“Soy una habitual lectora de esa sección, pues opino que además de viabilizar la solución de problemas hace públicos una serie de temas que llaman a la reflexión. Me dirijo a ustedes a modo de reconocimiento a una entidad ante la cual me quito el sombrero para felicitarla, por su buen trabajo y la atención a la población”.
Así comienza su misiva a esta columna Diana León Alcalde, quien labora en las oficinas de la Dirección Municipal de Comercio y Gastronomía de Fomento y reside en Sub-planta No. 210 A, en el propio poblado. Por su alto valor humano, reproducimos el texto íntegro de su carta de agradecimiento:
“El día de ayer (10 de agosto) me dirigí al Laboratorio Ortopédico Provincial. Mi propósito era recoger un calzado y solicitar otro debido a un cambio realizado por el especialista en Ortopedia que atiende a mi niño. Soy de Fomento, por lo que sabiendo que dicha unidad abre a las 7:00 a.m. salí de mi municipio con el niño una hora antes. Al llegar aproximadamente a las 7:30 a.m. me recibió una trabajadora (desgraciadamente no sé su nombre), la cual me recibió correctamente.
“Al conocer por lo que estaba allí, comprendió que en sus manos no estaba resolverme el problema en ese momento. La recepcionista, que es quien tiene la llave del almacén, se encontraba con conjuntivitis; a la técnica en Ortopedia, que está embarazada, le correspondían los análisis de control, por lo que llegaría más tarde.
“Aquella trabajadora se sentó a conversar con el niño, movilizó medio laboratorio; le tomaron las medidas, mandó a un trabajador a buscar la llave; me hizo el expediente a pesar de que no era de sus funciones de trabajo. A las 8:20 ya estaba partiendo para Fomento.
“Se preguntará: ¿Y qué hay de excepcional en algo que es deber de todo centro de trabajo? Pues ese es el problema, que lo que debe ser un deber se vuelve invisible en muchas instituciones de nuestro país y encontrar lugares en los que el trato te inspira a agradecer es digno del reconocimiento.
“Cuando vivimos en una época en la que, a pesar del desborde de cultura, conocimientos y desarrollo tecnológico, todavía se respiran en instituciones conductas ‘cromagnónicas’, en mi caso, lo que viví ayer es de aplaudir. Agradezco al Laboratorio de Calzado Ortopédico de Sancti Spíritus la cordial atención para conmigo y mi niño. Además de la calidad de su trabajo, en aras de servir a una población que necesita médicamente de sus servicios”.
Deseosa de que el hecho sea reconocido en toda su magnitud, esta reportera indagó en el referido centro de trabajo y pudo establecer que la trabajadora cuya identidad desconoce la remitente se nombra Silvia Chaviano, quien usualmente labora en el almacén.
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