El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, hizo un balance de la política exterior a lo largo de este año durante una conferencia de prensa tras asistir a los debates de las comisiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Fabiola López (Telesur): ¿Qué balance hace de este año en política exterior?
Me parece muy importante la reacción internacional que se produjo a la elección del presidente Miguel Díaz-Canel, como un reconocimiento internacional y una expresión de conciencia de la legitimidad de nuestras elecciones a escala regional y mundial.
Resultó muy significativa su visita a Venezuela, apenas recién electo y a una reunión de la Mancomunidad del Caribe en Jamaica; que expresan la intensidad de nuestros vínculos con la Revolución Bolivariana y chavista y con nuestra familia caribeña.
Fue importante, sin dudas, la visita del presidente y su presencia en la Asamblea General de las Naciones Unidas; su potente discurso, la manera en que fue percibido; su reunión con sectores diversos de la sociedad norteamericana, que evidenció una oposición creciente a la política de bloqueo y, más aún, al endurecimiento de esta que caracteriza al gobierno actual de los Estados Unidos.
Su gira por la Federación de Rusia, la República Popular Democrática de Corea, la República Popular China, la República Socialista de Vietnam, la República Democrática Lao, fue también muy importante en el sentido de la prioridad que tienen los vínculos respectivos en todos los ámbitos, incluida la concertación política y las relaciones económicas, comerciales y financieras.
Y fue particularmente representativa, en mi opinión, las escalas que se convirtieron en visitas de trabajo en París y Londres, donde se reconoció la entrada provisional en vigor del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre la Unión Europea y Cuba; la postura europea, distinta a la del gobierno norteamericano, de continuar avanzando con Cuba y el deseo de sectores diversos tanto del Reino Unido como la República Francesa de avanzar aceleradamente en la relación con Cuba.
Me parece que estos elementos del último semestre fueron muy significativos.
Fabiola López (Telesur): ¿Y en el caso de Estados Unidos, que se cumplen hoy cuatro años de los anuncios del 17 de diciembre del 2014?
Nuestro pueblo sobre todo celebró el retorno de Gerardo, Antonio y Ramón, que se había producido esa mañana y rápidamente como pólvora se conoció y fue un motivo de gran celebración. Nunca olvidaré esas horas del 17 de diciembre en la mañana.
Desde entonces es verdad que se alcanzó hasta el 2017 cierto progreso en la relación bilateral con los Estados Unidos. Sobre todo, fue muy significativo el reconocimiento del bloqueo como obsoleto e inefectivo; la necesidad de levantarlo porque provocaba descrédito y aislamiento al gobierno de Estados Unidos. Nunca hubo un reconocimiento de su carácter genocida ni violatorio de los derechos humanos de un pueblo entero, ni tampoco de su aspecto ético y violatorio del derecho internacional.
Sin embargo, es verdad que avanzaron algunas facilidades para los viajes de los ciudadanos norteamericanos a Cuba. Ahora otra vez son fuertemente restringido por el gobierno de los Estados Unidos en violación de ese derecho civil, de la libertad de viajar a cualquier parte.
Desde entonces hemos estado viendo un endurecimiento del bloqueo, que nunca fue substancialmente modificado en el periodo anterior, pero que suma cada vez nuevas medidas cada vez más infundadas y marca una intención de sectores de poder en los Estados Unidos de avanzar hacia un grado mayor de confrontación con Cuba, que puede implicar medidas adicionales de bloqueo, nuevas escaladas retóricas de ataques infundados contra Cuba, mayores acciones subversivas.
Ustedes seguramente vieron la carta reciente que supuestamente me dirigió el secretario de Estado de los Estados Unidos (Mike Pompeo). Nos enteramos de ella por la prensa. La carta fue publicada antes de ser entregada. Y que, sin embargo, constituye un aspecto de interés junto a mucha calumnia y mucha mentira en relación con los derechos humanos en Cuba; mucha ignorancia, lamentablemente. Pero con una pincelada de interés en sostener un diálogo bilateral.
