El cuidado y protección de estos animales callejeros, no está en las patas de los perros, sino en las manos de los hombres
Amigos que merecen mejor trato (+fotos)
Animalia de Sancti Spíritus (+fotos)
Que no dejan dormir a los vecinos, que remueven la basura colocada en los frentes, que riegan las pulgas por pisos y paredes, que promueven la sarna, que se los llevan y al cabo de los días regresan, que demeritan la imagen de ciudades y centros estatales.
Todos esos reclamos, relativos a perros, vienen contenidos en cartas a este medio de prensa, que con regularidad publica textos plagados de argumentos, reflexiones y, por lo general, sugerencias acerca del asunto. El más reciente de ellos vio la luz en el pasado abril. Pero el problema de los perros callejeros pica y se extiende, amenaza con volverse no crónico, que ya lo es, sino insoluble.
“Los callejeros se reconocen por su aspecto de descuido; los ‘callejeando’ son la inmensa mayoría de esos que se ven en las calles, tienen dueños que los sueltan a la hora de irse al trabajo y no retornan a la casa hasta la tarde o la noche. El día que el hombre sepa distinguir entre esos dos conceptos habrá más responsabilidad”, razona Rodrigo Valdés Arias, especialista en Zoonosis del Departamento de Enfermedades Transmisibles del Centro Provincial de Higiene y Epidemiología. A seguidas formula la pregunta retórica: “¿Alguien ha visto un cerdo suelto por ahí?”.
A juzgar por las aseveraciones del especialista, en cada municipio existe y funciona la estrategia dirigida a la recogida de los perros que, digamos, estorban. Eso, aclara él, “si el carro-jaula no tuvo algún problema o fue empleado en alguna otra función más apremiante, porque —lo dice sin recato— lo de los perros callejeros es dominio de todos, pero para nadie constituye prioridad”.
Sin embargo, hay un municipio que constituye excepción: la cabecera provincial, cuya nave de vectores —ese sitio adonde se trasladan los canes recogidos para sacrificarlos con estricnina si no son reclamados en un plazo de 48 horas— carece de personal para asumir la custodia de los animales. Desde hace algunos meses —por esa razón, dicen— se entregan en un lugar con la inscripción Asilo Canino, situado justamente enfrente. Y, aunque allí juran y perjuran que el cariño a los animales sobra, también sostienen que faltan insumos para cuidarlos como merecen.
Creado unos siete años atrás por iniciativa de la Organización No Gubernamental Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre y único de su tipo en el país, al menos con carácter institucional, la instalación no reúne los requisitos mínimos para un buen desempeño. Los “huérfanos” que allí viven (algo más de 70 en estos momentos) están lejos de mostrar una imagen de bienestar.
Si bien no se puede hablar de nulidad de apoyo, ya que en su nacimiento estuvo amparado y el Gobierno local todavía destina dinero para alguna que otra construcción —hay también personas que colaboran por su cuenta en la mejora de las condiciones—, Alejandro Romero Emperador, delegado de la Fundación en Sancti Spíritus, sostiene que se torna complejo mantener la adecuada situación higiénico epidemiológica en el lugar y adquirir medicinas. En el colmo de la imprevisión, no hay allí veterinario alguno y la alimentación está sujeta a las vísceras y desperdicios que compran en el matadero Víctor Ibarra.
Si no los sacrifican en la nave habilitada por Salud, que según Valdés Arias no toma cartas en el asunto; si hasta él como autoridad del programa de Zoonosis cuestiona la viabilidad del asilo, cabe inferir que envían a los perros a un destino inseguro y que la cantidad de estos crece exponencialmente, con la única ventaja para ellos de permanecer vivos. Para quienes denuncian su presencia en las calles cada día por el teléfono del Centro de ITS VIH Sida, lugar donde radica el Departamento de Enfermedades Transmisibles, queda la duda de si los irán a recoger y si regresarán al asedio.
El retorno es una posibilidad tan cierta como que los cuidadores, como mismo niegan que los suelten, admiten que “siempre algunos se escapan”. La amenaza de la rabia tampoco ha dejado de existir. De hecho, meses atrás dio positivo el análisis a un animal que mordió a alguien, detectado en un monitoreo a cerca de 200 muestras. Para cortar el mal de raíz, o para enraizar el bien (al inicio uno de los propósitos era que allí acudieran personas en busca de mascotas) se necesita financiamiento, y uno de los fines del mismo es la esterilización de las hembras. Pero no aparece la solución no ya a nivel de provincia, sino incluso de país, al carecer Cuba de una ley dirigida a hacer cumplir lo establecido en materia de protección animal.
