El ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia denunció las sanciones que la Unión Europea (UE) impuso contra personas y empresas rusas por la venta de turbinas que luego fueron enviadas a Crimea
La Cancillería del gigante euroasiático expresó este veirnes en un comunicado que ‘consideramos absolutamente infundadas las razones que están detrás de la adopción de nuevas medidas restrictivas contra nuestro país y nos reservamos el derecho a responder’.
En el texto, la jefatura diplomática en Moscú señala que ‘vemos este paso, tomado a iniciativa de Berlín, como hostil e infundado’, y refiere que ese problema podía haberse resuelto de otra forma.
Para el Kremlin, el organismo regional europeo ‘politizó’ lo que hasta ahora era ‘una disputa comercial normal entre entidades económicas’.
La cartera de Exteriores rusa advirtió también que, tanto la UE como el Gobierno alemán, serán ‘plenamente responsables’ de lo que ocurra en un futuro, en referencia a la posibilidad de que las penalidades terminen afectando a la compañía germana Siemens, fabricante de los equipos en cuestión, así como otras empresas del bloque presentes en Rusia.
Según la versión de fuentes europeas, las sanciones fueron impuestas debido a que dichas turbinas de gas se vendieron para ser utilizadas en Rusia, pero no en la República Autónoma de Crimea, territorio que retornó a la nación euroasiática tras un referendo en 2014 que la UE no reconoce.
Y por ello considera que la posterior transferencia de las aludidas turbinas al nuevo sujeto federal ruso constituye ‘una violación de los términos contractuales’ de la venta inicial.
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