Realmente refiere una frase mía del 24 de octubre al respecto, sobre un diálogo bilateral con Estados Unidos en materia de derechos humanos, al que nosotros siempre hemos estado dispuestos, en un contexto de absoluto respeto mutuo y absoluto respeto a nuestra determinación y soberanía, sin ápice de sombra a nuestra independencia.
De manera que sobre bases de absoluta igualdad y respeto siempre estaremos en plena disposición de dialogar con el gobierno de los Estados Unidos, al igual que no vacilaremos en reclamar nuestros derechos y denunciar sus acciones agresivas contra nuestro país.
Angélica Paredes (Radio Rebelde): ¿Qué desafíos tiene la política exterior en el complejo escenario que vive América Latina?
En la América Latina y el Caribe se intenta aplicar nuevamente la Doctrina Monroe. Ha habido cambios en el balance político regional; desfavorables en algunos casos. Acabamos de tener la Cumbre del Alba aquí en La Habana que demuestra su vitalidad, su pujanza y su coherencia.
Tuvimos aquí en este mismo Palacio el pasado mes de julio el Foro de Sao Paulo, que fue muy significativo en la articulación de las fuerzas políticas de izquierda y progresistas, con los movimientos populares y sociales y con los gobiernos revolucionarios y progresistas de la América Latina y el Caribe.
Habrá que defender la aplicación de la proclama de América Latina y el Caribe como zona de paz. Habrá que defender sus postulados frente al imperialismo norteamericano, frente a poderes externos y frente a la complicidad de algunas fuerzas radicales de extrema derecha, e incluso neofascistas, que se abren paso en la región.
Angélica Paredes (Radio Rebelde): Se acerca fin de año, un mensaje desde la diplomacia cubana no solo para los diplomáticos en el exterior sino para el pueblo de Cuba que también es parte de la política exterior…
… Es el principal protagonista. Probablemente la participación popular en la política exterior es, no solo distintiva, sino única en la experiencia de la Revolución Cubana. Creo que nuestro pueblo merece felicitarse a sí mismo. Ha habido resultados sobresalientes este año gracias a su esfuerzo, gracias a su lealtad al pensamiento del Comandante en Jefe, Fidel Castro, a la conducción del General de Ejército, Raúl Castro, a la conducción de Díaz-Canel.
Mencionaría elementos que son distintivos y que son muy significativos. Primero, la participación popular y también en esta ocasión de la emigración cubana en el debate de la reforma constitucional. Varios miles de enmiendas en relación con la política exterior han sido recibidos y estoy seguro de que nuestra comisión constituyente los habrá tomado en cuenta y así seguramente hará nuestra Asamblea General en próximas sesiones.
Alrededor de dos mil propuestas de enmiendas recibidas de nuestra emigración, respetuosas de nuestro sistema político, que hacen énfasis en su participación y sus derechos como ciudadanos cubanos, son alentadores. Y la reafirmación en las opiniones de nuestro pueblo, e incluso en el contenido en las enmiendas propuestas, respecto a los principios de la política exterior que se amplían, actualizan y acentúan en el sentido más favorable en el texto constitucional.
En segundo lugar, la manera en que nuestro pueblo participa en la lucha contra el bloqueo en condiciones internacionales más difíciles, frente a mayor agresividad y hostilidad del gobierno de los Estados Unidos; la forma en que participó e hizo posible la expresión de nuestro pueblo, nuestros estudiantes y distintos sectores de nuestra sociedad, antes de la votación en Naciones Unidas de condena al bloqueo y la manera en que celebró como propia, porque propia fueron, las 10 votaciones en una hora en las que el imperialismo norteamericano quedó totalmente aislado.
Habría que decir que, como siempre, el año que termina ha sido un año tremendo, un año difícil, de resultados encomiables y alentadores y de una política exterior que sigue y seguirá siendo fiel a nuestra tradición independentista y patriótica y a nuestra tradición revolucionaria, que es de profunda entraña popular.
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