El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos anunció este lunes el cierre permanentemente de su oficina local en Cuba, cuyas labores pasarán a realizarse en la capital mexicana
Asimismo, el Departamento norteamericano de Estado en la capital del país caribeño se encargará de ciertos servicios proporcionados anteriormente por el USCIS, agregó la declaración.
El texto recordó que desde el otoño de 2017 fueron suspendidos casi en su totalidad los servicios de visas de la Embajada estadounidense en La Habana, tras la decisión de la administración de Donald Trump de reducir de forma considerable el personal en esa legación.
Para dar ese paso, así como para expulsar a 17 diplomáticos cubanos de esta capital, el Departamento de Estado empleó como justificación los problemas de salud reportados por funcionarios norteamericanos en la isla caribeña.
Varias veces desde entonces, incluyendo el comunicado emitido este lunes, el Gobierno estadounidense se refirió a esos incidentes de salud como ‘ataques’, a pesar de que tras más de un año y medio de investigaciones, se desconocen las causas o responsables de lo sucedido.
El Departamento de Estado y el USCIS siguen explorando opciones para continuar los servicios consulares y otras labores de inmigración en otras localidades, añadió la declaración de hoy.
Según ese documento, se informará sobre instrucciones alternas que se establezcan para presentación y procesamiento de casos.
El USCIS es la agencia federal que supervisa la inmigración legal a Estados Unidos y forma parte del Departamento de Seguridad Nacional.
La página digital de la entidad explica que entre sus funciones se incluyen atender las solicitudes de ciudadanía y los procesos que permiten a residentes permanentes y a ciudadanos estadounidenses traer a familiares directos a vivir y trabajar en este país, entre otras tareas.
El paso de este lunes, junto a las otras medidas adoptadas en el último año, se da a pesar de los llamados de diversos sectores a restablecer el personal de la Embajada en La Habana y regresar a las labores habituales, fundamentalmente en lo relacionado con los trámites de visas.
Tanto el Gobierno cubano como voces en Estados Unidos han denunciado la politización del tema de los problemas de salud, y señalan que los principales afectados son los cubanos y cubanoamericanos que tienen que efectuar procesos más difíciles para visitar a sus familiares.
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