Aymara Guzmán Carrazana, secretaria de la comisión de Atención a la Juventud, la Niñez y la Igualdad de Derechos de la Mujer, presentó, para el posterior debate, una Indagación acerca de cómo perciben los niños y jóvenes la programación de la radio y la TV local y nacional
El documento alude a los contenidos, la forma y programas que la estos públicos les gustaría ver por la televisión. Explica, además, que en las zonas rurales y en los territorios de difícil acceso prevalece la idea de aprovechar más la radio para divulgar lo que se hace por la recreación. Algunos jóvenes pidierpn espacios para decidir, participar y producir con sus esfuerzos, subraya el texto.
Las pesquisas, apuntó Guzmán, se llevaron a cabo en 22 municipios de nueve provincias (Holguín, Santiago de Cuba, Pinar del Río, Ciego de Ávila, Granma, Cienfuegos, Villa Clara, La Habana y Guantánamo) en las que fueron contactadas 1473 personas.
En algunas provincias se planteó que aún se escucha la radio por las mañanas, antes del inicio de la jornada laboral o escolar. Se pidió que fueran transmitidos programas que dejen enseñanzas en las personas de estas edades respecto a cómo protegerse del alcoholismo y otras circunstancias. Se reclamó el tratamiento de temas como el embarazo en la adolescencia y el enfrentamiento a las drogas.
Se enumeraron, además, los programas preferidos por esta audiencia y se informó que en algunas zonas, por ejemplo, existe poca oferta de radios y baterías por la red de comercio; la mayor parte se vende en las tiendas recaudadoras de divisa, a altos precios.
Se concluyó que los niños y jóvenes escuchan menos radio, debido al desarrollo de la nueva tecnología. En las regiones montañosas se escucha en un porciento mayor.
Guzmán Carrazana explicó que en la indagación abundaron “los criterios a favor de los esfuerzos que se realizan en la actualidad para ofrecer una programación radial y televisiva de calidad, que responda a los gustos e intereses de los diferentes públicos”.
Expresó también que “se requiere continuar profundizando en la necesaria inclusión de una mayor cantidad de productos comunicativos que transmitan nuestras tradiciones, símbolos y paradigmas”.
Como parte de los acuerdos se pidió “proponer al Presidente de la ANPP que el ICRT presente a la Comisión el resultado del análisis de los contenidos y proyecciones de la programación dirigida al público infantil y juvenil, a partir de las sugerencias y opiniones recogidas”.
Con el otro acuerdo, la comisión propuso “al Presidente de la ANPP trasladar al MINCIN los planteamientos que guardan relación con la no existencia de equipos de radio, piezas de repuesto y servicios de reparación y mantenimiento, que resultaron de la indagación, para su atención y seguimiento”.
El Presidente del Instituto Cubano de Radio y Televisión, Alfonso Noya, invitado a esta sesión, reafirmó la idea de fortalecer el trabajo con la programación infantil y juvenil. Comentó que ya hay un nivel de identificación respecto a cuáles son las direcciones a seguir.
“El balance no solo se puede romper con mayores niveles de producción, también debe atenderse a cómo se intenciona el mensaje y en qué espacio se coloca”, aseguró.
“Si queremos perfeccionarnos, tenemos que complementarnos más. Unir inteligencias es necesario para alcanzar estos objetivos”, sentenció.
Por su parte, Waldo Ramírez, Director General de la televisión cubana, refirió que no en todos los canales se atiende al público infantil y juvenil por diversas razones. Algunas tienen que ver con los perfiles de los canales y otras con la posibilidad real de producir.
El directivo ofreció al auditorio una serie de datos: en Cubavisión, de programación infantil y juvenil en 2016, entre estrenos y reposiciones no se transmitieron más de 450 horas, incluyendo los productos extranjeros. Entre el 2006 y el 2016, en ese propio canal no se han programado más de 10 series dedicadas al público juvenil. Dio a conocer también que la producción de los teleplays dirigidos a los jóvenes entre 2008 y 2016 se ha limitado únicamente a 44 telefilmes. Declaró, además, que la TV cubana produce al año aproximadamente 100 minutos de dibujos animados.
“Estamos en unos porcientos ínfimos para poder cumplir expectativas. Consideramos que el reto mayor está en pensar los contenidos”, dijo Ramírez.
Freddy Luis Sánchez, diputado cienfueguero se mostró preocupado porque a veces, en lugares montañosos, “usted le habla a los niños de un programa infantil y no sabe ni de qué le están hablando”. Se refirió, además, a la falta de medios de transporte en las emisoras. “Estamos acometiendo obras en el Escambray y en ocasiones para darles propaganda tenemos que gestionarle el transporte a los medios de comunicación, porque no tienen”.
Miguelina Castillo, también de esa provincia, pidió que se evaluara la vinculación de la radio y la TV con el sistema educativo para potenciar la formación vocacional en primarias y secundarias básicas.
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