Orlando Ortega festejó su triunfo envuelto en la bandera española; Yulieski, en la cubana
Los hermanos Gurriel y la fábula del Quarter Horse
Envuelto en una bandera cubana en medio de Los Ángeles, Estados Unidos, Yulieski Gurriel Castillo festejó el triunfo de los Astros de Houston en la Serie Mundial de la Mayor League Baseball (MLB) y disparó un jonrón de simbolismo.
El gesto no pasó inadvertido para muchos cubanos, atentos como pocas veces a los hilos de lo que se reconoce como la meca del béisbol mundial.
Muchos recordaron un gesto diametralmente opuesto, protagonizado por el vallista cubano Orlando Ortega en las Olimpiadas de Río de Janeiro, cuando tras ganar medalla de plata en los 110 metros con vallas dejó tirada en el piso la bandera cubana y fue corriendo a buscar la española, que ahora defiende.
Una cosa es irse del país por cuestiones personales y otra, renegar de su tierra, al estilo de Ortega.
Más allá del gesto, pesan también las palabras. Mientras el vallista explicó que “me dieron la de Cuba, pero estaba buscando la de España como un loco”, al referirse a la bandera, Yulieski dijo sentirse “contento y darle un saludo a mi Cuba linda”.
Bastarían las dos frases y todo estuviese dicho si tales sucesos no entronizaran en la polémica actual en torno a lo cubano, la cubanidad y la cubanía.
Dejo a los expertos la disquisición filosófica. Para el caso que me ocupa, valdría decir que Cuba no se carga ni en una maleta, ni en una lancha, ni en un avión. Se aloja en el corazón de la gente y suele atarse con lazos indestructibles, más allá de leyes, diferencias políticas o de criterios.
Por eso la Serie Mundial cala entre los cubanos. En el corazón de Sancti Spíritus las personas la vivieron mientras la seguían en las pantallas del Ocio Club, de los hoteles y hasta gastaron de sus bolsillos para inundar las zonas wifi.
No reconocer esa verdad sería seguir la típica postura del avestruz, que en nada nos ayuda. Si desde hace rato los cubanos saben de la ofensiva del pequeño Altuve, de las más de 100 millas de Chapman y hasta del gesto mal interpretado de Yulieski con el japonés Yu Darvish, que le costó una multa de más de 300 000 dólares, es porque siguen la pelota de las Grandes Ligas, aunque nuestras pantallas se inunden de fútbol a toda hora o se malgasten los horarios con equitación y patinaje sobre hielo.
No puede ser de otra manera cuando en pleno siglo XXI Internet conecta al mundo. Y eso, si me preguntan, es bueno. Quienes se asoman a la temporada de las Grandes Ligas desde Cuba lanzan otro mensaje igualmente simbólico: al cubano el béisbol le corre por las venas.
Esa propia realidad ha hecho que para los medios cubanos ya este béisbol no sea “el coco”, aun cuando han de derribarse otros muros. Lo dice la cobertura que da la prensa nacional, sobre todo Cubadebate y Radio Rebelde, a las estadísticas de ese béisbol.
Muchos esperaron que después de trasmitir partidos de la temporada regular de la MLB, su Serie Mundial llegara en vivo y en directo a través de la televisión como los juegos de la Champions League. Mas, aunque a destiempo y diferida al menos llegó. Del lobo un pelo.
Nadie quiere que se vayan los atletas y todo sería mejor si la injusta política del bloqueo norteamericano no impidiera a los cubanos jugar bajo la rúbrica de su país. Incluso, si de preferencias se trata, quisiera ver a Yulieski, Pito Abreu o Yasel Puig con la franela del Cuba, de Sancti Spíritus o de Cienfuegos.
Pero la mentalidad ha de ser otra en un entorno marcado por la globalización generalizada y mucho más cuando Cuba acaba de anunciar su política de puertas abiertas a quienes se marcharon de este país aun en la ilegalidad como la mayoría de los peloteros o los deportistas.
Para mí no está reñida la pasión de los cubanos por las Grandes Ligas con la pasión que todavía despierta la Serie Nacional que, en esta versión 57, ha halado más afición a los estadios y a la polémica.
Nuestra pelota no se va a hundir porque la afición siga las Grandes Ligas. En todo caso puede ser mejor si la propia familia beisbolera cubana sabe aprovechar la ventaja de tener una especie de “escauteo” directo para beber de maneras de jugar y mentalidades de juego, que, sin llegar a ser perfectas, sí ilustran otras formas de asumir el béisbol, al margen de los millones que amparan a la Gran Carpa.
Tampoco esquivar la Serie Mundial y el interés que despierta en la isla va a determinar que el éxodo de peloteros sea mayor o menor.
Lo del béisbol para los cubanos traspasa las fronteras ideológicas y se instala en la emoción. Repito: nadie quiere que se vayan, mas el hecho de que varios peloteros cubanos hayan podido sobrevolar la alta varilla de las Grandes Ligas explica, en primera y última instancia, la calidad de nuestro béisbol.
Y vuelvo a la parábola Yulieski-Ortega. Mientras el vallista blasfemó tras su medalla de plata olímpica: “Estoy muy orgulloso de haber puesto el nombre de España bien alto”, Yulieski reconoció el potencial del deporte cubano ante una pregunta de ESPN sobre su desempeño: “Me ayudó mucho mi experiencia en Cuba, fueron 15 años en el equipo nacional y muchas batallas, eso me ayudó a no asustarme con esta postemporada, ya que se vive muy intenso aquí, es increíble, la adrenalina todo el tiempo está al ciento por ciento y de verdad que si no hubiera estado en Cuba, creo que me hubiera sido muy difícil”.
