Por primera vez en décadas el policlínico de la localidad de Banao recibe los beneficios de una reparación capital
Cuando el 4 de enero de 1970 nació el policlínico de Banao, justo a la orilla de la carretera hacia Trinidad, con sus aires de hospital rural, fue una bendición para los pobladores del mítico pueblito espirituano donde, además de cebolla y ajo, una vez hubo uvas especiales y fresas escasamente vistas en Cuba: ya no tendrían que apurarse en acortar los cerca de 17 kilómetros que los separaban de la cabecera provincial en caso de urgencia.
Cuentan por allá que, a pesar de ser esta la más poblada y extensa de las ocho estructuras rurales de ese tipo en el municipio de Sancti Spíritus, por primera vez en varias décadas esa instalación es objeto de una reparación de ese tipo y ya reciben asistencia médica más de 11 500 pacientes desde allí hasta San Pablo, Pojabo, El Pinto, Pozo Colorado o la Güira, hasta las más lejanas como El Maizal.
“Antes de ser un hospital rural, primeramente, en la década de los 60 del pasado siglo, fue un círculo infantil que acogió a los hijos de las madres que trabajaban en el Plan Banao, entre los primeros programas agrícolas de la Revolución y en verdad le hacía falta una rehabilitación porque se habían hecho algunas reparaciones menores, pero no con esta magnitud, que abarcó incluso la recuperación de la clínica estomatológica”, refiere Sonia Pérez Bernal, una de las fundadoras del policlínico y actualmente su administradora.
EN TIEMPOS DE CAMBIO
Según datos ofrecidos por los directivos de Salud en la provincia, el plan de inversiones, reparación y mantenimiento del año en curso tiene previsto ejecutar valores por más de 16 millones de pesos en el mejoramiento de la infraestructura y el equipamiento médico, de los cuales se han ejecutado hasta la fecha más de 7 900 000 pesos en el mejoramiento de cerca de 200 instituciones en toda la geografía espirituana, entre ellos el policlínico enclavado en la localidad de Banao y su clínica estomatológica.
La comunidad hoy posee una clínica estomatológica con adecuadas condiciones constructivas, gracias a una reparación capital que se concretó en saludo al 26 de Julio, a un costo superior a los 200 000 pesos, con cambios en la carpintería y mobiliario, en tanto se repararon y pintaron los sillones y las redes hidrosanitarias.
“Esto existe desde hace como 30 años y estaba en ruinas. Tan malo que se caía en pedazos, y mira cómo quedó”, se asombra Ernesto, que desde el camino y sobre el lomo de su caballo intenta imaginar el confort interior de la pequeña instalación que cuenta con cuatro sillones y una consejería bucal.
“Es de destacar la calidad de las acciones realizadas para la recuperación de sus sillones, mientras se espera la llegada de otros nuevos, pero no se ha podido empezar a prestar servicios porque falta la válvula del lavamanos de la central de esterilización y tentativamente se atiende a los pacientes en un local del policlínico” aclara la doctora Yuneisy González, directora de esa institución de salud.
EL HOSPITAL NO ESTÁ COMPLETO
En el edificio todavía se escuchan martillazos, y es que la brigada de cuentapropistas de Dámaso todavía trabaja en la cocina-comedor y en el local del almacén. La inversión alcanzará, además, la rehabilitación del laboratorio clínico y la construcción de dos nuevos baños para quienes acudan a consultas externas.
Es criterio generalizado que si una intervención resulta importante por su calidad y alcance es la sala central de esterilización, por lo que significa en eras de evitar infecciones y contagios; se reanimaron la consulta de cuerpo de guardia, el internado médico y la sala de ingreso.
Refiere Sonia que siempre el centro se concibió como un hospital rural con sala de ingreso de 10 camas, completo equipamiento para procederes médicos y atención estomatológica. A ello habría que agregar su estratégica ubicación en un punto de la carretera de Trinidad y escala intermedia para socorrer a las personas en caso de accidentes en tan escabrosa vía.
Aun cuando el centro cuenta con laboratorio, equipos de electrocardiograma y de Rayos X, área de vacunación, consultas de ITS y de Citología, es criterio generalizado que tras el reordenamiento del sector se retiró el servicio de ultrasonido, por lo cual hay pacientes que deben seguir viajando a la ciudad del Yayabo.
“La población de Banao es exigente quisiéramos tener todas las facilidades que hay en los policlínicos porque, además del ultrasonido, resulta vital una sala de Fisioterapia”, especifica Sonia.
Dentro continúa el ajetreo por finalizar una obra que la comunidad agradece; unos repellan, otros se ocupan de la nueva carpintería; Noraisi Frenes, la económica de la brigada de constructores, también espera: Si nos trajeran todos los recursos, lo que queda lo terminamos en 15 días.
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