En el foro instalado el 15 de junio resulta recurrente el llamado de los Estados participantes a dotar a la humanidad de un instrumento sin espacios para lagunas, ambigüedades o interpretaciones alejadas de la aspiración de liberar al planeta del peligro representado por las armas nucleares.
Según diplomáticos, en la tercera versión sobresale la prohibición de los ensayos y de la amenaza de uso de las únicas armas de exterminio en masa no sometidas a interdicción, ya que las biológicas (en vigor desde 1975) y las químicas (1997) sí cuentan con tal acuerdo multilateral.
Con estos elementos, se ilegalizaría en la práctica la doctrina de disuasión nuclear defendida por potencias y bloques como la OTAN, que salvo Holanda, decidió no formar parte de las negociaciones previstas hasta el viernes, cuando se espera la aprobación del tratado.
En la conferencia, presidida por la embajadora costarricense Elayne Whyte, están ausentes los países poseedores, bajo diversos argumentos, que incluyen una supuesta necesidad de ir paso a paso en la búsqueda de la convención.
Una treintena de naciones en total no forman parte de un proceso calificado aquí de histórico, que cuenta con la participación y el apoyo de científicos, víctimas del empleo de las armas nucleares y organizaciones de la sociedad civil.
El nuevo borrador recoge la posibilidad de que los Estados poseedores se incorporen al instrumento, para lo cual tendrían que presentar un plan detallado para destruir sus arsenales, en plazos de tiempo específicos y bajo estricta verificación internacional.
Asimismo, estarían obligados a someter todas sus instalaciones nucleares y material nuclear a las salvaguardias integrales del Organismo Internacional de Energía Atómica, a diferencia de lo que sucede en la actualidad.
Durante las discusiones, varios países latinoamericanos y caribeños, entre ellos Cuba, han resaltado por sus propuestas dirigidas a fortalecer el tratado.
La Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN), una coalición global activada hace una década y con presencia en decenas de naciones, celebró la tercera versión del instrumento, y consideró que la misma acerca aún más la posibilidad de que el 7 de julio se adopte la convención.
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