El joven lanzador Pedro Álvarez se ha convertido en unas de las principales cartas de triunfo del béisbol espirituano
Para Pedro Álvarez Jiménez, o mejor, Pedrito, como se le conoce en la familia beisbolera espirituana, la Serie Nacional Sub-23 vino a ser una suerte de vitrina donde pudo mostrar su valía.
El espirituano exprimió cada oportunidad que tuvo para subir al box. Así figuró entre los primeros en varios de los principales departamentos, entre ellos el de efectividad con 1.72 PCL con el cual se ubicó en el séptimo puesto.
Sobresalió por su capacidad para dosificarse dentro de un torneo donde los lanzamientos son regulados. Lo dice el hecho de que completó cinco de los 10 partidos en los que participó para colocarse en el subliderazgo del campeonato, un puesto que repitió en las entradas lanzadas, con 73.1.
Y aunque lleva ya tres campañas haciendo el grado en este tipo de evento y tres en las Series Nacionales, Pedrito ya se avista entre lo más prometedor de la nueva hornada de peloteros espirituanos.
“Tuve una lesión en la Serie Provincial y eso me tuvo casi un mes sin tirar, pero luego me preparé muy bien, sobre todo para fortalecer las piernas, que fue lo que me indicó mi entrenador y eso me ayudó a tirar muchos innings, a caminar los juegos hasta el séptimo, el octavo y a completarlos también. No soy muy ponchador, me gusta trabajar al bateador con tres lanzamientos si es posible”.
Esa estrategia le dio resultado al punto de que los contrarios le batearon para apenas un 203 de average y pudo ganar seis partidos ante cuatro derrotas, el segundo con mayor cantidad de éxitos dentro del elenco. Así corrió con mejor suerte esta vez, pues tanto en esta como en anteriores campañas los triunfos le han sido escurridizos, aunque haya logrado cubrir una buena faena desde el box.
“Hay que considerar que por mi rotación casi siempre voy contra el primer pitcher del elenco contrario; en otros años es verdad que no he tenido suerte pero esta vez el equipo me ayudó y pude ganar cuatro juegos consecutivos”.
De Pedrito muchos admiran su forma de lanzar, distinguida por la efusividad extrema, exteriorizada tanto en gestos como en palabras, pese a que a veces no ha podido controlar las emociones y mantenerse en juego.
“Tiene que ver con mi carácter, a veces soy impulsivo, pero otros, como en el juego contra Santiago de Cuba, el árbitro no me cantó unos lanzamientos, que luego me costaron el partido…; uno tiene sangre. Desde que empecé he sido así, soy agresivo, pero así me doy ánimo y fuerza para seguir adelante. Me gusta lanzar en situaciones tensas, en juegos cerrados porque esos te exigen más.
“También disfruto ese reto con el bateador. Cuando veo que me ponen interés me excito más y le pongo más a cada lanzamiento”.
Si algo le sobra a este muchacho de apenas 22 años es su disposición para lanzar. Lo dicen los entrenadores, que han debido controlarle los impulsos en varias circunstancias de juego. Por eso lo mismo se ha desenvuelto como cerrador que como abridor o intermedio.
“El año pasado en la Serie Nacional pedí ser cerrador para ayudar al equipo porque creí que en ese momento era lo que más le hacía falta, pero al final no había lanzado casi, tenía solo 10 innings y ya en la subserie en La Habana faltaba un abridor, entonces pedí la bola y me salió bien, tiré cinco innings, dejé el equipo ganando contra Industriales y a partir de ahí empecé a ser abridor, gané dos partidos consecutivos a Guantánamo y Mayabaque”.
Pedrito es la consecución de la llamada escalera. Siempre como lanzador hizo el grado en equipos Cuba en las categorías 9-10 años, donde se alzó con un oro panamericano en La Habana y una plata en el Mundialito de Venezuela, y luego integró preselecciones nacionales en las categorías 13-14 y 15-16 años.
“En la EIDE Lino Salabarría empecé con Osmani González, que fue mi primer entrenador, quien me enseñó muchas cosas, marañas como dicen popularmente y eso me ha sido muy útil. En general aprendo de todo el mundo, me ha servido para saber dominar la zona de strike para que los bateadores le pongan más interés y le tengan que tirar más a la bola. Ya tengo varios lanzamientos: curva, slider, recta, cambio y la sinker, que me la enseñó Ángel Peña”.
No le preocupa tanto la velocidad que en él ronda las 89-91 millas, aunque asegura que ha llegado hasta 92, “a veces no estás bien con el rompimiento y te hace falta una recta un poco más dura”, dice.
En su brazo están cifradas parte de las esperanzas del box espirituano para la próxima campaña nacional. Por los nombres que hoy se preparan en la preselección, el suyo se pinta solo como abridor, una función que cumplió en seis de los 14 partidos lanzados en la pasada campaña, cuando acumuló balance de 3-3, con 3.25 PCL y 268 de average contrario.
“Apenas estoy comenzando en mi carrera, la Sub-23 me fue muy útil, sobre todo porque me permitió lanzar más entradas. Este año en la Serie Nacional lo daré todo para que el equipo clasifique”.
A guapear carajo, que si se puede!!
Contentos todos los espirituanos con la designación dde José Raúl al mando de los gallos.
Hemos conocido que estarán 11 días en la playa de Trinidad. Es muy importante mantener a nuestros aficionados al tanto de cada movimiento del team.
Allá pueden fortalecer las piernas y es un buen espacio para formar el team word dentro del grupo.
Este debe ser un equipo unido y aguerrido, concientes que la nueva dirección con su experiencia y sabiduría lo logrará.