“Yo solo tengo noveno grado, porque, aunque mis padres querían que estudiara, a mí lo que siempre me gustó fue trabajar la tierra, la misma que me vio nacer y que ha sido el sustento familiar desde que abrí los ojos al mundo”; tal aseveración de Yusmany Paz Corrales, propietario de la finca Las Delicias, ubicada en el kilómetro 8, por la carretera que conduce a Yaguajay, explica por qué se convirtió en uno de los mejores productores de tabaco de la provincia.
“Hace unos años me propuse salir adelante con lo único que sé hacer, que es estar pegado a las vegas, y no paré hasta lograrlo, en una ocasión estuve como cinco años sin ir ni al pueblo, pues hasta que mis tierras no rindieran lo suficiente no estaría conforme, hoy entrego al Estado todas las cosechas, con rendimientos en el tabaco tapado, que supera los 35 quintales por hectárea, y un 57 por ciento de capa para la exportación, y, en el caso del sol en palo, estoy alcanzando 1.8 toneladas por hectárea”, explica el joven campesino.
Pero lo más novedoso en la tierra de Yusmany es que el Ministerio de la Agricultura le asignó una casa de cultivo para la siembra de postura, lo que completa el ciclo de obtención del tabaco y le sirve, además, para abastecer a otros campesinos que conforman su radio de acción. “Se trata de lo más grande que me ha podido pasar en los 27 años que llevo al frente de la finca, porque antes era mi papá el que la dirigía, eso parece un laboratorio desde donde salen unas posturas de primera calidad”.
PROTAGONISTA DE SU TIEMPO
Para que Reinaldo Rodríguez Hidalgo, el presidente de la Cooperativa de Créditos y Servicios Ramón Balboa, de Guayos, le explicara a Escambray los motivos por los que esta unidad obtuvo una de las dos banderas de honor Niceto Pérez entregadas recientemente a la provincia, fue preciso visitar algunos de los campesinos más destacados, porque, según él, son los 317 socios que la conforman los que con el sudor de la frente hacen posible el cumplimiento de los planes y, por tanto, estos resultados.
Surgida en año 61, la “Ramón Balboa” cuenta ya con 1 632 hectáreas dedicadas al tabaco, la ganadería, los cultivos varios y hasta la obtención de miel y flores se inscriben entre sus múltiples producciones. Su diversificación y la seriedad con que enfrentan cada acción e, incluso, el hecho de proponerse nuevas metas cada año y de superarlas le confieren un sello peculiar. Tan así es que durante 23 años consecutivos ha mantenido la condición de Vanguardia Nacional de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños.
“Nosotros no trabajamos por reconocimientos, a pesar de tener muchos en nuestro sitial de honor —explica Rey—, sino para satisfacer las necesidades alimentarias y otros renglones que necesita el país y la población. Pero si hay algo que distingue el quehacer cotidiano es la exigencia, el control y respeto hacia cada campesino, porque sabemos bajo qué condiciones logran cumplir sus compromisos. El pasado año, por ejemplo, nos golpeó el huracán Irma, pero este lo comenzamos con lluvias, las que se han mantenido casi todo el tiempo y aunque el agua es buena para la tierra, cuando es mucha, nos afecta los cultivos”.
LA SABIDURÍA VINCULADA AL CAMPO
Con la vista fija en el surco Magalys Utrera Ulloa, una de las tantas mujeres campesinas de esta cooperativa, desanda las plantaciones de tomates que crecen dentro de un joven platanal, en la finca Los Algarrobos de Moya, que comparte con su esposo Guido Hernández Morera, muy cerca de la comunidad de Tres Palmas.
Allí la diversidad de cultivos acapara la atención de cualquier visitante, pero, sobre todo, las formas agroecológicas con que Guido pone en práctica toda la experiencia adquirida durante casi 20 años de labor en el área, la cual combina con la teoría aprendida en la academia, de la cual egresó con el título de ingeniero en Pecuaria.
Distintas variedades de café, frutas exóticas, viandas de todo tipo, tabaco por el método sol en palo, granos, hortalizas, en fin, toda una gama de cultivos que no solo aseguran el abastecimiento familiar, sino que se entregan a Acopio para su distribución.
Otro ejemplo de esfuerzo y consagración al trabajo es el que muestra Diosvel del Sol Hidalgo, productor porcino radicado en la comunidad de La Aurora con más de 20 años de experiencia en la crianza de cerdos. “Está considerado el que más aporta al programa de obtención de carne de la CCS y uno de los más destacados de la provincia —explica Rey—, con entregas que sobrepasan las 100 toneladas cada año”.
Diosvel comenzó con un sistema más rudimentario para desarrollar la actividad porcina, pero hoy muestra integralidad en la actividad al lograr el ciclo completo, desde la reproducción y ceba, hasta la comercialización, incluida la explotación de un biogás que facilita el empleo del combustible con fines domésticos y en función de la propia labor productiva.
Ejemplos de socios con incidencia en diferentes programas encausados por el sector campesino y la ANAP en la provincia sobran en esta CCS, solo que sería interminable la lista, porque cada uno asume con responsabilidad la parte que les toca para hacer que, cada año, los aportes superen los del período precedente. Esa debe ser la clave del éxito que demuestra la valía de las cooperativas surgidas desde el inicio mismo de la Revolución.
Es muy gratificante leer estos reportes de la campiña de la región de Guayos. Mi familia, de apellido Castro, vivía en una finca en la Carretera Central. Yo salí de Cuba en 1962 y no supe más en que paró nuestra finca. Mi familia emigró a los E.E.U.U. y ahí quedó todo. Si alguien tiene información sobre ese terreno que ocupaba mi familia, les quedaría muy agradecida.