No obstante la sequía los productores espirituanos no renuncian a sus planes y ya tienen plantadas 3 105 hectáreas de la hoja en la actual campaña
Con tres mil 105 hectáreas plantadas en la actual campaña tabacalera, los vegueros de la provincia de Sancti Spíritus no renuncian a sus planes productivos pese a la sequía que los ha obligado a ir detrás del agua y potenciar a quienes aún tienen reservas del líquido.
Conscientes de que esta sería una contienda tensa, productores y directivos del sector trabajaron en 345 obras hidráulicas -muchas de ellas nuevas- para acercar al agua a las plantaciones, sobre todo en Taguasco, con un peso importante en la recolección y que, sin embargo, está entre los municipios más golpeados por el déficit de lluvias.
Ni la ubicación de las motobombas y electrobombas encima de diferentes medios de transporte para recuperar el recurso natural a medida que disminuya la cota de los embalses ni la apertura de huecos para colectar el líquido, hechos prácticamente sin precedentes en las vegas espirituanas, han impedido que se contabilicen más de 700 hectáreas afectadas.
Pese a ello, Osmel Pérez Puentes, director de la Empresa de Acopio y Beneficio de Tabaco en Sancti Spíritus, subrayó a la ACN que mantienen el compromiso de las tres mil 400 toneladas planificadas, lo que les permitiría continuar con el crecimiento que tienen desde el 2011.
De acuerdo con el directivo, el mayor impacto de la sequía se registra en la llamada capadura o rebrote de la hoja –responsable del 40 por ciento de la producción total-, porque esta por lo general se reporta en estos meses.
A Armelio Gómez Acosta, presidente de la Cooperativa de Créditos y Servicios Obdulio Morales, de Taguasco, una de las más impactadas en este periodo, se le ha ido el sueño más de una noche buscando alternativas que le permitan salvar la campaña; hace varios meses que sienten con fuerza la sequía pero “aquí no se arranca un tronco de tabaco hasta que no lo valore una comisión”.
Más allá de los 40 huecos perforados en diferentes zonas de la cooperativa, lo que posibilitó acercar el líquido al cultivo y disminuir el gasto de combustible, lo que verdaderamente llama la atención es la ubicación de un llavero para regular el líquido y la conformación de una brigada para, pico y pala en mano, buscarle más salida a los manantiales.
Hubo que ponerle candado al agua, a cada una de las salidas del líquido, aseveró Gómez Acosta, puesto que había campesinos que abrían las llaves sin permiso y eso generaba muchas inconformidades.
Montado en su caballo, Alexis Hernández Pérez, el llavero de la Obdulio Morales, reconoce que con este medida se ha ganado en organización –el agua se reparte mejor-, se evitan salideros en los tubos por la presión y les llega además a un número mayor de campesinos.
Solo en el municipio de Taguasco, al decir de directivos de la Unidad Empresarial de Base Tabaco, se perforaron 79 huecos, de los cuales 44 tenían garantía del recurso natural, mientras que otros se emplearon como depósito.
Precisó que a pesar de los esfuerzos, en ese territorio no se pudieron sembrar 84 hectáreas; en tanto, aclaró que en algunas plantaciones donde no fue posible “dar las vueltas de agua necesarias”, hay afectaciones de cerca de un 30 por ciento.
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