Desde el 14 de enero de 2013 a la fecha, unos 819 mil 749 cubanos residentes en la mayor de las Antillas viajaron al extranjero
Dos millones 656 mil 111 viajes al extranjero –por motivos personales– realizaron los cubanos residentes en el país, desde que entrara en vigor en enero de 2013 la actualización de la legislación migratoria.
Según datos oficiales del gobierno a los que tuvo acceso la Agencia Cubana de Noticias, desde el 14 de enero de 2013 a la fecha, unos 819 mil 749 cubanos residentes en la mayor de las Antillas viajaron al extranjero, la inmensa mayoría de ellos por primera vez.
En 2017, a pesar del retroceso en las relaciones entre Washington y La Habana, se produjo un crecimiento del 39 por ciento, en relación con el periodo precedente.
Reflejo de la aceptación a la legislación migratoria actual de Cuba es que más de uno hizo varias salidas del país.
Las estadísticas reflejan las garantías que brinda desde hace un lustro la política migratoria de la mayor de las Antillas, bajo el criterio de que las personas tienen derecho a viajar, emigrar y la posibilidad de regresar al país, de acuerdo con los requerimientos de la Ley.
Desde 2013 es más frecuente y normal que los cubanos viajen al extranjero de manera temporal y regresen dentro de los 24 meses establecidos por la legislación nacional, muestra de ello es que solo el 11 por ciento –pasados los dos años– establecieron residencia permanente en otros países, convirtiéndose en emigrados.
Las cifras apuntan hacia un incremento sostenido de los viajes de los cubanos; de la misma manera que los residentes en el extranjero lo están haciendo en proporciones significativas y crecientes, en particular desde Estados Unidos.
Los cubanos procedentes del país norteño rebasaron en 2017 los 432 mil, superando los 329 mil 448 viajes realizados por estos en el 2016.
En la actualidad hay cubanos reportados en más de 120 naciones, quienes han realizado dos millones 072 mil visitas en los últimos cinco años, con un incremento del 21 por ciento en 2017.
Datos que echan por tierra la teoría de que hay temores entre los residentes en el extranjero de viajar a su país de origen, e incluso que hay negativas del gobierno en ese sentido.
Poco manejado y que reafirma las buenas relaciones del Gobierno con su emigración es la creciente cantidad de cubanos que viven en el extranjero y que piden reasentarse en el territorio nacional y que en 2017 llegó a los 11 mil 176, la mayoría de ellos provenientes de EE.UU.
El reasentamiento, proceso conocido comúnmente como repatriación, es un derecho consagrado también en la legislación vigente.
Las autoridades cubanas han reiterado que la actualización de la política migratoria de 2013 tuvo por objetivo –y se mantiene– estrechar los lazos entre los residentes en el extranjero, temporal o permanentemente, y en la Isla, que comenzó en la década del ’70 con el diálogo de 1978 impulsado por el líder de la Revolución, Fidel Castro.
Como demostró en su momento la actualización migratoria, y más reciente la eliminación de la habilitación del pasaporte para que los emigrados viajaran a Cuba y del requisito de avecindamiento para que los hijos de cubanos que nazcan en el extranjero obtengan la ciudadanía de la Isla expeditamente, el tema ha evolucionado favorablemente y no existen contradicciones de fondo entre la nación y su emigración.
Se tienen registradas 157 asociaciones de cubanos residentes en el extranjero, en 72 naciones, que realizan periódicamente encuentros nacionales y regionales que fortalecen los vínculos con Cuba.
El gobierno de la Isla ha reiterado la voluntad de fortalecer los vínculos con los nacionales residentes en el extranjero y ha dicho que continuará estudiando la posibilidad de aplicar nuevas medidas de actualización de la política migratoria.
Mientras Cuba abre sus puertas a los viajes y la migración legal, segura y ordenada, el gobierno del presidente Donald Trump decidió reducir drásticamente el personal de su embajada en La Habana y suspendió la emisión de visas en su consulado, lo que afecta el derecho de los cubanos a viajar, a emigrar hacia ese país, e incumple con los acuerdos migratorios de enero del año pasado.
Josefina Vidal, directora general de EE.UU de la Cancillería cubana, ha dicho que resulta lamentable que el país norteño esgrima pretextos, sin pruebas, para retirar a su personal de La Habana y habló de motivaciones políticas que a la postre afectan también el derecho de los nacionales a visitar a sus familiares en aquella nación.
El obligatorio traslado a Colombia de los cubanos que deseen obtener visas de inmigrantes, y a terceros países para todos los que quieran una visa para viajar temporalmente a EE.UU, sin ningún tipo de garantía de que se las concedan, discrimina a los cubanos y encarece exponencialmente el proceso.
Tras la eliminación de la política de pies secos-pies mojados y el programa de “parole” para profesionales cubanos de la salud, el 12 de enero del 2017, se aprecia una considerable disminución del flujo de migrantes irregulares cubanos hacia Estados Unidos.
Esto confirma lo expresado por el Gobierno de la Isla durante años, en relación con que ambas políticas constituían los principales incentivos a la migración irregular, que tanto sufrimiento costó a la familia cubana.
La propia Josefina Vidal reiteró que no será posible alcanzar relaciones normales en el área migratoria, hasta tanto el Congreso norteamericano elimine la Ley de Ajuste Cubano, que estimula la continuidad de un flujo irregular, a la vez que afecta el otorgamiento de visas para no inmigrantes a cubanos que no tienen la intención de quedarse a residir en ese país.
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