En el servicio de Electroterapia del Hospital de Rehabilitación, Sandra se distingue por la inigualable rapidez con que atiende varios pacientes a la vez
Algunos jocosamente dicen de ella que es el volcán en erupción permanente del Hospital de Rehabilitación Doctor Faustino Pérez, de Sancti Spíritus; mas, lo cierto es que a Sandra Shongo Zulueta le acompaña el don de la hiperactividad y la ternura de quien sabe que entre la habilidad de sus manos y sus conocimientos está el sendero preciso para aliviar dolores y echar a andar el bienestar de quienes concurren a la prestigiosa institución médica.
Lograr respuestas que hilvanaran la vida profesional de esta muchacha, especialista en Terapia Física y Rehabilitación, casi necesita de ultrasonidos, toques de láser y otras terapias con electrodos bien cargados.
“Nací con esa voluntad y deseos de hacer por los demás; eso me inspira, me energiza, suelo hacer cuanto pueda y no decir mucho”, refiere como presentación allí en su departamento, siempre repleto de pacientes.
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Su historia comienza en el 2004, cuando desembarca por vez primera en el Hospital Provincial de Rehabilitación, con su título de licenciada en Cultura Física sobre las espaldas y un montón de motivaciones y dudas.
“Solo tenía ideas —manifiesta— que quedaban minúsculas cada vez que atendía un caso diferente, algo que sucedía diariamente. Es ahí cuando comienzan a prenderse de mí los conocimientos que brotan de la experiencia práctica. No creo te pueda explicar lo que sentía cuando tomaba un paciente con determinado padecimiento, por lo general difícil, y a los pocos días su estado de salud y capacidades físicas mejoraban”.
La Quinesiología, o sea, la actividad rehabilitadora a partir de ejercicios físicos marcó su primera hoja de servicios en el Faustino Pérez y por accidente llegó a Electroterapia, servicio donde se distingue por la inigualable rapidez con que atiende varios pacientes a la vez, con diferentes patologías.
“Aquí todo es difícil y necesitas de una carga tremenda de sensibilidad para lograr lo que te propones. Imagina, apenas llevaba par de semanas en el hospital; me llegó un paciente de 21 años a quien por un berrinche le subió la presión arterial y le provocó un infarto cerebral. Llegó hasta sondeado. No sabes cuántas cosas pasaron por mi cabeza en ese instante.
“Pero mi mente positiva siempre está alerta y comencé a trabajar el caso. Cuando llegó a la sesión número 15 ya el muchacho caminaba. Eso me dejó dos valiosas experiencias: primero, un rehabilitador nunca puede darse por vencido, y segundo, mandé de vacaciones el estrés con que vivía permanentemente. Constaté lo que podría pasar si no cambiaba mi estilo de vida.
“Me sentí en ese momento rehabilitadora, sumé confianza y seguridad en mi actuar profesional”.
Mira de reojo cómo la tinta del lapicero deja una caligrafía difícil sobre las hojas de la agenda. Suspira; suda. Sus ojos delatan cierta impaciencia. La interrogante la motiva.
¿Qué sucede, en cada mañana, cuando entras al departamento de electroterapia y siempre hay pacientes a la espera?
Ya llego convencida de lo que me espera, saludo, me tomo algún sorbo de café que me regalan y a aliviar dolores se ha dicho. Tengo la suerte de poseer una memoria fotográfica especial, que me ayuda a socializar rápido la cara del paciente con su dolencia y el tratamiento que lleva. Y a poner electrodos con corriente por un lado, magneto y láser por otro. Me ayuda el conocimiento que llega desde el estudio permanente hasta la experiencia que te alimenta la práctica sistemática.
¡Ah!, y por hábito, cuando entro al hospital, desconecto de todo lo demás y solo estoy por y para mis pacientes. Imagina que diariamente pasan por Electroterapia entre 70 y 90 personas con dolencias diversas.
Cuando comencé me probaba las corrientes para saber la sensación de cada una; con ello ayudo mucho al paciente a poder soportar los tratamientos.
¿No te cansas?
Esto es un volcán, pero no me rinde; soy una mujer hecha para las cosas difíciles y ese reto me gusta. Traigo del hogar un montón de energía que diariamente me regalan mi mamá y mi hija y soy una eterna enamorada de lo que hago.
Hola, es una especialista que lleva la profesion de corazon, trabaja con mucha dedicacion y trata a todos por igual, yo fui paciente ahi y vi como atiende a tantos pacientes a la vez y lo hace con calidad, y amor, !!!FELICIDADES SANDRA CONTINUA ASI !!!
Una labor bien humana y pocas veces reconocida. Bien por ti Sandra.
Hola , me entusiasma cada ves que veo personas que trabajan con esa dedicacion, esa es una especialidad que lleva mucho corazon y gentes como tu la hace pósible, quien escribe es Especilista en Medicina Fisica y Rehabilitacion, formado en nuestra bella isla de cuba, ahora estoy cumpliendo una mision en el exterior y cada ves que veo trabajos como este me enorgullece formar parte de ese grupo de profecionales que cada dia trabajan por mejorar la salud de nuestro pueblo.
Adelante Sandra .
Excelemnte trabajo Oscar.