Recibe el agua en pipas el 20 por ciento de la población espirituana

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Debido a la intensa sequía que afecta a la provincia, el panorama incluso pudiera empeorar

Alrededor del 20 por ciento de la población espirituana —unas 103 000 personas— ya recibe el agua en pipas debido a la intensa sequía que afecta al territorio, un panorama que pudiera empeorar y al cual la máxima dirección del Partido en la provincia presta especial atención.

José Ramón Monteagudo Ruiz, primer secretario del PCC aquí, insistió en la reciente evaluación de la implementación de los lineamientos de la política económica en la actividad de Recursos Hidráulicos en que no se puede negar el empeño de los trabajadores del sector para resolver los problemas que se presentan en cada lugar, pero dadas las circunstancias actuales se hace necesario ser más ágil en la búsqueda de soluciones con vistas al ahorro del vital líquido para su uso doméstico y en la economía.

Los participantes en el encuentro consideraron decisiva la supresión de la mayor cantidad posible de salideros, sobre todo en las antiguas villas de Sancti Spíritus y Trinidad, donde las redes presentan una situación crítica.

Además, dada la sensibilidad del tema, se recomendó a los directivos de esta rama ser más insistentes en la defensa de las inversiones necesarias en la provincia para ir paliando estas situaciones; extremar el control sobre el consumo en los sectores estatal y privado; y mantener a raya las indisciplinas e ilegalidades.

Así mismo resulta imprescindible continuar haciendo las gestiones pertinentes para que grandes consumidores como el Hospital Provincial, la Empresa Láctea Río Zaza y la Fábrica de Conservas y Vegetales, busquen fuentes propias de abasto para no afectar las de suministro a la población.  

Otras aristas no menos trascendentes de este panorama resultan el empeño que debe mantenerse por garantizar la calidad del agua con vistas a evitar complicaciones higiénico-epidemiológicas; contribuir a que la población gane conciencia de la situación actual y colabore con un uso más racional del vital líquido; y garantizar el mantenimiento de las obras y los trabajos terminados para que no se deterioren.