Durante un recorrido por Mesetas, departamento del Meta, el mandatario reconoció que las labores de acondicionamiento están retrasadas y explicó que se trata de una operación logística muy compleja.
Entre las medidas adoptadas para agilizar esas faenas el gobernante mencionó la entrega de materiales de construcción a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) para que participen en la habilitación de los escenarios en los cuales permanecerán unos seis meses.
Los puntos y zonas de transición estarán situados en 14 de los 32 departamentos colombianos.
Según Santos, cada zona tiene aproximadamente 11 kilómetros cuadrados de extensión.
Al hacer un balance sobre las características y condiciones de esos espacios, el jefe de Estado confirmó que para supervisar el cumplimiento del cese el fuego y el desarme hay 264 observadores en las sedes regionales y 225 en las sedes locales.
Un mecanismo tripartito -compuesto por representantes gubernamentales, de las FARC-EP y una misión política de Naciones Unidas- es el encargado de vigilar el desarrollo de ambas fases en esta etapa de postconflicto.
El pasado 24 de noviembre Santos y el líder de ese grupo en proceso de desmovilización, Timoleón Jiménez, firmaron el pacto definitivo para terminar el largo conflicto entre ambas partes, que incluye disposiciones como el silencio de los fusiles y la dejación de armas.
Dirigentes de las FARC-EP han alertado sobre la demora en la preparación de los campamentos temporales y acerca de deficiencias en cuestiones logísticas como el envío de alimentos para las tropas ahora reagrupadas provisionalmente.
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