Vientos de recuperación soplan cada vez más fuerte en Sancti Spíritus (+ fotos)

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Tímida a la altura de sus seis años, Dayaris asoma el rostro sonriente desde la cocina, donde su madre prepara un café que a la hora del almuerzo sabe a gloria. La muñeca entre las manos y la tranquilidad en los ojos remiten a otros niños con peor suerte tras el azote de Irma por el Caribe, o tras su desplazamiento casi estático al norte de la provincia. Algunos de ellos en Yaguajay, donde tres días atrás le miré la cara a la tristeza, aunque ninguna de las familias donde anidaba había quedado desamparada.

En el norteño municipio nadie murió, como tampoco en la cabecera de provincia, donde Dayaris vive. En su comunidad de Las Tosas, a unos 8 kilómetros de la ciudad —y no solo allí—, la gente andaba aún el pasado jueves ansiando la llegada del agua y de la luz eléctrica. Habían recibido pipas, pero no dieron abasto y esa tarde les llegarían otras.

 

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Aunque en el municipio se registran hasta el momento más de 70 casos como el suyo, la situación de Noraida Quesada, cuya morada se derrumbó como consecuencia de la caída de un árbol, resulta excepcional en Las Tosas. Aun así, con 70 años o más, lucía confiada porque ya había dado cuenta de ello en el lugar indicado. En estas horas de zozobra la palabra franca y alentadora ayuda mucho. Por eso cuando las máximas autoridades del Partido y el Gobierno en el municipio se instalan en el diálogo de los lugareños la tranquilidad se cuela por los resquicios de las dudas que pudieran quedar.

Tanto ellos como otros cuadros han caminado en la última semana asentamientos poblacionales donde no se escucha la radio ni se ve la televisión. Explican y vuelven a explicar, ofrecen datos, actualizan la información. Cuentan, por ejemplo, que en las comunidades costeras de Tunas de Zaza y Médano el servicio eléctrico en ese preciso momento está en cero, que allí se vinieron abajo decenas de casas por las penetraciones marinas y que ahora, a diferencia de otras veces, cada provincia debe hacer por sí misma.

CONSEJO DE DEFENSA TRAZA ESTRATEGIA

Más de una vez por día se ha reunido desde que Irma apuntó sus vientos y sus aguas hacia el cielo y el suelo espirituanos el Consejo de Defensa Municipal de Sancti Spíritus. Cuando se decretó el inicio de la etapa recuperativa los números comenzaron a resultar esperanzadores. Ya detrás de cada cifra hay manos de hombres y mujeres, agrupados en brigadas o no, haciendo y posponiendo el sueño para garantizar su propio bienestar y el de los demás.

Este viernes, por ejemplo, se daban por recogidos 40 480 metros cúbicos de desechos sólidos; el 90 por ciento de las manzanas lucían ya higienizadas y 8 brigadas integradas por 40 hombres habían puesto a un lado sus labores habituales para sumarse a los “eléctricos” en una cruzada por devolver la vitalidad a las redes.

“Cuando a alguien le llega la corriente a media madrugada significa que a esa hora había hombres trepados en postes para hacerlo posible”, explica Osbel Lorenzo, presidente del Consejo de Defensa Municipal.

Hablan también de desvelos y de recuperación las 47 vaquerías que volvieron a funcionar, los 28 paneles de celdas fotovoltaicas y las cinco máquinas de riego vueltos a instalar, la resiembra de cultivos de ciclo corto y los cientos de planchas de techo rescatadas luego de su vuelo por los aires. Entidades laborales y centros de estudio se sumergen en el rescate de la imagen de calles y avenidas y el domingo la Feria Agropecuaria Delio Luna Echemendía se abrirá a las ventas.

Urge multiplicar iniciativas propias, sin obviar a quienes no se sientan a esperar. Tal es el caso de esos hombres que en el llamado Barrio de los Tuneros, en el Camino de las Cañas, levantaron a puro esfuerzo los dos postes de 35 pies que fueron derribados por los vientos. Cuando los “eléctricos” llegaron allí ellos preguntaron: “¿Qué otra cosa podemos hacer?”.

EL AGUA, PALABRA DE ORDEN

Nada de lo dicho supera en urgencia el problema del abasto de agua a la población. Por causa de la navegación de palmas y otros árboles a lo largo del río Yayabo durante sus crecidas, resultó averiada la conductora vinculada al sistema de la Planta Potabilizadora del mismo nombre. Ello ha traído consigo la carencia del líquido para no menos de 22 000 pobladores del Consejo Popular de Colón, como parte de las 50 500 y tantas personas que hasta el pasado jueves recibían el agua a través de pipas.

Según lo informado por Alberto Eirín, delegado de Recursos Hidráulicos en la provincia, el Instituto Nacional homólogo ha suministrado piezas y equipos para la garantía de los suministros y asumirá erogaciones monetarias para una inversión imprevista, como parte de la cual ya se habilitan no menos de 100 metros de conductora nueva.

Mientras esfuerzos van y vienen, las Zonas y Consejos de Defensa habilitan lugares para la atención a los damnificados, en los que deberán colaborar representantes de los distintos organismos. No llegará a ser como en aquellos meses posteriores al ciclón Flora en pueblos y ciudades asolados, cuando caritas tristes miraban, con ojos asombrados, la entrega de ropa, zapatos y bienes del hogar a sus mayores. Los rostros de la infancia espirituana son, mayormente, como el de Dayaris, muñeca en manos y esperanza en los ojos, porque los embalses, ahora llenos, nunca más permitirán inundaciones como aquellas.