Las mayores fuerzas para sacudir las huellas de Irma en el territorio espirituano se concentran en Yaguajay
Cuando Yaguajay despertó el pasado sábado 9 de septiembre y encontró que su antológico cine América Libre había perdido casi todo su techo, confirmó que la fuerza de los vientos no había tenido compasión con nada. Las planchas de su parte superior habían volado tan lejos que algunas ni se encontraron.
A poco más de un mes ya la historia es otra. Cerca de 200 piezas de fibrocemento se colocaron en toda su cubierta, gracias al esfuerzo de la Empresa de Servicios y Ejecución de Obras (ESEO), del Ministerio de Cultura, a un costo superior a 50 000 pesos.
No obstante, las labores no se detendrán. “Ampliaremos el escenario para poder ofrecer allí espectáculos polivalentes. Pretendemos sustituir el lunetario e instalaremos una sala con tecnología 3D, así como recuperaremos la belleza del lobby”, explicó a Escambray el director del Sectorial de Cultura y Arte en Sancti Spíritus, Rolando Lasval.
Al igual que esa institución, la Casa de Cultura de la capital municipal de ese territorio norteño vive por estos días los aires de un anticiclón de labores reconstructivas.
Además de su techo, las acciones se concentran en la reparación de sus camerinos, baños y acondicionamiento de un teatro con capacidad para 100 personas.
“La idea es que logremos dejarla como la de Mayajigua, la cual está en óptimas condiciones, mucho mejor que antes del paso del huracán. Así ha sucedido con el resto de las instituciones afectadas en las otras comunidades yaguayajenses, las cuales ya están prestando sus servicios y por eso ahora concentramos nuestras fuerzas en la capital municipal”, aclaró el directivo.
Del resto de las afectaciones provocadas por Irma en el sector de la cultura ya se alistan las condiciones para resarcir los problemas en la sede del Comité Provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), de Sancti Spíritus, la cual perdió la impermeabilización de su techo, y la casa de tabaco del Museo Campesino en Cabaiguán, el único inmueble de valor patrimonial destruido, por lo que se precisa del apoyo de la Empresa Forestal Integral del territorio.
Sin dudas, devolverle los colores a cada una de las instituciones de este sector no ha sido tarea fácil. Mas, la máxima está trazada: “No se parará hasta que cada una de ellas regrese a su estado normal e, incluso con una mayor calidad para que quienes se sirven de sus servicios disfruten a mayor plenitud”, concluyó Rolando Lasval.
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