Deudas bajo las carpas

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Una iniciativa loble podría malograrse si no se corrigen deformaciones en el servicioA inicios del año en el municipio de Sancti Spíritus se apostó por una nueva propuesta gastronómica-recreativa concentrada, principalmente, en el área que circunda el paseo de Avenida de los Mártires, en la zona próxima a Los Caballitos de la ciudad cabecera provincial, con el fin de animar las noches de fines de semana.

Cuatro carpas vinculadas a cafeterías y restaurantes de la Empresa de Alojamiento comparten espacio con las de la Alimentaria y las de centros que operan en divisa subordinados a Artex, Cimex y a Palmares, entre otras, con el loable propósito de ofrecer un servicio diferente en un ambiente informal, en medio del entorno citadino.

Llegó el verano y, con él, otros ocho pabellones que esta vez se ubicaron en la Plaza Cultural y prestan servicio todos los días, mientras que los del Paseo están a disposición del público de lunes a viernes con horario extendido hasta las once de la noche, excepto el fin de semana que cierra a las dos de la mañana.

La población espirituana lo ha disfrutado hasta cierto punto como lo muestran las opiniones a favor o en contra: “Muy buena la idea y meritoria la iniciativa que en sus inicios marchó a las mil maravillas e incluso había momentos los fines de semana que en las tardes eso se ponía sabroso, pero soy del criterio de que la extensión al resto de la semana es demasiado para los que vivimos cerca. Ahora se ha convertido en una cervecera con urinario y nos acompaña permanentemente el mal olor de los desechos, y de la orina, además de la música  hasta altas horas de la madrugada”, describe Aris Fortain Espinosa, vecino de la calle Rosario, donde está ubicado el quiosco de la Emapa.

“El fin se semana puede que dé resultado, pero no todos los días porque no va casi nadie”. “La que sí se mantiene es la carpa de la Empresa Alimentaria que ya tiene su público porque se ofertan productos de calidad y en cantidades suficientes, y lo venden todo”.

“El fin se semana puede que dé resultado, pero no todos los días porque no va casi nadie”. “La que sí se mantiene es la carpa de la Empresa Alimentaria que ya tiene su público porque se ofertan productos de calidad y en cantidades suficientes, y lo venden todo”. “Es bueno que haya cosas diferentes, pero no puede ser en seco, tiene que haber algo que atraiga a la gente porque, ¿comer por comer?”, opinan los usuarios, a quienes se les acaba el verano y todavía esperan por otra opción que no sea cerveza y pollo frito.

Los más asiduos a la Plaza Cultural aseguran que, como opción recreativa, resulta válida la iniciativa de reanimar determinadas partes de la ciudad, solo que la oferta debe hacerse acompañar de condiciones materiales y hasta organizativas muy específicas que son las que, a su juicio, empañan intentos como este, porque está claro que ingerir alimentos en un sitio abierto no es hacer recreación.

Según Alexis Gómez Ruiz, al frente de la Gastronomía en el Grupo Empresarial  de Comercio en Sancti Spíritus, el mayor problema está en que dentro de la estrategia para esos lugares deben intervenir organismos como el Inder y Cultura, encargados de organizar actividades, sobre todo en el Centro Recreativo-Cultural de Los Olivos, y eso no sucede. “¿Qué pasa?, que los recursos en ocasiones se echan a perder ya que la población no asiste porque necesitan otro aliciente, no hay una dinámica que los mueva hacia allí”, recalca Alexis.

Mudar las ofertas a la calle resulta positivo para muchos centros gastronómicos, pero las interrogantes se suceden: ¿tienen las carpas agua suficiente para realizar las distintas elaboraciones? ¿Cómo garantizan el fregado de la vajilla y los utensilios, si están situadas en las calles y algunas no tienen desagüe? ¿Dónde están los baños públicos para que acudan los que consumen bebidas alcohólicas? En las calles cerradas, ¿la basura tiene que dormir semanas?

No se puede perder de vista la calidad y el desempeño de estas carpas, la higiene del lugar donde se sitúan, la manipulación de los alimentos, incluso, con la conservación de los mismos, ni tampoco la disciplina de quienes deben velar porque la música no sea agresiva a los oídos de los vecinos en esos lugares.

Nadie pone en duda que lo que se hace en materia de reanimación sea loable, siempre que se conciba con todas las de la ley. Pero no se puede perder de vista la calidad y el desempeño de estas carpas, la higiene del lugar donde se sitúan, la manipulación de los alimentos, incluso, con la conservación de los mismos, ni tampoco la disciplina de quienes deben velar porque la música no sea agresiva a los oídos de los vecinos en esos lugares.

Tampoco se trata de botar el sofá, no por gusto se invirtió tanto en la adquisición de nuevas carpas para completar la infraestructura montada para la etapa veraniega, pero no basta con buenas intenciones; hay que tratar que esa siga como una buena propuesta abierta a variantes para que sean más populares, que se “exhiba” sobre todo cultura, llámese tríos, grupos misicales o de danza, tal y como sucede en otras provincias, para que debajo de las carpas no se acumulen ni escollos ni deudas con el público, y sí haya una buena opción para los espirituanos.