Por eso suena a quimera, aunque no lo es, la propuesta del especialista a cargo del programa más vinculado a los perros en suelo espirituano: “En este asunto debe implicarse todo el mundo, estamos dispuestos a sentarnos a conversar—dice—. Sacrificando animales no se va a conseguir nada, como tampoco llevándoles comida a los que están en la esquina o en el centro donde son abandonados. La solución no está en las patas de los perros, sino en las manos de los hombres”.
leyendo el articulo y la declaracion de zoonosis, pienso que si la humanidad mirara desde otra optica a los animales la vida seria mas bonita, esterelizar a los machos y hembras ayudaria a la superpoblacion, las campañas de adopcion les daria un hogar y si los seres humanos no fueran tan indolentes no los maltrataran en la calle, ni a patadas ni tirandoles piedras o latas,detras de cada animal callejero hubo alguien que lo tiró a la calle a pasar trabajo, los animales son el reflejo del hombre, por que no prohiben las peleas de perros, eso se hace, agarran perritos pequeños para entrenar los otros a matar, los tiran a rios o cañadas en sacos amarrados y mueren ahogados, zoonosis les da estricnina, a donde vamos a parar, un pais como el nuestro y que no tenemos quien los proteja, un dia me baje de un coche por que discutí con el cochero que le estaba pegando al caballo con un palo, y el animalito sudaba y se cayó de las patas de alante no podia y el cochero traia 10 personas encima de la dichosa carriola,por que matar a los gatos que andan ronroneando por los tejados, por que no los dejan dormir,todo eso y mas sucede, imaginanse si alguien arranca un camion a las 6 am en los bajos de tu casa un domingo,vas a tirarle un palo al vecino, por que al perro o al gato si.
los seres humanos estan llenos de rabia y malas acciones hacia los animalitos y aunque no son la totalidad debian revisarse por dentro, a ver si en algun lugarcito de su corazon quedó espacio para la tolerancia y amor a los animales.
Me ha llamado la atención la profundidad de las opiniones que veo a partir del trabajo.
Soy guajiro y sufro también al ver los maltratos de esas personas que más parecen animales que seres humanos en su trato con los cuadrúpedos, que son los más maltratados, pienso.
He visto en Escambray un espacio dedicado a lo que los lectores comentan aquí, sería bueno pusieran esas opiniones en el papel impreso, a ver si alguna autoridad de categoría como para adoptar medidas se pronuncia y hace algo.
Los perros no pueden hablar, porque si pudieran creo que hubieran mandado a matar a unos cuantos de los que propician o permiten que pasen esas cosas. No hacer nada por ellos es también parte del maltrato.
que lastima que no salga una solucion para estos pobres animalitos y muy bueno su articulo gracias
Realmente es un problema humano y llega hasta ser económico. Me consta que muchos de los que nos visitan critican la forma en que se trata a los animales. Nos tildan de inhumanos por la forma en que ven a los animales en las calles. Conozco un lugar en que se creó un comentario muy serio entre extranjeros en Cuba por la forma tan salvaje en que los trabajadores de zoonosis recojían a los perros. Prácticamente a palos y los tiraban al vehículo. Fue algo muy serio. Muchas de esas personas deciden no volver al país, porque son sensibles ante tales maltratos.
Es verdad que en Cuba se requiere una legislación severa sobre el maltrato a los animales. Yo tuve un incidente muy serio con un cochero por darle palos al caballo que le resolvía lo que necesitaba para vivir. También en un campamento de la Agricultura por la forma en que los boyeros trataban a los bueyes: se iban a almorzar y los dejaban enyugados 3 y 4 horas hasta que regresaban. Que yo conozca, la Agricultura no tiene regulaciones sobre este medio de trabajo para su explotación eficiente y, sobretodo, humana. Hay personas que más bien ladran en lugar de hablar y casi se comunican con los perros y otros animales que maltratan. Muchos de los problemas de maltrato ocurren a la vista de los niños, con los que se va creando una conciencia inhumana que si no se detiene, los convierte potencialmente en un homicina que si no se desarrola totalmente es por el temor a la justicia.
Me considero en extremo una amante de los animales. Yo misma tengo tres perros y un gato (que no es mío, pero ocasionalmente va a mi casa buscando comida y cariño). Duele ver como se maltratan a perros, gatos y otros animales. Es hora de que las leyes cambien si no son capaces de proteger siquiera a estos animalitos que dependen de nosotros. ¿Qué tipo de personas somos si el maltrato hacia ellos queda impune? ¿Tenemos una Sociedad Protectora de Animales? ¿Acaso funciona? En documentales sobre asesinos seriales una característica habitual cuando son niños es el maltrato y tortura de animales, el placer desmedido con esta práctica. Si empiezas maltratando un animalito, ¿qué impide luego que hagas lo mismo con un niño? Ellos tampoco pueden defenderse. Por eso propongo que la justicia penal tome cartas en el asunto.