El primer vicepresidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, concluye una visita de cuatro días a Angola para la toma de posesión del mandatario Joao Lourenço
La agenda del último día de su estancia en Luanda incluye un recorrido por el monumento a los héroes de la batalla de Kifangondo, del 10 de noviembre de 1975.
Durante un homenaje la víspera al comandante internacionalista Raúl Díaz Argüelles, el visitante patentizó el compromiso de ampliar la cooperación con Angola.
El mejor espacio para comprometer nuestra disposición a seguir ampliando la colaboración es este sagrado lugar para los cubanos, expresó Díaz-Canel tras depositar una ofrenda floral en la tumba de Argüelles en el capitalino cementerio Alto de las Cruces.
Aquí rendimos homenaje permanente a Argüelles, a todos los internacionalistas cubanos y los combatientes angoleños caídos, añadió el vicejefe de Estado ante personal cubano y el ministro angoleño de Antiguos Combatientes, Cándido van Dunem.
Son momentos de nuevos compromisos, de ratificar nuestra permanente presencia en todo lo que podamos hacer para participar en los programas de desarrollo económico y social del país, explicó.
También comprometió el interés cubano de elevar la cooperación y brindar las experiencias y conocimientos en lo que calificó de ejemplo de internacionalismo fundado desde que comenzó la lucha por la independencia angoleña.
Nuestro apoyo, dijo, tuvo trascendencia en el logro de la independencia de otros países y la derrota del apartheid.
‘Eso nos dio la posibilidad de contribuir con un granito de arena en la paz de Angola y en el proceso de reconstrucción de esta hermana tierra’, subrayó.
Díaz-Canel recorrió el Museo Nacional de Historia Militar, en Luanda, acompañado por van Dunem y Silvestre Antonio Francisco, director de la institución, la que atesora unas 10 mil piezas relacionadas con el devenir de este país, especialmente en la lucha por su independencia.
‘Este museo, a nuestro modo de ver, tiene la enorme responsabilidad de dar a conocer esa hermosa y heroica historia a las futuras generaciones’, escribió el vicejefe de Estado en el libro de visitantes.
Los cubanos, aseguró, sentimos orgullo por esa historia. Es un orgullo sano y sin vanidad, remarcó.
Kifangondo y Cuito Cuanavale son espacios de la geografía e historia angoleñas entrañables en la sensibilidad patriótica de los cubanos, afirmó.
Con posterioridad se reunió con una representación de los colaboradores cubanos que prestan misión en este país africano.
Igualmente mantuvo un encuentro el martes con el presidente Lourenço en el que ambas partes reconocieron los lazos históricos de amistad entre los pueblos y gobiernos de Cuba y Angola. Ratificaron además la voluntad de ampliar los vínculos políticos, económicos y de cooperación entre ambas naciones.
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