Siete militantes de movimientos populares brasileños que reclaman del Supremo Tribunal Federal que haga justicia y libere al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva completan este domingo 20 días en huelga de hambre
De acuerdo con la publicación, desde el pasado día Frei Sérgio Görgen, Rafaela Alves, Luiz Gonzaga, Jaime Amorim, Zonália Santos, Vilmar Pacífico y Leonardo Soares pasaron a utilizar sillas de ruedas y camas hospitalarias.
Algunos de ellos, detalló, ya perdieron 10 kilogramos de peso, sufren alteraciones constantes en los niveles de azúcar en sangre y frecuentes caídas de la presión arterial y de la temperatura corporal.
El propio viernes, tres de los huelguistas -Jaime Amorim, Rafaela Alves y Vilmar Pacífico – fueron recebidos por José Carvalho, jefe de Gabinete del ministro de la Corte Suprema Gilmar Mendes, y por la asesora Mirian Welker, que evitaron asumir cualquier compromiso respecto a la demanda de los militantes.
En la audiencia Amorim reiteró que ‘el Supremo es responsable por nuestras vidas; si uno de nosotros muere no queremos cremación, queremos ser velados y enterrados frente al STF’.
Dirigente del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra MST) y miembro de la Comisión Internacional de la Vía Campesina, al iniciar el ayuno Amorim explicó en una misiva que con ese acto extremo pretenden además denunciar el retorno de la pobreza como consecuencia del golpe jurídico-parlamentario que hoy gobierna el país.
Estamos en Brasilia en huelga de hambre por tiempo indeterminado como forma de protesta política, teniendo como condición básica la libertad del presidente Lula y para que éste pueda ser candidato a presidente en las elecciones de octubre de este año, remarcó.
Se trata de un sacrificio para sensibilizar a las autoridades y evitar mayores prejuicios a la sociedad y a los más pobres, y en defensa de la sufrida democracia brasileña, que cuando se establece un gobierno con un programa vuelto a la construcción de Brasil como nación es golpeada por los intereses internacionales del capitalismo, agregó.
Amorim insistió en que para la restauración de la democracia, del Estado de Derecho y de las garantías constitucionales, es fundamental la libertad del ex presidente Lula, sometido a una serie de injusticias y fraudes procesales, preso político e impedido de ejercer libremente su defensa y hacer campaña electoral.
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