avanzar hacia la abolición de la grave amenaza para la supervivencia en el planeta, por lo que estamos ante una nueva oportunidad.
Por su parte, Hans Kristensen, director del Proyecto de Información Nuclear de la Federación de Científicos Americanos, descalificó el pretexto de algunas potencias para no asistir a la conferencia.
El argumento de que es mejor ir paso a paso en materia de desnuclearización no ha funcionado en las últimas décadas, y seguramente eso preocupa a la comunidad internacional, que ha decidido impulsar la convención para prohibir las armas nucleares, manifestó.
Para el también científico Matthew McKinzie, de la amenaza representada por esos artefactos no escapa ningún país, de ahí la importancia de que todos sean activos en la búsqueda de un instrumento multilateral que elimine el peligro.
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