Como perdemos tiempo en justificar la acción mayor que la de haber abandonado la patria por cualquiera de las causas que fueran, ambos dejaron la tierra que los vio nacer, sea cialquiera que sea la causa, puedo aceverar que lo de la familia Gurriel es penoso, el pueblo espirituano les dio mucho y ellos debieron pensar y tener la conviccion de ser primero que todo cubanos…..les regalo lo que a mi me toque de cada una de esas personas que dejan la patria que los vio nacer para convertirse en bocadillos en los noticiarios por mas buenos que sean metanselos por donde les quepa
Estoy de acuerdo con tu comentario pero hay un detalle: Habría que ver porque no pudieron transmitir en vivo los partidos de la MLB. Recuerda que eso se paga, pues eso no es en la tv pública, sino en canales privados, y debe ser en doláres. Quizás hay que hacer hasta gestiones de las que es mejor no mencionar.
Creo que cubanos somos todos donde quiera que estemos. Basta ya de divisiones y odios. Habría que preguntarse en el momento cuanto daño le hicieron a Ortega los que han decidido, en nombre del pueblo cubano, una u otra medida arbitraria contra un deportista,artista…etc. Para el Yuli lo mejor y me siento muy orgulloso de ser de su tierra y que haya puesto el nombre de CUB tan alto…FELICIDADES CAMPEON
Yo no sé si a Ortega le «hicieron daño». Lo que si sé, es que el mayor daño se lo hizo él mismo con su actitud posterior. Nada justifica un desprecio a la bandera del país que te vio nacer y e forjó como atleta, mientas otros trabajaban para pagar ese proceso de forja.
Y por cierto, aunque la inmensa mayoría de los cubanos quieren a Cuba, no olvidar que Posada Carriles es cubano. Como mismo lo eran quiénes ahorcaron a alfabetizadores en el Escambray. Los pueblos siempre, siempre, van en dos bandos, como dijo Martí.
Es más feliz, porque se siente más completo, se siente más seguro de cada cosa que hace y que dice, aquel y aquella que sabe valorar la experiencia de su vida. Cualquier aporte por pequeño y poco brillante que parezca, en determinado momento puede hacer la diferencia, así como todo el tiempo ayuda a que mostremos una personalidad y una proyección más rica. Feliz y tranquilo Gurriel con sus certezas, Inseguro o falzo Ortega por renegar de la mayor parte de lo que es, de lo que lo ha edificado como deportista: CUBA y Ser Cubano.
Con independencia de lo que el Estado que esté instalado en mi Patria pensara de mi, Yo seguiría con el mismo lugar para mi Tierra.
Ojalá, que España le acoja y no le desprecie, eso es probable y sería muy duro humanamente.
!Felicidades a Gurriel! Todavía tiene dificultades por vencer y lecciones que aprender.
pues es muy sencillo, y es que uno defendia los colores de un pais, al cual lo acogio, y el otro defiende a un equipo de grandes ligas, que aunque raro es me sorprenden que ya puedan publicar algo de las grandes ligas en cuba, y no me digan que eso siempre ocurrio porque por mucho tiempo eso fue vedado
¿Por fin?, si hablan es malo, si no hablan, es malo, ja ja ja que gente ridícula más inconforme!!
Senores se resalta por primera vez un jugador cubano en la MLB que supuestamente «DESERTO»porque no fue tal,,,todo fue un show …esta de mision…el tiempo sera testigo…el DUQUE gano 4 y otros como LIVAN, KENDRY ,CHAPMAN,CONTRERAS….y algunos mas …han ganado serie mundial y como no sacaron la bandera, nunca se les menciono,,,,blablabla
Porque los Gourriel se fueron autorizadossssss, todo es politica. Su «fuga» fue una farza.
Elsa brillante artículo, los cubanos por razones diversas acostumbran acambiar su nacionalidad, con tristeza vi en un programa competitivo en EEUU como Paola, la ganadora de la voz Kid cuando le preguntaron de donde era dijo de Miami, le costó trabajo decir que era Cubana, su manager en la competencia le tuvo que probar con canciones cubanas, nunca llevo su bandera a la competencia, brillante por Yuliesky, estoy orgulloso de él, claro que su abandono no tuvo otro motivo que probarse en un beisbol superior al nuestro, he visto a varios atletas competir con una nacionalidad distinta a la suya y cargar a la hora del premio con dos banderas, eso le faltó a Ortega, para mi un desnaturalizado, quien no quiere a la patria no quiere a nadie y la bandera es simbolo de patria de cubania.
muy bien por Elsa como siempre, donde este el cubano debe sentirse cubano, hay algunos que descargan rabia, remordimiento, y lo que se diga lo van a criticar no les acomoda nada, las posiciones son diferentes no hay porque reprochar la bandera cubana ni estar hablando basuras de la tierra que los vio nacer, hay muchos que cuando ya no les sirve a esos paises se quedan sin trabajos y algunos regresan a Cuba con la carga de hablar hablado mucha basura.
ni nos pájaros se cagan dentro del nido!!
creo mas alla de lo que se pueda decir a favor o en contra de yuliesky, la realidad es que por unos dias muchos niños cubanos no querian jugar futbol para ser Mesi o Cristiano Ronaldo. Simplemente querían jugar Beisbol para ser «Yuli Gurriel»