Cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre
Alguien que vivió y escribió a sus antojos, a punto de convertir el realismo en mágico, señaló: “Cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre”.
Alguien que ha vivido poco más de medio siglo y que escribe para ganarse el pan y para reencontrarse con sus lectores y ayudar a construir su país, acuña letra a letra esa frase del hijo del telegrafista de Aracataca, el colombiano Gabriel García Márquez.
Los seres de este mundo, que inventamos celebrar días para todo: de la Tierra, del Agua, de Lucha contra la Desertificación…, también les reservamos en el almanaque uno para los padres. Y está bien que así sea.
Pero, lo lógico, a mi modo de ver, es que todos los días fueran para todo. Solo de ese modo se haría justicia a los padres y a las madres, incluso a los hijos e hijas, quienes únicamente cuando se curten con los años y se vuelven padres y madres llegan a comprender el tono, a veces duro y seco de papá en algún momento recóndito de la adolescencia.
Otro grande, que no perteneció solo a su tiempo, el inglés que eternizó a Romeo y a Julieta, William Shakespeare, escribía para todos los siglos: “Es propio de un padre sabio conocer a su hijo”. Largo es ese aprendizaje, porque cuando uno cree conocer a su prole, cualquiera de ellos te saca algo debajo de la manga en este viaje por la vida.
Severo a veces, tolerante otras, el padre nunca dejará de ser maestro, sí realmente quiere ser padre. Jamás se las sabrá todas, pero carga con la sabiduría que dejan los años, las caídas y las levantadas.
“El hacer del padre por su hijo es hacer por sí mismo”, lo dijo otro maestro, Miguel de Cervantes, el que inventó a Don Quijote para colmar de sabias locuras este mundo, que nadie imaginaría sin los padres.
Co. Enrique Ojito: Felicitaciones por su artículo. Aprendí algo nuevo de Cervantes, de García Márquez y de Shakespeare. Lo único que no me gustó fueron tres fotos que se adjuntaron, una un cro. militar cargando a la esposa y a dos niños sin casco en la moto, otra la de la manipulación de un vendedor de helado sin proteger el barquillo con el vasito y una niña tomando sopa empinada a un plato sin usar una cuchara. El periódico es un maestro que instruye, cultiva y enseña. El periódico influye muy sutilmente en los lectores. Cuidado al escoger los escenarios. Muchas gracias por escucharme. Ciro Torralbas Moreno – Holguín