En medio de la corriente el cajón parece algo anacrónico; a ratos por la entrada superior asoma alguna cabeza, mientras que por el costado Miguel trata de adivinar cuál es el estatus de los buzos que él dirige, los mismos que tratan de hacer casi lo imposible: limpiar los vasos del pedestal por debajo del cauce del río Zaza.
Según explicó a Escambray Miguel Ángel Luna, director del Centro Provincial de Vialidad en Sancti Spíritus, hoy trabaja en pleno río un equipo del proyecto local Corte Ecológico y Trabajo Acuático, perteneciente a la Empresa Provincial Integral de Mantenimiento de Camagüey, quienes se encargan de separar lo que quedó de las columnas partidas. “Pero eso está bajo agua, de modo que primero se hizo una especie de tanque o cajón encima del muro para poder trabajar en seco, de lo contrario hubiéramos tenido que quitar a la presa Zaza unos 60 millones de metros cúbicos de agua”.
Según Miguel Echeverri, jefe técnico de la brigada de buzos, única de su tipo en la región central, no es fácil laborar con el agua al cuello. “Trabajamos a base de martillo —explica el especialista— y la meta es hacer un hueco de 90 centímetros de ancho por 120 de alto, pero es complicado porque se hace incómodo extraer el material debido a la cantidad de acero que tiene; por eso, según el ritmo que llevamos, deben quedarnos unos ocho días de trabajo”.
Al unísono Fuerzas de la Empresa de Construcción y Montaje de Sancti Spíritus dan los toques finales al terraplén de 80 metros que se construye en las márgenes del río, vial necesario para poder emplazar las grúas que se utilizarán en el montaje de las estructuras prefabricadas, y donde se han vertido hasta la fecha alrededor de 15 000 metros cúbicos de hormigón.
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