Cuando el sonido se torna luz

Relacionados

Entregan a Pedro Urbezo el Premio Nacional de Radio

La radio en Cuba, 102 años de resiliencia e innovación

Jairo Alberto Pacheco: «En el sueño se me ocurre la locura, luego la concreto en el mundo material»

El 18 de mayo de 1998 un sueño se hizo realidad. Un sonido diferente surcó el éter para convertirse en luz. Radio Vitral, la emisora de la cuarta villa de Cuba, tocó las puertas de cada casa y, pasado el tiempo, se convirtió en fiel compañera de varias generaciones de espirituanos.

Gestada como necesidad de reflejar con fidelidad todo el rico patrimonio tangible e intangible de tantos años de historia, quien fungía como director de la cadena provincial de radio entonces, Carlos Rafael Diéguez, puso todo su empeño para que, contra viento y marea, emergiera el gran anhelo.

“Lo ideé en mi trayecto de Holguín a Sancti Spíritus. Ya existían emisoras municipales en otros territorios del país y la de aquí lo necesitaba. Primero, fue un suplemento informativo de la radio provincial y, luego de muchos papeles, trámites en un contexto económico complejo y lucha contra las incomprensiones de la dirección del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), pudimos declararla como un medio de comunicación”, añade con nitidez a la distancia de 20 años.

Junto a todo ese bregar formal, en uno de los estudios de Radio Sancti Spíritus, hombres y mujeres cocinaban día a día ideas para generar contenidos que construyeron un sello propio del nuevo espacio que llegaba por la frecuencia de AM, mediante un trasmisor de una cadena nacional.

Los primeros materiales formaron parte de un programa que, incluso, se mantuvo en sus emisiones iniciales sin nombre, hasta que poco a poco toda la vorágine tomó cuerpo, según rememora Damarys Álvarez Pérez, testigo de aquellas jornadas y aún fiel a cada momento en que Radio Vitral sale al aire.

“Teníamos muy claro que queríamos trabajar. Por eso, un tiempo después se le dio forma a la programación, que en un primer momento tenía una duración de siete a diez de la mañana. Desde el inicio nos propusimos siempre responder al perfil cultural que defendemos”, refiere quien actualmente funge como asesora.

Contar 20 años de historia pudiera parecer fácil, pero bien sabe ese colectivo cuánto ha significado mantener en el éter una propuesta diferente, atractiva e identitaria. Y quizá lo ha logrado, porque desde su propia génesis ha sido escuela formadora de amantes a la radio, quienes en sus estudios y redacciones han encontrado el sitio justo para sacar fueras de sí sus mundos interiores.

Después de ser reconocida como un medio de comunicación oficial, el estudio de la planta provincial se hizo pequeño. La propia necesidad de ser el corazón de su ciudad obligó aplatanarse en un céntrico espacio, ubicado frente al parque Serafín Sánchez Valdivia, hasta que hace muy poco, en busca de mejorar el confort, se acomodó en Independencia No. 107 A, entre Agramonte y Don Marcial de Valdivia. Desde allí Radio Vitral es otra casa para esa audiencia que se acompaña por sus productos comunicativos de siete de la mañana a tres de la tarde.

Una constante retroalimentación ha afianzado esa confianza entre quienes mediante el micrófono intentan dibujar cada segundo de la urbe y quienes del otro lado de los radiorreceptores escuchan atentamente. Verdadero reto en tiempos de multimedialidad y transmisiones en audio real por Internet.

Parecerse mucho más a esa población y a Sancti Spíritus; no perder la identidad y el sello propio serán por siempre las máximas a seguir por esa emisora y su joven colectivo que con solo dos décadas ha sabido darles luz a sus sonidos.