Hecho prisionero político con el intencionado propósito de excluirlo de la contienda, Luiz Inácio Lula da Silva completa este viernes 175 días de encierro con el Partido de los Trabajadores (PT) metido de lleno en la disputa presidencial.
Con un 24,5 por ciento de las intenciones de voto, según resultados de la encuesta Istoé/Sensus divulgados anoche, el candidato petista, Fernando Haddad, parece tener ya asegurada su presencia en un eventual segundo turno, donde presumiblemente enfrentaría al ultraderechista Jair Bolsonaro, del Partido Social Liberal (30,6).
Haddad, designado por Lula como su portavoz y coordinador del programa de gobierno, reemplazó al líder histórico y fundador del PT en la fórmula presidencial de la coalición El pueblo feliz de nuevo el pasado día 11, después que el Tribunal Superior Electoral (TSE) se negara a registrar la candidatura del ex presidente.
El actual proceso político y electoral entra en una fase decisiva y llegó la hora de arremangarse para garantizar la victoria de Haddad en el segundo turno, mandó a decir la víspera Lula por intermedio de la presidenta nacional del PT, Gleisi Hoffmann, quien lo visitó en la sede de la Superintendencia de la Policía Federal (PF) en Curitiba.
Aún cuando permanece encerrado allí desde el pasado 7 de abril, Lula diseñó y condujo -con evidente acierto- la estrategia electoral del PT, que por quinta vez consecutiva disputará, con posibilidades de triunfo, la Presidencia de la República.
También este jueves, el ex dignatario brasileño alertó que en estos momentos para los pueblos latinoamericanos la tarea es resistir y, al mismo tiempo, avanzar para derrotar el neoliberalismo.
Lula expuso su criterio en una carta dirigida al rector de la Universidad Nacional del Comahue, Gustavo Crisafulli, y al profesor Pablo Gutiérrez, para agradecerles la concesión, por parte de esa institución argentina, del título de Doctor Honoris Causa, el segundo que recibe desde que fue encarcelado.
Las democracias construidas en América Latina en las últimas décadas sufren un feroz y tardío ataque por parte del neoliberalismo, que fracasó ya en Europa y Estados Unidos no sin dejar rastros de destrucción del Estado social, y profundizando las desigualdades, dijo.
Destacó además que en Latinoamérica el neoliberalismo ataca utilizando importantes segmentos de los poderes Judicial y Legislativo, para a través de medidas de excepción apartar a presidentes legítimamente electos y perseguir y encarcelar injustamente a líderes populares.
En ese sentido, mencionó la reciente experiencia de Brasil, donde fue truncado el mandato de la presidenta Dilma Rousseff, proyectaron la destrucción del PT y lanzaron sobre el pueblo ‘un ilegítimo y cruel programa de austeridad para imponer retrocesos en derechos conquistados’.
Aludió asimismo a su condena sin pruebas y posterior encarcelamiento, y aseguró que el título recibido de la Universidad Nacional del Comahue constituye un gran aliento para la lucha que traba en este momento el pueblo brasileño para derrotar a quienes quieren subyugar sus legítimos intereses.
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