Viviendas dañadas por Irma: En espera de las tejas (+fotos)

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Las precipitaciones posteriores al paso del huracán Irma han limitado la extracción del barro para la producción de estas piezas

A la misma naturaleza furiosa que levantó con sus ráfagas la corona naranja del pueblo habrá que rasparle la superficie fangosa hasta el cansancio; eso, si las lluvias de octubre esperan por lo menos dos días para que oree el barro escondido y los hombres puedan arrancarlo de la madre tierra.

Lo que viene después lo sabe muy bien Eugenio Contreras porque en sus 11 años trabajando en el tejar San Agustín, de la ciudad del Yayabo, ha moldeado el suelo con la planta de sus pies en el “llega y vira”, como él dice, trabajando en todas las fases del proceso de producción de tejas.

Y mientras Eugenio limpia sus espejuelos de miope para recrearse mejor con la exhibición de unas 3 000 tejas en los tendales, su parte preferida de la fabricación, imagina los yaguajayenses que les pondrán freno a la lluvia, la luna y el sol y que con el techo nuevo recuperarán el sueño tranquilo que el huracán Irma se llevó.

Después de secarse, el fuego horneará las tejas con más urgencia que el pan, incluso hasta 15 000 de una sola vez, en una jornada donde la mitad de un día quizás no alcance para velar el resguardo humano que arde en la leña.

“Los jóvenes trabajan al compás de los viejos”, me dice Eugenio respecto a sus compañeros de brigada —compuesta por seis obreros— que se encargan solo de las tejas, en tanto Thailán Pérez Rodríguez nos observa y espera la pregunta dirigida a él.  

“Hace siete meses que empecé aquí y me va bien. Ahora estamos trabajando en las tejas nada más para que las casas se puedan arreglar, esto me gusta más que hacer ladrillos porque es más movimiento, dale pa’quí, dale pa’llá, una detrás de la otra; el ladrillo es estar ahí…”.

MOLDE PARA EL SENTIDO DE PERTENENCIA                                  

Cuando las nubes grises de Irma llegaron a Sancti Spíritus con sus vientos terroríficos, la máquina de producir tejas criollas de San Agustín era diana de una reparación capital y, ante el sobresalto de más de 10 000 viviendas afectadas, hubo que acelerar el proceso.

Según Yandri Miguel Dita Pumarada, director de la Unidad Empresarial de Base Técnico-Productiva de la Empresa Productora de Materiales de la Construcción del Poder Popular, la fabricación se reinició desde que restablecieron la corriente en el tejar espirituano casi al terminarse septiembre y solo pudieron trabajar cerca una decena de jornadas, porque las lluvias posteriores al ciclón no han permitido extraer más materia prima en la mina de La Trinchera.  

En el tiempo que duró la estabilidad en San Agustín solo pudieron obtenerse 3 000 tejas y habrá que completar la capacidad de horno para quemarlas todas juntas y hacer un uso eficiente de los portadores energéticos, agrega Dita Pumarada, quien explica además que al retomarse el ritmo normal pudieran fabricarse cerca de 1 200 unidades cada día en unas 10 horas de trabajo.

Como consecuencia de dichas eventualidades no se ha podido entregar ningún lote de ejemplares criollos para la recuperación del municipio norteño, mas, al menos se ha podido lograr la producción de tejas francesas en el extremo sur de la provincia para restañar los daños del huracán en Yaguajay.

El directivo precisa que desde el 15 de septiembre hasta el 5 de octubre se entregaron unas 3 000 tejas francesas producidas en el tejar Mercedes, de Trinidad, que tuvieron como destino las comunidades de Iguará, El Río, Nela, Mayajigua y la propia cabecera yaguajayense. 

Al igual que sucede en el tejar San Agustín, en la villa sureña las precipitaciones han limitado la extracción del barro, que pudieran alcanzar en un mes la cifra de 12 000 producidas en dependencia de la situación climatológica, añade el directivo.

“Fue como si dijeran: ¿ustedes no querían agua?, ¡aquí vamos! Casi siempre tenemos que moler la pisa a eso de la cuatro de la mañana, porque todas las tardes llueve, y los domingos también para tener lista la pisa el lunes”, argumenta Miguel Ángel Iglesias Negrín, administrador del tejar, quien lamenta no disponer de más materia prima para incrementar la producción.  

TRIÁNGULO AMPARADOR: TECHO, PISO Y PAREDES

Bajo el principio de producir los recursos para el autoabastecimiento, la Empresa Productora de Materiales de la Construcción del Poder Popular dispone de cinco brigadas en Vitoria para la fabricación de bloques, viguetas, tabletas para techos y mosaicos.

En pos de la recuperación del norteño municipio ya se han entregado a las tiendas de Comercio más de 17 000 bloques, 3 000 losas destinadas a los pisos, 800 litros de pintura y 5 000 losas para azotea, así como tanques y sus tapas.

Hasta ahora esos son los elementos priorizados, pero estamos en disposición de incluir, por ejemplo, las tuberías hidrosanitarias si fuera necesario, subraya Yandri Miguel Dita.

“Después del paso del ciclón, con las naves sin techo, pensé que había personas más embarcadas que nosotros y si el Estado cubano no deja a nadie desamparado, nosotros tampoco lo haremos aquí en el tejar”, sentencia el cincuentenario Eugenio Contreras.