Cuando La casita azul, programa televisivo infantil de 1957, le dio imagen a la pintura sobre cartulina hecha por la niña Paula Betancourt León, quizá pocas personas visionaron el futuro vinculado a la cultura de aquella adolescente delgaducha que prefería los pinceles antes que salir a correr por las calles de la añeja ciudad.
Fue ese el principio de años dedicados con placer a ofrecer colores a lo que tocara con las manos; a una pasión desmedida por el patrimonio espirituano; a múltiples investigaciones que son guías de estudio sobre procesos socioculturales; a eventos que sobreviven, a pesar de los complejos tiempos.
Y es que a Paula Betancourt, egresada de la primera promoción de la Escuela Nacional de Arte, en 1967, en la especialidad de Artes Plásticas, le tocó, tras su regreso a casa, asumir retos importantes dentro de la vida cultural que se ajustaba entonces a nuevos códigos, a semejanza de su contexto histórico.
Fue por ello que aceptó la responsabilidad de ser técnica en el Museo de Arte Colonial cuando abrió sus 100 puertas por vez primera; labor que la enamoró hasta la médula. Tanto fue así que se convirtió en voz autorizada de la museología yayabera.
Inluso, prefirió transgredir los circuitos cerrados y confeccionó más de 30 artículos relacionados con colecciones museables, apreciación de las artes plásticas, importancia de los monumentos y los sitios históricos…
Y es que Paula Betancourt no encontró límites para echar a volar cuantos sueños creativos llegaban a su cabeza. Bien lo saben quienes la acompañaron en la génesis del Salón de Artes Plásticas Oscar Fernández Morera, en 1982, que luego devino espacio más relevante de esta manifestación en la provincia.
Exposiciones individuales y colectivas, tanto dentro como fuera de los perímetros espirituanos, contaron con su maestría, distinguida por la defensa a ultranza de lo más autóctono, de la estética fiel y la autenticidad; máximas aprendidas al erigirse, durante varios años, como restauradora de pintura de caballete de obras de reconocidos creadores nacionales e internacionales.
Pero tanto mundo interior inquieto le quedó chiquito para su expresión en el panorama de las artes visuales. A fin de expresarse recurrió a la música como integrante del Coro Provincial de la Central de Trabajadores de Cuba y solista de la Brigada de Instructores y Profesores de Arte Raúl Gómez García, así como en la confección de apuntes literarios que aún buscan el camino para ver la luz.
Como ironías del destino, Paula Betancourt decidió decir un hasta luego el pasado 31 de octubre, aún con muchas tareas pendientes por cumplir: un libro, listo para publicar; apuntes que conformarían otro; su anhelo de ver ecuestre a Serafín Sánchez y creaciones bajo el auspicio del Fondo Cubano de Bienes Culturales.
Pero solo es un hasta luego porque su perseverancia en el panorama cultural la inmortaliza en cada huella dejada en instituciones, sitios patrimoniales, eventos, estudios…, pasiones todas que la oxigenaron hasta el último de sus alientos.
Paula, siempre afable y cariñosa, enamorada de la vida, y de Mariano. Irá por siempre en el futuro de la mano de Fernández Morera pintor espirituano a quien le dedicó gran parte de sus estudios, con el Museo de Arte Colonial y con Serafín, erguido y majestuoso sobre su corcel en la plaza que dignifica con su nombre. Su sonrisa perdurará por siempre entre los que nos consideramos sus amigos.
Paula fue la creadora del salón Morera, luego otros se le unieron. Así lo consigna el libro Sancti Spíritus, siglo xx.
Mis condolencias para la familia Flores Betancourt, Paulita muy querida por todos los que tuvimos la dicha de conocerla y compartir con ella. Exelente persona, artista de la plástica y defensora del cuidado y protección del Patrimonio Cultural de la Provincia, compañera de estudios, de trabajo y personal para ella la vida eterna.
Paula Betancort Leon, querida y amada, madre de Isis Flores “musico” y Adonis Flores “Artista Plástico” excelentes personas, incluyo a su esposo Mariano Flores una familia de grandes talentos de la Cultura Cubana.Mis condolencias.
Por favor porque no poner en el pie de la foto, los nombres o la ubicación de cada una, para así saber quién es quién, para aquellos que no tuvieron la posibilidad de conocerla en vida. Es una sensible pérdida no solo para la cultura espírituana sino también para la nacional
Paulita es la de la derecha, con la blusa estampada. UNa persona muy inteligente y afable, muy dulce con todos. EPD.